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SOCIEDAD

Valladolid abre el primer centro de fabricación aditiva social para proveer piezas 3D

El nuevo área del centro especial de empleo  de Grupo Lince cuenta con una veintena de trabajadores, la mayoría con discapacidad intelectual

Primer Centro de Fabricación Aditiva Social (FAS) de Castilla y LeónICAL

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Diario de Valladolid | El Mundo
Valladolid

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El Centro Especial de Empleo (CEE) del Grupo Lince de Valladolid, dependiente de la Fundación Personas, es el mayor de Castilla y León y el que cuenta con más plantilla (750 trabajadores) para generar oportunidades laborales a personas con discapacidad, preferentemente intelectual, para potenciar su desarrollo integral y su contribución a la sociedad como ciudadanos de pleno derecho. 

Hoy, dio un paso más en esa integración laboral y social con la inauguración del primer Centro de Fabricación Aditiva Social (FAS), que, gracias a sus 20 empleados, fabricará piezas 3D para la automoción y otros sectores industriales. También, se harán productos para el sector de la dependencia.

El Grupo Lince estaba especializado en áreas como la limpieza, la jardinería y manipulado pero, a partir de ahora, da un paso más con su apuesta por las tecnologías del futuro. De esta manera, busca adelantarse a los grandes cambios que se prevén en un futuro cercano y transformarán por completo la sociedad.

Las nuevas instalaciones, ubicado en el Edificio Envite de la Fundación Personas en el polígono industrial de San Cristóbal, cuentan con un centro de entrenamiento y producción interconectado, donde se montarán y se harán trabajos manipulativos asociados a la fabricación aditiva o cualquier proyecto industrial que plantean las empresas. Además, hay una parte pura de fabricación, gracias a las impresoras 3D. En este lugar, se diseña y se produce, además de realizar una amplia gama de acabados de las piezas.

El director general de la Fundación Personas, Daniel Clavero, recordó que numerosos informes hablan de que el 80 por ciento de los puestos de trabajo actuales podrían desaparecer para que aparezcan otros. En este sentido, se preguntó dónde va quedar la discapacidad en este entorno, ya que el Grupo Lince emplea a más de 600 personas, la mayoría con alguna discapacidad. De ahí la decisión de la Fundación Personas de aportar su “granito de arena” en la construcción de ese futuro.

En presencia de la consejera de Industria y Empleo, Leticia García, aseguró que Fundación Personas busca ampliar su ámbito de actuación y productivo para fabricar productos propios para la dependencia y otros sectores pero también a nivel geográfico, ya que el objetivo de las nuevas instalaciones de Valladolid es producir para otras ciudades y países. “Estoy convencido de lo que vamos a lograr por que, de alguna manera, ya hemos empezado a hacerlo”, aseveró.

En definitiva, apostó, según recogió la Agencia Ical, por continuar subiendo peldaños en la “conquista” de nuevas tecnologías, tanto en términos de fabricación aditiva como de inteligencia artificial, y nuevos puestos de trabajo. “Hay que abrir puertas y conquistar espacios”, sentenció. De ahí que anunciara que en menos de un año se pondrá en marcha el primer máster de fabricación aditiva para personas con discapacidad intelectual. “Queremos que el centro haga cosas innovadoras y con la discapacidad intelectual en primera persona”, precisó.

Por su parte, la presidenta de Fundación Personas, Ángeles García, señaló que la asociación confía “mucho” en el talento de las personas con discapacidad. “Es el momento de que gente formada pueda dar el paso tan determinante como es el empleo”, expresó. No en vano, recordó que hace 63 años, Asprona, primero, y Fundación Personas, después, lucha para que el colectivo de la discapacidad intelectual tenga un mundo mejor. Algo que, apuntó, se ha logrado gracias a contar con más medios, buenos profesionales y ayudas económicas.

El nuevo centro FAS, explicó, ha permitido dar el paso de un trabajo más manipulativo a otro con un componente técnico “muy importante” y una tecnología punta. No en vano, el centro cuenta con una inversión cercana a los 600.000 euros, con la adquisición de diez impresoras 3D de diferentes formatos, en el que llegarán a trabajar una veintena de personas. A través un largo proceso, se diseñarán las piezas para posteriormente imprimir, manipular y acabarlas.