Puente exporta a Granada la integración ferroviaria de Valladolid

De Valladolid a Granada. El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, exporta a Granada la integración ferroviaria de Valladolid. Este es la hoja de ruta de Puente, quien ha fijado un plan que renuncia al soterramiento en la ciudad andaluza por la integración al ser "la mejor opción" desde el punto de vista técnico y financiero, además de ofrecer una mayor certeza en su ejecución, pudiendo ser una realidad en siete y ocho años. Costes, tiempo y viabilidad que se contraponen con el soterramiento que en Granada, como en el caso de Valladolid, Puente expone y defiende para apostar por la integración en lugar del soterramiento. 

Los números para la integración urbana del ferrocarril en Granada prevalecen frente a los del soterramiento para Óscar Puente. Y es que, según sus palabras, la integración está valorada en unos 230 millones de euros, mientras que el coste del soterramiento se estima en unos 760 millones. Una diferencia presupuestaria que también respaldó en Valladolid, donde los informes de Adif sitúan al soterramiento con un coste de 1.570 millones frente a los 350 en el caso de la integración ferroviaria.

"Debemos reinterpretar la relación entre el tren y la ciudad y asumir que el ferrocarril es una pieza urbana más con la que hemos de convivir", aseguraba recientemente el ministro de Transportes, para acto seguido asegurar: "No nos podemos seguir autoengañando con promesas de actuaciones que no se sostienen o no se han valorado correctamente, como un posible soterramiento". No obstante, Puente reitera que está abierto a escuchar las propuestas de la Junta de Andalucía y del Ayuntamiento Granada, teniendo en cuenta que es fundamental llegar a un acuerdo de financiación para poder avanzar en la integración urbana. 

Una reunión entre administraciones que en el caso de Valladolid se produjo el pasado 23 de febrero, donde su alcalde Jesús Julio Carnero defiende soterrar las vías.  "No habrá soterramiento en Valladolid", aseguraba entonces Puente. Y lo hacía en base a un estudio informativo elaborado por diez ingenieros expertos en túneles que situaban la integración como "realista" y el soterramiento como "imposible".

No solo en el presupuesto apoyó su defensa, sino también en los tiempos de ejecución. Si para completar la integración en Valladolid las obras se alargarían durante más de seis años, Puente aseguró que soterrar las vías del tren conllevaría un plazo entre 17 y 19 años. Una diferencia que también ejemplificó en Granada, donde ha fijado un tiempo de ejecución en "no más de siete u ocho años", pudiendo ser una realidad en 2031-2032, frente a los 15 previstos con el soterramiento, que extenderían el plazo hasta 2039 y, además, explicó que habría que suspender el servicio de alta velocidad o construir una estación temporal a las afueras, además de cortar durante tres años la carretera de Málaga y durante nueve meses por sentido la carretera Camino de Ronda.

Con este contexto, se reafirma la apuesta del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible de integrar el ferrocarril en  Granada, al igual que ocurre en Valladolid, donde conviene recordar que el soterramiento se frenaba y cambiaba por la integración en 2017, con el gobierno de Mariano Rajoy y con Íñigo de la Serna como ministro de Fomento.