Diario de Valladolid

SEMINCI 2024

El director iraní Mohammad Rasoulof al recoger la Espiga de Honor: “Lo que más deseo es estar y trabajar en mi país”

El cineasta recibió este miércoles el galardón que el festival le otorgó en 2018 y que no pudo guardar por estar en arresto domiciliario, y presenta su último largometraje: 'La semilla de la higuera sagrada'

El director iraní Mohammad Rasoulof, recibe la Espiga de Honor de 2018 en la 69 Semana Internacional de Cine de Valladolid.

El director iraní Mohammad Rasoulof recibe la Espiga de Honor de 2018 en la 69 Semana Internacional de Cine de Valladolid.ICAL

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El director iraní Mohammad Rasoulof, que este miércoles recibió la Espiga de Honor que la Semana Internacional del Cine de Valladolid (Seminci) le otorgó en el año 2018 y que no pudo recoger al permanecer en arresto domiciliario, confesó que la libertad que busca sigue sin existir, pese a haber huido de su país hace unas semanas, ya que aseguró que lo más desea es estar y trabajar en Irán. “Mi destino parece ser que siempre estoy buscando alcanzar la libertad pero no lo consigo”, aseguró. Además, manifestó que, gracias a las nuevas tecnologías y los medios, puede estar en contacto con todo lo que ocurre en Irán. “Mi pensamiento sigue conectado allí, tengo un contacto muy estrecho y sé las cosas que podría hacer desde Europa, aunque allí siga todo igual”, expuso.

En un encuentro con los medios de comunicación antes de recibir el galardón, Rasoulof apuntó que desconoce sus futuros proyectos puesto que no ha tenido tiempo aún de pensar, desde que huyó de Irán. “Estoy viajando de un lado a otro, con la promoción de la nueva película, y ni siquiera sé lo que necesito a nivel personal”, apuntó. Eso sí, destacó que desea tener la libertad de tomar una buena decisión para emprender su futuro proyecto. “Todos mis trabajos no han sido fáciles, por que parecían que estaban en una caja, donde no podían salir y ahora me pregunto que, una vez que he salido de mi país, si la caja se puede romper al no tener las dificultades para hacer mis películas”, añadió. No en vano, reconoció, según la agencia Ical, que siempre ha tenido “inquietud” por superarse y hacer más películas de denuncia de lo que ocurre en Irán. “Tal vez, busco encontrar un punto común entre los problemas que existe en mi país y en el resto del mundo”, declaró. Incluso, el director de cine subrayó que no cierra las puertas a hacer algo fuera de su país. Fue entonces cuando dijo que después de 2018 pensó en hacer algo de animación, ante la posibilidad de que no pudiera grabar con su cámara, aunque, finalmente, logró rodar otras dos películas.

El cineasta, que acaba de presentar su nuevo filme ‘La semilla del higo sagrado’ en Cannes y con el que ha logrado el Premio Especial del Jurado de ese festival, ha sido condenado por el Gobierno iraní a ocho años de cárcel y latigazos por un “delito de colusión con la intención de cometer crímenes contra la seguridad de su país”, por lo que unos días después decidió salir a escondidas hace unas semanas. Ahora, reside en Alemania. La película, que aborda las protestas desatadas por la muerte de Mahsa Amini en 2022 tras ser detenida por no llevar bien puesto el velo islámico, fue proyectada hoy en Valladolid. Una cinta que, apuntó, surgió durante su paso por la cárcel, donde pudo ver y hablar con personas que trabajaban para el “enemigo” y el Gobierno y así conocer su forma de pensar y sentir. “Tuve la suerte de estar durante muchos años con personas que hacían censuras y planteaban preguntas, hasta el punto que me familiaricé con su estado psicológico y un carcelero me dijo que sufría muchísimo y había pensado en el suicidio, tras la presión que le había sometido su mujer e hijas que no entendían que un hombre tan bueno y respetable trabajara para el Gobierno”, afirmó.

Con su salida de la prisión, investigó de todo lo que había ocurrido con las protestas callejeras, con vídeos que habían grabado los jóvenes iraníes, lo que permitió conocer su visión. Fue entonces cuando decidió incorporar esos vídeos que captaron esos momentos “tan increíbles, inolvidables e históricos” en su película. En este sentido, valoró la visión “increíble” de la juventud, que, en ese momento, demostró una gran fortaleza con su deseo de cambiar el estado de las cosas y luchar contra la censura.

Rasoulof (Shiraz, Irán, 1972) comenzó su actividad artística a los nueve años actuando en el teatro en su ciudad natal para más tarde dedicarse a la escritura y dirección teatral. Estudió Ciencias Sociales, enfocándose en el impacto que supone vivir bajo un régimen dictatorial tanto en el propio individuo como en la sociedad, algo que refleja en la mayoría de sus películas. El documental ‘Gagooman’ (The Twilight, 2002) fue su primer largometraje y ganó el Fénix de Cristal en el Fajr International Film Festival en Teherán, así como el Premio al Mejor Documental en la Iran Cinema House.

Rasoulof fue detenido en 2010 con su amigo, el director Jafar Panahi, y sentenciado a seis años de prisión, acusados de conspiración y propaganda contra el gobierno de Irán. La sentencia más tarde fue reducida a un año. En 2013 le fue confiscado su pasaporte en Teherán cuando se disponía a viajar al Festival de Derechos Humanos de Núremberg para la presentación de su película ‘Dast-Neveshteha Nemisoozand’, rodada de forma clandestina, al igual que su siguiente trabajo ‘Lerd’ (2017), cuya proyección en el Festival de Cannes le acarreó la prohibición de trabajar y viajar fuera del país.

Con su siguiente largometraje, ‘La vida de los demás’ (2020) se alzó con el Oso de Oro del Festival de Berlín, además de lograr una Mención Especial del Jurado de la 65 Seminci, certamen donde su película se presentó al público español. En marzo de ese mismo año, Rasoulof fue condenado a un año de prisión por tres de sus películas, consideradas “propaganda contra el sistema”, y la prohibición de rodar durante dos años.

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