La vecina de Valladolid afectada por la 'ley de vados': "No voy a tocar la acera, el árbol no es cosa mía"

19 de junio de 2024. Esa es la fecha en la que una vecina de Valladolid presentó una instancia al Ayuntamiento por el estado del pavimiento en el que se encontraba la acera de su domicilio y, desde entonces, no ha tenido respuesta, más allá de la resolución del Procurador del Común, tal y como publicaba este periódico. Las baldosas de la acera donde se encuentra su domicilio aparecen levantadas a causa de las raíces de un árbol, hecho que ha provocado la caída de varios vecinos, según explica en declaraciones a este periódico en las que prefiere ocultar su identidad. "La última vez, un hombre se dio un fuerte golpe en la cabeza y lo tuve que atender en mi negocio", asegura. 

Desde el Ayuntamiento, según detalla, le trasladaron que las obras de reparación del pavimiento debían correr a cargo de ella, puesto que la zona afectada correspondía con la zona donde la vecina tiene su vado. Esto se debe a que, según el Reglamento Municipal de Vados y Reservas de Estacionamiento de Valladolid, la 'ley de vados', es el titular del vado quien tiene obligación de realizar "todas las obras, de cualquier clase, que tengan por objeto el mantenimiento y adecuación al uso común de la vía pública, siendo a costa del mismo las reparaciones y modificaciones que con este fin ordene el Ayuntamiento".

La vecina, que se trasladó a ese domicilio hace seis años, confirma que la acera ya se encontraba en ese estado. Un estado del que, insiste, sólo se le puede culpar a las raíces de los árboles de la avenida Santander. "El Procurador me notificó la carta que le habían enviado al Ayuntamiento y esa es la última noticia que tengo", manifiesta.

De momento, la afectada indica que no ha realizado ninguna acción sobre el pavimento. "Yo no he hecho nada porque estoy esperando a que me diga algo el Ayuntamiento. La notificación que me dio fue muy lesiva. En ese momento pensé '¿y ahora? ¿No tengo ninguna posibilidad de alegar nada?'. Era absolutamente ejecutoria", explica en declaraciones a este periódico.

Todo comenzó cuando puso una queja, a través de WhatsApp, al Ayuntamiento mediante el ‘Sistema de incidencias, quejas y sugerencias ciudadanas’ para solicitar que, aprovechando unas obras de Aquavall que se estaban realizando en la zona, acondicionasen la acera frente a su casa porque había "piedras sueltas y muy levantadas". 

"Está todo levantado, ¿qué te cuesta arreglar eso ya? Entiendo que era de otro departamento, pero no sé, aprovechando un poco las obras... Es que se ha caído mucha gente ahí. Yo no sé si esas personas han puesto denuncias o no, pero el último señor que se cayó lo tuve que ayudar porque se pegó un golpe en la cabeza impresionante y le aconsejé que fuera a denunciar", comenta la vecina.

Y es que, la principal preocupación de ella es el rumbo que puedan tomar esas raíces del árbol. "Tengo mucho miedo, porque a una vecina le entraron las raíces hasta el patio. Le levantaron toda la casa y tuvo problemas con el Ayuntamiento porque ella tuvo que adelantar la obra, ya que no podía esperar a que el Ayuntamiento se la hiciese. Dos años más tarde recobró. En mi caso, donde va el árbol está el contador del agua. Si se me mete la raíz en el contador, ya la tenemos liada. ¿Tenemos que esperar a eso?", denuncia. 

"Yo no voy a tocar la acera -continúa la vecina afectada- porque considero que no es cosa mía. Si fuera cosa mía, ya lo habría hecho. Si la hubiera roto yo con mi coche, lo habría solucionado. Y nunca me he apartado de tener que hacerlo si dependiera de mí. Pero no considero que sea mi responsabilidad. Está demostrado por fotografías que he aportado que es cosa de las raíces del árbol. Y yo eso no lo puedo tocar. Estaban las zanjas abiertas y no tuve que hacer cata. Las hizo Aquavall. Se ven claramente las raíces de los árboles".

Asimismo, la afectada manifiesta su disconformidad con el trato que recibió por parte del Consistorio. "El trato ha sido cuestionable. Yo mando el WhatsApp y me contestan con que no me preocupe y que ya estaba solucionado", afirma, para acto seguido asegurar: ¿Cómo iba a estar solucionado si aquí no ha venido nadie? Y me dicen que es que habían requerido al dueño del vado que lo arregle. Ahí es cuando llamé por teléfono y me atendió un señor que no me quiso dar su nombre. Me dijo que era un trabajador del Ayuntamiento y de unas maneras muy bruscas también me dijo que lo tenía que hacer yo". 

En aquel momento, la vecina decidió esperar a que le llegase la notificación. "Me daban 10 o 15 días de plazo para pagar la tasa e iniciar la obra", relata. Fue entonces, según sus palabras, cuando envío la queja al Procurador del Común y presentó la instancia al Ayuntamiento. "Va a hacer cuatro meses desde entonces y todavía no sé nada", lamenta. "Yo voy a esperar a ver qué me dicen. Si es mío, lo haré, pero considero que no debo hacerlo. Y menos de esa manera, que fue con una carta que te genera una indefensión total. Pensé, ¿a quién pido yo ayuda? Si es que no me dejan ni alegar nada. O empezaba con las obras yo en un plazo de 10-15 días o si no la empezaba el Ayuntamiento y me la ejecutarían a mí. Fue muy tajante", manifiesta.

Además, añade, ya ha finalizado el plazo de tres meses de silencio administrativo para que el Ayuntamiento le respondiese: "Los tres meses ya han pasado y no sé nada de ellos". Sobre los pasos a seguir y si ha puesto esta situación en manos de un abogado, la vecina refiere que aún no se lo plantea. "Si en algún momento viene una orden de ejecución, pues a lo mejor lo tengo que poner en manos de un abogado, pero de momento no, porque tampoco tengo ninguna base para llevar al juzgado a nadie", finaliza.