ESPÍRITUS LIBRES / PABLO GUERRERO
«Trabajo como si la etiqueta del vino fuera la portada de un buen libro»
Pablo Guerrero, especializado en productos agroalimentarios y en el etiquetado de vinos o bebidas, es ganador de numerosos premios nacionales e internacionales, destacando dos oros y un bronce en los prestigiosos Pentawards, conocidos como “los Oscar del diseño”.
El anterior entrevistado, José Luis Blanco, hizo esta pregunta sin saber a quién iba destinada:
Pregunta.- ¿Te da miedo volar?
Respuesta. Me encanta volar, literal y metafóricamente.
P.- ¿Qué es para usted ser un espíritu libre?
R.- Tener confianza en que, a pesar de todo, los deseos propios se cumplirán.
P.- ¿Cómo se gana la vida?
R.- Soy diseñador gráfico especializado en el mundo del vino y alrededores.
P.- ¿Qué le gustaría ser de mayor?
R.- Observador y crítico de arte y diseño. Viticultor en El Bierzo. Y ser un poco más divertido.
P.- ¿De qué se siente más orgulloso?
R.- De ir cumpliendo mis sueños, de intentar ser cada día más tolerante y de querer muchísimo a mi gente.
P.- ¿Tiene algún sueño por cumplir?
R.- Dedicar más tiempo a mi familia y crear una obra gráfica que ayude a comunicar, entenderse y disfrutar a mucha gente.
P.- ¿Qué es para usted el amor?
R.- Es generosidad, abrirse para ser vulnerable y correr el riesgo de ser feliz o sufrir.
P.- ¿Qué tal se lleva con Dios?
R.- Intento practicar su consejo. “Por sus obras los conoceréis”, o para ser más exactos y enológicos: “por sus frutos los conoceréis”.
P.- Un espíritu libre al que admire.
R.- Mi mujer, Pili.
P.- Alguna vez le he escuchado decir que los diseñadores tienen mucho que ver con el arte rupestre…
R.- Sí. Los diseñadores escuchamos a las personas para comprender su visión de la vida. A partir de ahí, creamos símbolos gráficos para que otros entiendan esos mensajes. Como el pintor en la cueva del Paleolítico, pero con nuevo lenguaje: marca, identidad visual.
P.- ¿Es consciente de que su trabajo contribuye al estímulo de muchos bodegueros, artesanos y productores?
R.- Sí. Somos casi el último eslabón de una cadena que empieza en el campo y que finaliza tras mucho esfuerzo. Para mí es una responsabilidad enorme y es un privilegio.
P.- ¿Qué han supuesto para su estudio los premios recibidos?
R.- Estabilidad, refrendo y visibilidad. Somos cuatro personas trabajando y esos premios pueden hacer que los potenciales clientes nos abran sus puertas.
P.- Ya ha caminado por la alfombra de los “Oscar del diseño”.
R.- El año pasado ganamos un bronce en los Pentawards y, este año, dos de oro. Ha sido una sorpresa y una maravilla.
P.- ¿Tiene claro su sello berciano?
R.- Mucho. Estoy muy orgulloso.
P.- ¿De qué manera puede contribuir un diseñador al desarrollo de su tierra?
R.- Trasladando singularidad, tradición y el relato de los productores de El Bierzo para que personas de todo el mundo se sientan atraídas.
P.- ¿Quién tiene más cuajo, su mujer o usted?
R.- Mi mujer (ríe). Por su trabajo en Queso Praizal y también por carácter.
P.- ¿Cómo puede el bodeguero distinguir su vino a través de la imagen?
R.- Hay margen en el diseño. Lo primero que hacemos es comprender cómo es el vino y cómo es quien lo hace para vestirlo adecuadamente y tratar de distinguirlo.
P.- ¿Es usted figurativo o abstracto?
R.- Trabajo como si la etiqueta fuera la portada de un libro. No hay que revelar mucho a través de imágenes. Debemos enfocarnos en lo tipográfico. También hay que trasladar si el elaborador trabaja con equilibro, limpieza, pulcritud… Lo trasladamos a la etiqueta.
P.- ¿Una etiqueta puede transmitir sensaciones?
R.- Sensaciones que luego estarán presentes en el vino. Una etiqueta puede ser el primer avance sensorial de lo que vas a probar.
P.- ¿Fuera del vino es necesaria más o menos creatividad?
R.- Al tener menos recorrido en otro tipo de productos, es necesaria mucha más creatividad. Debemos aprovechar los pocos recursos o el poco presupuesto que tengamos para crear un envasado que hable de lo que contiene.
P.- ¿Podría encontrar el trazo adecuado para describir la tierra berciana?
R.- El Bierzo es tan diverso, tan diferente… Es muy complicado. Estamos muy entrenados para contar la historia de otros, pero nos cuesta contar lo nuestro. Y El Bierzo algo muy mío.
P.- Déjeme una pregunta para el siguiente invitado.
R.- ¿Qué piensa un espíritu libre de la inmigración y del problema de la vivienda?