Diario de Valladolid

Sanidad

La mitad de las urgencias en hospitales de Valladolid no lo son

Más de la mitad de los pacientes que acuden a urgencias hospitalarias en los tres hospitales de la provincia son triados en nivel 4 o 5, es decir, con patologías que o no suponen una emergencia o que deberían ser atendidas en Atención Primaria

Acceso de urgencias del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, en una imagen de archivo

Acceso de urgencias del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, en una imagen de archivoPHOTOGENIC

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Una sala de espera del servicio de urgencias a rebosar es desde hace ya tiempo una imagen habitual en cualquier hospital de Castilla y León. Entre los cientos de pacientes que en algunos casos pasan cada jornada por aquí hay, sin embargo, una buena parte que acude con patologías cuya escasa o nula gravedad hace que ni siquiera le corresponda esa atención urgente. Así lo ponen de manifiesto los datos de triaje en urgencias publicados por Sacyl, donde se recoge que de las 642.205 personas que acudieron a urgencias hospitalarias hasta el mes de julio, 350.618 fueron triadas en niveles 4 y 5, es decir, clasificados con dolencias de la más baja prioridad o que incluso no corresponden con la atención de emergencia. En otras palabras, el 54,6% de las urgencias que se atienden en los hospitales de la Comunidad no lo son.

Esto quiere decir que frente a enfermedades o lesiones que requieren una intervención prácticamente inmediata, como pueden ser infartos o accidentes graves, hay una parte predominante de los pacientes que acuden a los servicios de urgencias con enfermedades leves, lo que provoca una saturación innecesaria y los retrasos correspondientes.

Sin embargo, la responsabilidad de este colapso en urgencias no recae sobre los pacientes, o al menos no directamente. El origen de toda esta problemática hay que buscarlo en Atención Primaria, donde las citas presenciales llegan a agendarse para hasta ocho o diez días después. Se trata de una demora que muchas personas, a pesar de no padecer enfermedades graves, no pueden asumir, y por eso optan por acudir a urgencias como una opción de recibir una atención rápida.

Es, por tanto, Atención Primaria la que elude atender a estos pacientes que no tienen más opción que recurrir a las urgencias hospitalarias en lugar de convivir con su dolencia esos ocho o diez días que pueden llegar a demorarse las citas presenciales con el médico de cabecera. Todo ello, además, mientras se ve como muchos centros de salud y consultorios de Castilla y León tienen sus pasillos vacíos aun cuando una cita médica se demora más de una semana. Es el caso, por ejemplo, del centro de salud de Arroyo de la Encomienda, en Valladolid, como ya publicaba recientemente este periódico.

La responsabilidad de la saturación de urgencias no puede atribuirse, en este escenario, a los pacientes, sino que recae sobre la Atención Primaria y ese tipo de triaje inverso que realiza con tiempos de espera inasumibles. En definitiva, provoca una carga de urgencias que en realidad le corresponde a ella, pues son patologías que deberían atenderse en Medicina Familiar.

Todo esto lo que viene a demostrar es que el problema de la saturación en urgencias hay que atajarlo en origen, es decir, las actuaciones para reforzar el sistema sanitario son necesarias en Atención Primaria. En cualquier caso, una vez más aflora aquí la falta de profesionales que desde tantas administraciones lamentan, pero que no siempre parece estar en la misma sintonía de la realidad que perciben los pacientes, cuando tras más de una semana llega el momento de acudir a la cita presencial con su médico y se encuentran los pasillos de su centro de salud casi desérticos.

La realidad es que actualmente gran parte de la presión asistencial se deriva a los hospitales, los cuales tampoco pueden multiplicar sus recursos. Y por si esto fuera poco, de un tiempo a esta parte son los propios pacientes los que prefieren esperar varias horas en urgencias que pedir cita presencial en su centro de salud, aun a sabiendas de que la enfermedad o la lesión que presenta corresponde a Atención Primaria, de donde se les está echando con esas largas demoras.

Pero más allá de todo lo anterior, los datos de triaje publicados por Sacyl vienen a confirmar este escenario en el que los hospitales reciben en urgencias a pacientes que no deberían acudir a este servicio. Es más, en la inmensa mayoría de los centros hospitalarios de Castilla y León se puede ver como las personas clasificadas en niveles 4 y 5 suponen más de la mitad de todas las recibidas en los primeros siete meses de este año.

