Diario de Valladolid

La red de calor de Valladolid alimenta ya a más de 1.600 viviendas y quince edificios públicos

Veintidós comunidades de vecinos están enganchadas a la nueva red energética y otros 3.348 pisos solicitan las condiciones para su próxima conexión al sistema de biomasa de la capital

Corte de la calle Mariano García Abril por las obras de la red de calor

Corte de la calle Mariano García Abril por las obras de la red de calorJ.M.LOSTAU

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Maria Bausela

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La red de calor de Valladolid cumple una década y lo hace alimentando a más de 1600 viviendas y 15 edificios públicos. Desde que se abriera la primera zanja en las calles de Valladolid como parte del proyecto de calor sostenible para la calefacción y el agua caliente mediante biomasa la Sociedad de Infraestructuras y Medio Ambiente (Somacyl) que está a cargo de esta red ha extendido 38 kilómetros de tuberías por toda la ciudad que pasan por 22 comunidades de vecinos.

La primera zona en arrancar sus obras fue la de la Universidad de Valladolid que abastece al Campus Miguel Delibes, el Hospital Clínico Universitario y la Casa del Estudiante entre otros edificios. Tras esto llegó la red de Huerta del Rey donde se ubican la gran mayoría de las comunidades conectadas, 20, y recientemente han arrancado las obras en la zona Valladolid Oeste que abarca a Villa del Prado y Parquesol y suma 2 comunidades en cada zona que han firmado su adhesión a red de calor y están a la espera de que finalicen las obras de la nueva central que gestionará la red en ambos sectores.

Esta red en constante expansión “se está extendiendo entre grandes barrios de la ciudad y hay que verla como una gran infraestructura de la ciudad que estará funcionando durante todo el siglo. Estamos hablando de una de las infraestructuras más importantes para el futuro, ya que va a permitir unir las centrales de energía renovable, en este caso biomasa, con todos los puntos de consumo de la ciudad y con ella se puede conseguir que Valladolid alce su objetivo climático de ser climáticamente neutra en 2030”, apunta Sergio Lara, director de Energías Renovables y Eficiencia Energética de Somacyl.

“El proyecto es fundamental para conseguir descarbonizar la ciudad e ir eliminando poco a poco los combustibles fósiles y sustituyéndolos por combustibles renovables, autóctonos y, además, hacerlo a un precio competitivo. La biomasa procede de la limpieza de nuestros montes, Castilla y León en general es una comunidad muy forestal, por lo tanto, al usar la biomasa estamos aprovechando nuestros recursos, previniendo el riesgo de incendios y generando empleo en el mundo rural. Por lo tanto, tiene múltiples beneficios ambientales, sociales y económicos para la ciudadanía al tener un precio de energía renovable, competitivo”, añade.

A este respecto el proyecto suma ya 22 comunidades adheridas a la red, dando abastecimiento a un total de 1625 viviendas y 4875 personas, y otras 44 comunidades han iniciado ya los procesos de gestión para unirse al proyecto, sumando otros 3.348 pisos.

El proceso por el que han pasado estos grupos de propietarios supone “sustituir sus calderas por una conexión a la red de calor”. Este sistema consta de tres partes. Por un lado, están las centrales donde se ubican las calderas de biomasa y se genera el calor. Luego está toda la parte de tuberías donde se transporta el agua caliente que se produce en las centrales hasta los edificios. Y, finalmente, en cada uno de los bloques de pisos se monta una subestación de intercambio.

Este último elemento “es un intercambiador pequeñito, compacto, que ocupa uno o dos metros cuadrados y tiene un intercambiador que separa el agua de dentro del edificio del agua de la red, para que estén aislados ante cualquier fuga. Además, hay un contador de energía y una válvula que en función de lo que demanda el edificio abre más o menos la válvula para entregar más o menos calor. Con esto sustituye las caderas y ya no hay chimeneas ni hay nada en los propios edificios, ya que dejan de tener equipos de combustión propios. Y en las viviendas funciona igual que la calefacción central, cuentan con un termostato con el que regulan la temperatura”, explica.

Este cambio al calor por biomasa supone beneficios para las comunidades puesto que, como asegura Lara, “evita a las comunidades de propietarios el tener que invertir en nuevas calderas que a lo largo de los años van llegando al final de su vida útil. Al no tener que invertir en equipos propios, ya que la conexión a la red de calor no las requiere, supone un ahorro”.

Además, da estabilidad. “Se están firmando contratos de suministro con las comunidades de propietarios a diez años con revisiones en base al IPC, por lo que saben lo que van a pagar en los próximos años. Ahora mismo los combustibles fósiles hoy valen uno, mañana valen tres o dos… Tienen una alta volatilidad y en los últimos años, con todo el tema de la guerra de Ucrania el coste del gas natural se duplicó. Este sistema tiene una mayor estabilidad que es importante para todo el mundo. Da una estabilidad económica a largo plazo, para no tener sustos”, comenta el director de Energías Renovables y Eficiencia Energética de Somacyl.

De este ahorro también se benefician los 15 edificios públicos conectados a la red. Además del Campus Miguel Delibes, el Hospital Clínico Universitario y la Casa del Estudiante la red pasa por los dos Edificios Administrativos de Usos Múltiples, la Escuela de Arquitectura, la Residencia Mayores y el Centro de Salud de Parquesol, el Centro de Salud de Huerta del Rey, el Edificio de Usos Múltiples, la Escuela de Educación Infantil Amanecer, el Edificio del Monasterio del Prado y los institutos de enseñanza obligatoria: Emilio Ferrari, Vega del Prado, Parquesol y Julián Marías.

A estos se podrían sumar otra serie de edificios como el Ayuntamiento y la Diputación de Valladolid, adhesión que se encuentran en proceso de gestión, y el nuevo Centro de Salud de Los Viveros, al que esperan llegar con la futura ampliación de la red de la zona de la Universidad de Valladolid «que seguramente se haga durante el año que viene», concluye Sergio Lara, director de Energías Renovables y Eficiencia Energética de Somacyl.

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