Diario de Valladolid

Medio ambiente

El Ayuntamiento gastará 40.000 euros en un furgón para controlar la contaminación en el centro de Valladolid

Un vehículo eléctrico controlará la calidad del aire y el nivel de ruido en la Zona de Bajas Emisiones / Llevará incorporados sonómetros y nanosensores para realizar las mediciones y «recabar datos y análisis»

Una imagen de archivo de las inmediaciones de la plaza Poniente, donde se aplicará la ZBE

Una imagen de archivo de las inmediaciones de la plaza Poniente, donde se aplicará la ZBEICAL

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Valladolid

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La Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de Valladolid continúa tomando forma y sumando elementos. Esta zona entrará en funcionamiento el 1 de enero de 2025, aunque las primeras sanciones por entrar en ella sin permiso no se materializarán hasta junio. Fuera de las restricciones y de las multas, el Ayuntamiento de Valladolid contará con un furgón eléctrico que vigilará la contaminación y el ruido en esta parte de la ciudad.

La Concejalía de Medio Ambiente y Sostenibilidad, desde donde se tramitó la ordenanza con el anterior equipo de gobierno, comprará un furgón totalmente eléctrico, no podía ser de otra forma en la ZBE, para monitorizar esta zona acotada. Este vehículo contará con una doble función. Por un lado se encargará vigilar los niveles de calidad del aire en la Zona de Bajas Emisiones y por otro lado, hará lo propio con los niveles acústicos.

El Ayuntamiento de Valladolid debe aplicar la normativa de la BE al ser un municipio de más de 50.000 habitantes. Dentro del Real Decreto 1052/2022 del 37 de diciembre, en el que se regulan las zonas de bajas emisiones recoge que se debe regular la calidad del aire y del ruido. Entre otros aspectos, se deben incluir indicadores de calidad del aire, movilidad sostenible, ruido y eficiencia energética. Unos parámetros que se deben evaluar tanto dentro como fuera de la ZBE y en la ciudad vallisoletana no hay ninguna estación fija dentro del perímetro de la ZBE. Por ello, se recogerán estos datos en esta unidad móvil, tal y como se recoge en el pliego de prescripciones técnicas.

Esta es una forma que tiene el Ayuntamiento de «recabar datos y análisis», tal y como señala el concejal responsable del departamento, Alejandro García Pellitero. De esta manera, el furgón tendrá incorporado un material específico en su parte trasera con sonómetros y nanosensores.

El edil indica que esta licitación «ya estaba planteada en el proyecto» de Zona de Bajas Emisiones. Por ello, el Consistorio saca a licitación este furgón por un precio de 40.740 euros (IVA incluido) después de que quedase desierto en primera convocatoria por «algún problema» al ser el furgón 100% eléctrico, según expone Pellitero. Esta intervención está financiada por los Fondos Europeos.

El concejal de Medio Ambiente y Sostenibilidad indica que los sensores que medirán la contaminación «no son datos tan fiables» como sí lo son los de las estaciones de la Red de Control de Contaminación Atmosférica. Pese a no ser tan precisos como los otros puntos fijos, servirá al Ayuntamiento para ver si se cumple tanto con la contaminación como con los niveles de ruido y para «recopilar datos y hacer análisis».

Este furgón, equipado con el material necesario, servirá para realizar «controles» como los del aforo del tráfico. En lo que se refiere a la medición de la contaminación sonora, Pellitero sostiene que «día a día no hay superación del límite» que marca la ley de ruido. «Si no se sobrepasa ahora no se superará cuando esté implantada la Zona de Bajas Emisiones», remarca.

Este furgón totalmente eléctrico contará con una cabina doble de cinco plazas y una zona de carga cuya capacidad mínima será de tres metros cúbicos, en esta parte se ubicarán los sonómetros, nanosensores y resto del equipo para medir la contaminación y el nivel de ruido. A mayores, el vehículo también estará dotado de una doble puerta trasera (con una abertura de 180º) y una puerta corredera en el lateral derecho del mismo. El furgón que compre el Ayuntamiento de Valladolid deberá tener el dispositivo ambiental de DGT CERO emisiones y que su única fuente de alimentación sea eléctrica.

Sus dimensiones máximas serán de 4,8 metros de largo y en su parte más ancha, la de los retrovisores, de 2,3 metros. Así, la carga mínima que podrá transportar será de 600 kilos. El vehículo irá pintado de blanco y deberá ser entregado en un plazo de cinco meses desde la firma del contrato.

El anuncio de licitación que realiza el Ayuntamiento se realiza bajo tramitación urgente, aunque no va a haber tiempo material para que estos dispositivos entren en funcionamiento cuando lo haga la Zona de Bajas Emisiones. El propio concejal responsable apunta que comenzará a prestar servicio «a lo largo de 2025».

Este contrato de suministro se enmarca dentro del programa de ayudas a municipios para la implantación de la ZBE, dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Esta es la segunda convocatoria de dicho programa. En el propio anuncio de la licitación se recoge que «las actuaciones deben estar terminadas adjudicadas antes del fin de 2024, estando pendiente la aprobación de una prórroga para la ejecución de los mismos hasta diciembre de 2025».

Las empresas que quieran concurrir a este procedimiento tendrán hasta este martes 22 de octubre a las 15.00 horas para presentar su oferta. La apertura del sobre será dos días más tarde a las 12.00 horas.

En lo que a los criterios de adjudicación se refiere, hay dos que destacan por encima del resto. La mejor propuesta económica tendrá una ponderación de 40 puntos sobre 100. Es decir, tendrá bastante importancia la mejor oferta económica. Tendrá el mismo valor los criterios de ergonomía (disciplina encargada del diseño de lugares de trabajo o de herramientas y tareas).

Ambos criterios tienen un valor de 80 puntos sobre 100. Los restantes se dividen equitativamente entre la ampliación del plazo de garantía y la reducción del plazo de entrega.

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