Solo en el Complejo Asistencial de Soria (40,16%), en el Complejo Asistencial Universitario de León (42,53%), en el Hospital Clínico Universitario de Valladolid (45,96%), y en el Complejo Asistencia de Zamora (48,5%) los pacientes triados en niveles 4 y 5 están por debajo del 50%. Aún así, este porcentaje debería ser muy inferior debido una vez más a que se trata de enfermedades y lesiones que no requieren una atención urgente.

También conviene señalar, de nuevo según los datos que Sacyl publica en su página web, que hay hospitales en una situación mucho peor que las mencionadas anteriormente. En el hospital Santiago Apóstol de Miranda de Ebro el porcentaje de pacientes triados en urgencia en niveles 4 y 5 alcanza el 76,91% del total, es decir, tres de cada cuatro. No en vano, se trata de un hospital comarcal que entre enero y julio de este año ha recibido en urgencias a 16.980 pacientes, el equivalente a unos ochenta diarios, y de los que sesenta deberían haber acudido a Atención Primaria.

Conviene señalar que, en todos estos casos, el nivel de triaje que predomina es el 4, siendo el 5 protagonista de una manera más testimonial. Según el propio Sacyl, al hablar de triaje de nivel 4 se habla de «urgencias demorables», mientras que el nivel 5 abarca a los pacientes «no urgentes». Es por esto por lo que se considera que estos dos grupos pueden evitar acudir a urgencias permitiendo una atención más rápida y eficiente a personas en situaciones más graves. No obstante, las largas demoras que presenta actualmente Atención Primaria hace que esto no sea así y que la necesidad de revertir esta situación sea ya clamorosa, tal y como vienen denunciando diferentes colectivos en los últimos años a raíz de que las demoras y la falta de médicos de Medicina Familiar y Comunitaria han aumentado la tensión del sistema sanitario.

Por otro lado, también es importante señalar que el hospital de Castilla y León que más pacientes de urgencias había acumulado hasta julio era el Complejo Asistencial Universitario de Salamanca, que en siete meses acumuló 91.380 personas atendidas en este servicio. Le siguen, aunque a cierta distancia, el Complejo Asistencial Universitario de León (84.309 pacientes), el Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid (78.322), y el Complejo Asistencial Universitario de Burgos (77.905).

Por el contrario, en el lado opuesto de la tabla, los hospitales de Castilla y León que menos urgencias asumen son, como no podía ser de otra forma, los comarcales, puesto que dan servicio a un menor número de pacientes. Figuran aquí el ya mencionado hospital Santiago Apóstol de Miranda de Ebro (16.980 pacientes), el hospital de Medina del Campo (17.123 pacientes), o el hospital Santos Reyes de Aranda de Duero (20.131). Entre ellos se cuela, además, el Complejo Asistencial de Soria con 19.942 pacientes atendidos, mientras que otro hospital comarcal, como es El Bierzo de Ponferrada, asumió entre enero y julio 32.144 personas en este servicio que le sitúan a la altura de otros ubicados en capitales de provincia como el Complejo Asistencial de Segovia (35.190 pacientes), el Complejo Asistencial Universitario de Palencia (30.029) o el Complejo Asistencial de Ávila (29.177).

Más allá de los datos individuales de cada hospital, el número de pacientes que acuden a urgencias en cada una de las provincias de Castilla y León sí está más determinado por la población de cada una de ellas. De esta forma, Valladolid es la que más personas ha tenido en las urgencias de sus tres hospitales con 159.601. Le siguen con datos muy similares entre sí León (116.453) y Burgos (115.016), mientras que la cuarta provincia de la lista, Salamanca, se descuelga ya del listón de los cien mil pacientes en los primeros siete meses del año con los 91.380 asumidos por su único centro hospitalario.

Lejos ya de estas cifras figuran Zamora, con 45.417 pacientes que han pasado por urgencias; Segovia, con 35.190; Palencia, con 30.029; Ávila, con 29.177; y Soria, que cierra la tabla con 19.942 pacientes en las urgencias del hospital de la capital entre enero y junio de este año.

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