Infraestructuras
Una de las empresas del nuevo Bernabéu diseña la estación de tren Campo Grande de Valladolid
Typsa, encargada de modernizar la imagen y las instalaciones de la terminal, es la que ha trazado la ‘cueva’ donde se guarda el césped retráctil del estadio del Real Madrid
La empresa encargada de diseñar la nueva imagen que lucirá la estación de trenes Campo Grande de Valladolid tiene su sello estampado por todo el mundo en obras de renombre, entre ellas, la renovación del Santiago Bernabéu. La sociedad Técnica y Proyectos, Typsa, es la autora de la ‘cueva’ donde se recogerá el césped retráctil de la sede del Real Madrid cuando las instalaciones se utilicen para otras actividades ajenas al fútbol, así como de los sistemas de ventilación subterráneas o de la calefacción de las gradas, según destacan en su página web.
La participación en la modernización del estadio merengue es sólo uno de los trabajos que forman parte de la extensa cartera de esta mercantil con más de cincuenta años de trayectoria –con sede en San Sebastián de los Reyes (Madrid)–, dedicada al desarrollo de proyectos de transporte, agua, edificación, energías renovables y desarrollo rural.
Así, en el haber de Typsa hay múltiples y destacados ejemplos en intervenciones no sólo en España, sino en todo el globo, con un importante crecimiento en los últimos años en países del norte de Europa y de Oriente Medio, con Arabia Saudí como uno de sus principales mercados, según subraya el propio presidente del Grupo, Pablo Bueno Tomás, en la presentación del último informe anual, correspondiente con 2023.
Sus cifras de negocio –con ventas que superan los 350 millones de euros y una contratación por encima de los 400 millones– y su presencia internacional –con oficinas en varios países de Europa, de América del Norte, América Latina, África, Asia y Oceanía– avalan el empuje de la empresa hasta haber alcanzado «un gran reconocimiento internacional» que les permite «acceder con éxito a grandes contratos en competencia con las mayores ingenierías del mundo», tal y como ensalzan en el balance corporativo.
Su extenso catálogo así lo evidencia, con trabajos vinculados a las líneas de metro en Toronto (Canadá) Danpur y Agra (La India), Daca (Bangladesh), Estocolmo (Suecia) o Riad (Arabia Saudí); relacionados con la estación e integración del ferrocarril en Logroño o con la conexión entre las estaciones de Atocha y Chamartín; centrados en estudios de autopistas o puentes de Estados Unidos, México, Gambia, Panamá, Nicaragua y varias ciudades de España; o asociados a sistemas de captación y depuración de agua también en diferentes países.
El listado es prolijo e incluye ejemplos singulares como el diseño de un circuito de carreras en Miami (Estados Unidos), la ‘Caja Mágica’ de Madrid o el Wanda Metropolitano del Atlético de Madrid, varias actuaciones en campus o universidades de Ecuador, Arabia Saudí y España, y también actuaciones en centros hospitalarios, entre ellos el propio Clínico de Valladolid.
Así que dentro de ese amplio mapa de enclaves en los que han trabajado en los últimos años o en los que están inmersos en la actualidad, la Ciudad del Pisuerga tiene ‘doble chincheta’, pues Typsa ya se encargó del proyecto de ejecución de la reforma y ampliación del Hospital Clínico Universitario en la tercera fase de actuación, correspondiente con la demolición del Aula Bañuelos y el edificio industrial, según constata un documento de la época, fechado en 2013.
Ahora lo que están a punto de presentar aquí es el proyecto de remodelación y ampliación de la estación Campo Grande.
En las próximas semanas está previsto que se desvele el aspecto definitivo, según se desprende de las últimas declaraciones realizadas por el ministro de Óscar Puente pues, en la reciente visita que realizó el pasado lunes, 16 de septiembre, a la estación intermodal de mercancías de Valladolid, el titular de la cartera de Transportes y Movilidad Sostenible anunció que están haciendo cambios en el diseño exterior porque «no les gustaba lo suficiente» y el objetivo es dotar de mayor singularidad a la estación.
Aunque Puente aclaró que los cambios no están relacionados con aspectos técnicos ni funcionales, sí insistió en que no quieren que se convierta en «un cajón cuadrado», sino que apuestan por «formas más agradables».
Esta modificación es la segunda que se realiza en relación al contrato de la estación con Typsa –formalizado en octubre de 2019 por 1,9 millones de euros–, que abarca la edificación de dos nuevos bloques, la remodelación de los existentes, la implantación de una pasarela peatonal o la adecuación de los accesos, además de la construcción de zonas de aparcamiento.
El primero de esos cambios que están dilatando la presentación del proyecto datan de mayo de 2023 y están relacionados con «nuevos criterios de diseño», pues se consideró «mejor no utilizar el edificio histórico como vestíbulo» ni que incluyera oficinas para el personal ferroviario, para que así «pueda licitarse para su comercialización integral por un tercero», por lo que se deduce que la zona histórica estará reservada a la apertura de establecimientos de venta al público.
Aquellas modificaciones obligaron a «repetir parte del trabajo ya desarrollado» y permitieron «incorporar requisitos de diseño» que no se contemplaban en el pliego inicial y, ahora, a ellas se suma el segundo cambio aprobado hace apenas unos días, ya que el expediente está fechado a mediados de este mismo mes de septiembre.
Una vez el diseño cuente con el ‘ok’ de Adif (el administrador de infraestructuras ferroviarias) el Gobierno podrá sacar a licitación la ejecución de las obras, algo que, según recalcó el ministro Puente, se producirá en el primer trimestre de 2025. La estimación es que Transportes invierta 130 millones de euros y sume otros 30 para contar con dos vías de Alta Velocidad y otras dos de ancho ibérico.
El objetivo es remodelar el edificio de viajeros –con una superficie de 1.749 metros cuadrados distribuidos en tres niveles–, construir un nuevo bloque conectado con el existente sobre la playa de vías que sirva de vestíbulo de acceso a los andenes, incluir dos edificaciones para usos ferroviarios, diseñar una conexión para viandantes que facilite la comunicación directa con el barrio de Las Delicias, reordenar los accesos y disponer una conexión con la futura estación de autobuses.
El aparcamiento soterrado (de dos plantas) se prevé con una capacidad de entre 600 y 700 plazas y en el exterior la idea es que haya un espacio de parada rápida para diez vehículos, una parada de taxis para cincuenta coches, seis dársenas para autobuses urbanos y otras tres para autobuses de Adif para incidencias del servicio y un aparcamiento de bicicletas.