Movilidad sostenible
Valladolid ensaya su Zona de Bajas Emisiones en el Día sin Coche
Las calles de la ciudad, en un área restringida de un kilómetro cuadrado, se vacían de coches en el último día de la Semana Europea de la Movilidad con gratuidad en el servicio bus y BIKI
Sin ruido de motores y con calles dominadas por el transporte más sostenible como bicicletas, patinetes y autobuses, todos ellos completamente electrificados. Entre ellos, vallisoletanas y vallisoletanas que vieron este domingo cómo las carreteras de su ciudad quedaban desiertas, concretamente en el perímetro que abarca la futura Zona de Bajas Emisiones (ZBE) que, con motivo del Día Sin Coche, vivió su primer experimento antes de que entre en funcionamiento el próximo 1 de enero.
En torno a un kilómetro cuadrado de la ciudad de Valladolid se vació casi al completo de turismos desde las 10.00 horas. No obstante, los hubo con acceso 'VIP', como los servicios taxi y bus -este último totalmente gratuito durante la jornada-, aquellos que usaron bicicletas particulares o del servicio BIKI -también gratuito hoy-, o los que respondían al propósito de la Semana Europea de la Movilidad, es decir, no tenían un gran impacto en el medio ambiente, como era el caso de vehículos eléctricos y gas (GLP).
Con la ZBE próxima a su establecimiento en la ciudad de Valladolid, calles como la San Quirce, Chancillería, Colón o Labradores trascendieron entre silencios más allá del paso ocasiones de algún transporte con acceso permitido. Una estampa que también se repitió en la plaza España, de Zorrilla o el paseo de Isabel Católica, cerrando un círculo en el centro de la urbe vallisoletana que sirvió de preparación a la restricción de vehículos que no tengan ningún tipo de etiqueta a partir de 2025, con limitaciones que aumentarán hasta 2030.
Para trabajar en esa sensibilidad, el Ayuntamiento de Valladolid programó actividades en el área restringida y otros puntos de la ciudad, como pruebas prácticas de evaluación de la conducción y un circuito de prueba de bicicletas de carga y adaptadas en Recoletos, un parque infantil de tráfico en Portugalete y actuaciones de las Academias de Baile en la plaza de la Universidad.
Así, la Semana Europea de la Movilidad, que se celebró en Valladolid desde el lunes y hasta este domingo, ha servido de banco de pruebas para convertir la ciudad un lugar donde las personas, las modalidades de transporte y las actividades tengan su propio espacio, con más equidad social, más seguridad vial, menos ruido y contaminación del aire y una mejor calidad de vida.