Urbanismo
Vía libre al parking de las piscinas de Fasa en el pinar de Antequera
Las obras para delimitar mil plazas en la zona de recreo y para recuperar la Cañada como vía verde que facilite el acceso a viandantes y ciclistas comienzan en enero por 742.000 euros, con casi un 23% de ahorro
Las obras de restauración del pinar de Antequera de Valladolid, con la creación de zonas de aparcamiento regulado en las piscinas de Fasa como principal protagonista de las intervenciones a desarrollar en el entorno, ya están a punto de arrancar. Según cálculos del servicio territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, los trabajos se iniciarán en enero, con el objetivo de que las cuatro áreas de parking –con una capacidad global para mil vehículos–, estén listas cuando comience la próxima temporada estival de 2025.
El proyecto de regeneración en marcha implica que los espacios de estacionamiento vinculados a las instalaciones de recreo de la factoría del rombo sufran una notable transformación, con delimitación de las calles, señalización del sentido del tránsito y creación de ‘módulos’ de diferentes dimensiones para dejar los coches en batería, puesto que la circulación desordenada está provocando una degradación «imposible» de atajar, que ahora se va a tratar de solucionar.
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«En la última década se constata una muy elevada concentración de uso público en determinados enclaves. En época estival (sobre todo en los meses de julio y agosto), en el entorno de las instalaciones socio-recreativas de Renault se producen afluencias diarias de más de 4.000 personas, que requieren zonas de aparcamiento», recoge la memoria de la intervención en referencia a los «graves problemas relacionados con la regeneración natural del pinar» y que se convierten en una «amenaza para su propia existencia a medio y largo plazo».
Para revertir la situación se van a acondicionar cuatro parcelas de diferente capacidad –con 79, 190, 198 y 531 plazas, hasta rozar el millar– en las que se acotarán las superficies de aparcamiento con balizas de madera a fin de organizar los espacios donde los usuarios puedan dejar sus vehículos. No sólo por la mencionada cuestión medioambiental, sino también por seguridad, destacaron fuentes del servicio territorial.
«Al no haber marcas viales se ocupa más espacio del necesario y el pinar no se está regenerando. Después de la intervención tendrá un aspecto más cuidado y, además, facilitará el desalojo del entorno en caso de que se produzca un incendio», razonaron desde el departamento tras indicar que, aunque el peligro de incendio en el pinar de Antequera «no es alto», tampoco se puede descartar un fuego.
Respecto a la reducción del número de aparcamientos, pues se calcula que la capacidad actual es de 1.500 vehículos y luego no llegará a 1.000 (919, en concreto), la Junta descartó que vaya a haber problemas, puesto que esa cifra máxima de usuarios se alcanza apenas «dos o tres días en verano» y porque, además, van a habilitar una parcela ‘extra’, que los socios de las piscinas de Fasa podrán utilizar en caso de que las zonas reguladas estén completas.
Ejecutar estas obras, y el resto de las que contempla el proyecto, supondrá un desembolso de algo más de 742.000 euros, un 22,6% menos en comparación con los casi 960.000 euros que se habían previsto en la licitación. La empresa Ingeniería y Diseños Técnicos (con sede en el municipio madrileño de Vallecas) será la encargada de llevarlas a cabo, al presentar la mejor oferta entre la veintena de propuestas recibidas por la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio.
A falta de finalizar los trámites administrativos, la Junta calcula que los trabajos sobre el terreno comenzarán en enero de 2025 y se prolongarán durante un año. En ese tiempo tendrán en cuenta las necesidades de uso de aparcamiento en las instalaciones lúdicas de Fasa durante el periodo estival y también tendrán en cuenta las épocas de plantación, pues la intervención comprende la reforestación de zonas degradas y la conversión de la Cañada Real en un corredor verde que facilite la llegada a peatones y ciclistas.
Según refleja la memoria, los casi dos kilómetros de vía pecuaria entre Covaresa y el pinar están «muy degradados y ocupados por diferentes infraestructuras», por lo que el objetivo es transformarlo en un «corredor natural» que conecte la ciudad con Antequera. Para lograrlo, la primera actuación se centrará en preparar el terreno a fin de que esté listo en primavera y, ya después del verano, se procederá a la plantación de especies autóctonas.
Dicha plantación se llevará a cabo no sólo en el entorno de la Cañada Real, sino en el resto del área de afectada –que engloba alrededor de 20 hectáreas–, pues otro de los aspectos que contempla el proyecto es la eliminación de especies exóticas o invasoras (cipreses o acacias, por ejemplo).
Todas estas actuaciones a punto de comenzar están encaminadas a «mantener una alta capacidad de uso público sin que se supere la capacidad del pinar para absorber actividades y sin que se produzca una degradación progresiva del monte», lo que implica «ordenar los usos conforme a los objetivos y criterios de ordenación, de manera que se optimicen las utilidades del monte al tiempo que se asegura la persistencia del mismo».
La reforma del entorno natural incluye una nueva área recreativa y un circuito deportivo adaptado
La intervención que está a punto de comenzar en el pinar de Antequera incluye otras dos significativas novedades, como son la creación de una nueva área recreativa y la disposición de un circuito deportivo adaptado para personas con movilidad reducida.
En el primer caso, se trata de un espacio que se va a condicionar en la Cañada Real, en las proximidades del barrio de Covaresa, con «equipamiento completamente nuevo». En concreto, se colocarán ocho mesas, cada con dos bancos sin respaldo (es decir, ocho conjuntos en total), sobre una «alfombra» de zahorra delimitada por un bordillo de madera. El objetivo al crear este espacio es «concentrar» su uso, en vez de promover que los usuarios utilicen una superficie más amplia del terreno.
Este nuevo ‘rincón’ contará con un pequeño aparcamiento con plazas para veinte vehículos y catorce bicicletas. En paralelo a la vía pecuaria, en la CL-600, se ubicará la otra novedad, a la altura de donde comienza el circuito deportivo del ‘Cola-cao’. En este entorno se ha previsto incluir un circuito adaptado a personas con movilidad reducida, con seis elementos unidos a través de un sendero adaptado al que se accederá directamente desde el aparcamiento con plazas para discapacitados que también se van a crear.
Habrá elementos para dominadas, dorsal, press pecho horizontal, fondos tumbado, press pecho vertical y fuerza en soporte. En este caso también se colocarán aparcabicicletas. Los trabajos de este proyecto incluyen, además, la retirada de la basura y los escombros identificados y la clausura de algunos de los accesos desde la CL-600, pues los ocho que hay en la actualidad «se consideran excesivos y provocan un cierto descontrol en el tránsito y circulación de vehículos a motor, prohibido salvo excepciones, por todo el monte». Para atajar esta situación, se van a mantener sólo cuatro accesos y en cada uno de ellos se habilitarán aparcamientos con capacidad para entre diez y treinta vehículos, además de reservar espacio para anclar bicicletas.