MOVILIDAD
La ampliación de Poniente, en el olvido
Tras tres propuestas desestimadas, la reforma del puente sigue encallada / Alberca asegura que el Ayuntamiento hace «un trabajo interno» para cumplir la promesa electoral, pero reconoce que el proyecto «no está definido»
A la tercera tampoco fue la vencida. Tres proyectos para ampliar el puente de Poniente que acabaron desestimados y no hay noticias de un nuevo intento para ampliar este paso. Una ampliación de la calzada que se queda en el olvido a la espera de un «proyecto definitivo». Tres propuestas que han llegado acompañadas de críticas de la oposición y desde distintos sectores de la ciudad y no se atisba un nuevo diseño, al menos en el corto plazo, para esta remodelación que prometió el Partido Popular en campaña electoral: «No está definido el proyecto definitivo», indica el concejal de Tráfico y Movilidad, Alberto Gutiérrez Alberca.
El edil responsable de este departamento de limita a señalar, en declaraciones a este periódico, que continúa el «trabajo interno» para cumplir la promesa electoral, pero que no se pueden dar detalles del mismo. «De momento no se puede saber nada», sostenía sin apuntar una fecha o detalles sobre el puente. Mientras, el proyecto de ampliación del puente de Poniente se mantiene en el limbo y sin visos de que eche a andar en un breve espacio de tiempo.
Por el momento este proyecto deja más dudas que certezas, más aún tras la renuncia del escultor Jaume Plensa y la falta de noticias del mismo, todo hace apuntar que el proyecto de ampliar el puente de Poniente ha pasado a mejor vida. Allá por mayo de 2023 fue cuando el entonces candidato y ahora alcalde, Jesús Julio Carnero, presentó el proyecto a cuatro días de la cita con las urnas. En rueda de prensa señaló que se ampliarían los tableros laterales en 1,50 metros de ancho efectivo y los viales de los márgenes, todo ello con el objetivo de dotar a la estructura sobre el Pisuerga con tres carriles para vehículos (uno exclusivo para taxis y buses). A mayores, habría una acera exclusiva para peatones de 2,70 metros y otra para peatones y ciclistas de 2,30 metros. Una obra que Carnero cifró entre 4,5 y 4,8 millones de euros.
Un primer esbozo del que nada queda ya. De hecho, las contradicciones sobre esta intervención arrancaron con la primera recreación. El Ayuntamiento difundió la imagen virtual, pero se apresuró a apuntar que «no va a tener mucho que ver». Una afirmación que, a la luz de los sucesivos cambios que se han hecho, es del todo acertada. Y es que las críticas no tardaron en surgir por unas mamparas que hubieran dificultado la visión del río Pisuerga.
Una primera idea que quedó totalmente descartada al igual que la siguiente y la siguiente. La segunda propuesta eliminó las criticadas mamparas laterales y añadió unas mamparas superiores acristaladas a modo de techo. Un esbozo que apenas tuvo recorrido ya que el propio alcalde indicaba que «no se parece a lo que va a ser». Se trataba pues de una propuesta «en supervisión» que «nada tiene que ver». Un diseño para Poniente que tenía los días contados, tal y como indicaban desde el gobierno municipal cuando se conoció. Esta iniciativa iba a suponer una reducción del espacio peatonal, pese a ganar un carril para los vehículos. El ancho de las aceras iba a pasar de los 2,3 metros actuales a los 1,8 metros en algunos tramos del viaducto, el mínimo permitido.
El refranero español en ocasiones no acierta y es que a la tercera no llegó la vencida, llegó el ‘no’ a la ampliación del puente más sonora de todas. El alcalde intentó dar un golpe de efecto sobre esta infraestructura, que sin duda alguna se le ha atragantado, con el fichaje del escultor Jaume Plensa. Un artista con multitud de trabajos por todo el mundo, pero finalmente Valladolid no se incluirá en este listado.
‘Siete poetas sobre el río Pisuerga’ era la obra que iba a realizar el catalán , un diseño que compartiría junto a otras ciudades como París, Niza, Gotemburgo o Andarolla la Vella donde Plensa planteó sus propuestas. Con este paso el Ayuntamiento pretendía hacer del puente de Poniente no solo una reforma urbanística, si no también un proyecto artístico. «En este tema tan importante para la ciudad de Valladolid, hablamos de cero improvisaciones, lo que hay es mucha responsabilidad y respeto ante esta actuación», señalaba el alcalde cuando se anunció la participación del escultor. Una «improvisación», negada por el propio Carnero, que parece más que real y patente a la vista de los hechos: proyecto, tras proyecto que todos han acabado en nada.
Una tercer y última propuesta, al menos por el momento, que iba a suponer un coste de 1,8 millones de euros, dentro de los cinco de presupuesto total de la remodelación.
Esta intervención iba a tener siete esculturas sobre postes de poetas con iluminación kinética (luz que simula y genera movimiento). Todo ello con la intención de convertir la pasarela sobre el Pisuerga en un espacio único y que fuera un foco de atracción turístico y dinamizador de la vida de la ciudad.
Apenas nueve días después de presentar un proyecto urbanístico y hasta turístico el Ayuntamiento de Valladolid tenía que decir adiós. Poco más de una semana es lo que tardó Jaume Plensa en dar plantón a la obra.
El escultor remitió una carta al alcalde en la que rechazaba el tercer proyecto municipal para reformar y ampliar el puente de Poniente. El afamado artista contemporáneo adució «compromisos personales y profesionales sobrevenidos» y que no le permitirían «dedicar el tiempo que requiere un proyecto de esta envergadura».
En su misiva, agradeció al primer edil el interés por su obra y su «amable invitación». De esta forma dijo adiós a la licitación pública y a los honorarios que se pactaron. Una carpetazo que se daba dos días después de que varios colectivos, encabezados por Ecologista en Acción, le pidieran por carta que no participara en la obra escultórica de Poniente.
En su despedida, Plensa deseaba una suerte al Consistorio que parece no haber encontrado: «Espero y deseo que encuentren otro proyecto para el puente de Poniente que se adapte satisfactoriamente a los deseos del Ayuntamiento y de todos los ciudadanos y vecinos de Valladolid». Un proyecto del que todavía no se sabe nada y del que ni siquiera «está definido el proyecto definitivo».