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Valladolid acapara el 12% de farmacias en riesgo de cierre de la Comunidad

Las provincias del oeste (Zamora, Salamanca y León) representan un 53,2% de las oficinas en viabilidad económica comprometida. El CONCyL pide «más capacidades y funciones» para el farmacéutico

Farmacia de Valladolid en una imagen de archivoJ. M. LOSTAU

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Valladolid

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El concepto de ‘medio rural’ no se despega del de ‘dificultad’. La migración forzada, el desempleo juvenil, la falta de relevo generacional, la falta de recursos y varias deficiencias más repercuten en mayor o menor medida en el desarrollo socioeconómico de estas zonas y son fuertes obstáculos para iniciativas emprendedoras, como pueden ser las farmacias, un servicio esencial que se encuentra en riesgo en Castilla y León.

Un claro ejemplo de ello está en la provincia de Valladolid, que acapara el 11,9% de las boticas en riesgo de cierre de la Comunidad, 24 sobre un total de 201. Sin embargo, peor lo tienen en las provincias de la zona oeste como Zamora (19,9%), Salamanca (18,9%) y León (14,4%).

VEC (Viabilidad Económica Comprometida) son las siglas que llevan a aparejadas un total de 201 establecimientos de la Comunidad cuya facturación pública por dispensación de recetas es inferior a 12.000 euros mensuales y/o 200.000 euros al año. Un número, el de 201, que se circunscribe en su totalidad al ámbito rural y que traducido al porcentaje supone un 12,6% del número total de oficinas registradas a 30 de mayo de 2024 (1.596), según los datos facilitados por el Consejo de Colegios Farmacéuticos Profesionales de Castilla y León (CONCyL).

No hay provincia en Castilla y León que sea ajena a la realidad d de las farmacias VEC, siendo el oeste de la región el que peor situación acapara al presentar Zamora, Salamanca y León la mayor cantidad de oficinas en riesgo con 40, 38 y 29, respectivamente, y que engloban conjuntamente un 53%. Sin embargo, para la recién elegida nueva presidenta del CONCyL, estas cifras no se deben a una situación «especial», sino por el estado de cada provincia y sus municipios. «Al final, la situación en Castilla y León entre colegios, a pesar de que hay algunos más grandes que otros, es prácticamente la misma», explica María Engracia Pérez Palomero.

La propia morfología de Castilla y León provoca que más de la mitad de las oficinas de farmacia se encuentren en zonas rurales, con 161 demarcaciones con una proporción de 1.800 habitantes por oficina, mientras el resto se reparte en zonas urbanas (79), con una proporción de 2.500 habitantes, y semiurbanas (51), que se fija por 2.000 habitantes.

«Sabemos que la situación en la farmacia rural, en general, es delicada y que lo tienen todavía más difícil», expone la presidenta del CONCyL, que argumenta que se debe a la población «muy dispersa» de la región y a la «despoblación», lo que conllevan que los municipios sean cada vez más pequeñas, y en consecuencia, que los farmacéuticos afronten a una clientela más reducida.

De hecho, Castilla y León es la segunda comunidad con mayor número de farmacias por habitantes, solo por detrás de Navarra, mientras el 92,2% de los habitantes de la comunidad tiene una en su lugar de residencia. Pero el número cada vez es más reducido, como demuestra que desde 2016 haya 53 menos oficinas, de 254 a 201. «Hay muchas de ellas que sí han cerrado y ahora mismo tenemos esa situación», refleja Pérez Palomero, quien recuerda que tras la pandemia la situación «mejoró» ante el desplazamiento de la población fuera los núcleos urbanos, lo que se vio apoyado en datos al descender el número de farmacias en riesgo de 172 a 154. «Pero ha sido un poco transitorio porque hemos vuelto prácticamente a las mismas cifras que 2020, cuando hubo 209 farmacias VEC», continúa.

Farmacias de Viabilidad Económica Comprometida (VEC)E. M.

«Atados de pies y manos»

El riesgo económico que afrontan mes a mes los responsables de estos establecimientos conlleva que muchos ellos busquen oportunidades en otras comunidades a través de concurso. Otros, en cambio, no consiguen traspasarlos y su clausura es la única solución a la que pueden optar, como ha ocurrido con 20 farmacias solo en los últimos dos años.

Hay quienes también pueden sobrevivir a través de las ayudas que reciben desde otros organismos, como la aplicación por parte de la Junta de Castilla y León de un incremento en el margen comercial mediante una corrección positiva en la escala de deducciones para aquellas farmacias cuyo volumen de ventas sea inferior a 200.000 euros al año. O por ejemplo, en Valladolid, la Diputación ha impulsado recientemen con el Colegio de Famarcéuticos un nuevo convenio para ayudar al sostenimiento económico de las 24 farmacias VEC ubicadas en pueblos de la provincia. «Pero estas farmacias no quieren vivir de ayudas. Lo que les gustaría es poder solventar su situación por sí mismas», expone Pérez Palomero.

Desde el punto de vista de la presidenta del CONCyL, es la propia regulación por ley la que ata «de pies y manos» a los farmacéuticos, con el principal problema de una gestión prácticamente solitaria. «El farmacéutico realiza una labor muy grande dentro del municipio que le corresponde, ya no solamente en las farmacias VEC, sino todas las de zonas rurales que se encuentran en municipios muy pequeñitos en el que el farmacéutico al final es el único sanitario realmente accesible», expresa, elevando a su vez la importancia de esta labor al estar «siempre disponible» y no ser necesaria la cita previa. «Al final también es un seguro para ese municipio el saber o el contar con un profesional sanitario. Pero claro, ahí es donde tenemos la problemática de hasta cuándo o cuánto pueden aguantar esta situación», añade.

Farmacia asistencial

Como recién elegida nueva presidencia del CONCyL, María Engracia Pérez Palomero quiere continuar los planes de la anterior legislatura para que las farmacias logren estar integradas en los planes de salud pública. «Apostamos por una farmacia asistencial», recalca.

Su hoja de ruta dicta que el farmacéutico tenga «más capacidades y funciones que la dispensación del medicamento», como puede ser a través de la incorporación del cribado de enfermedados. «Es una de las cosas que nos gustaría hacer. Actualmente en Castilla y León sí que se están realizando los cribados de VIH, pero creemos que es una de las labores que podría realizar el farmacéutico, que es una labor muy importante porque además aliviaría la situación en la Atención Primaria. Es una labor que podría realizar el farmacéutico sin ningún inconveniente», señala al respecto.

Por otro lado, la presidenta del CONCyL también tiene el foco puesto en ampliar la «digitalización» con más funciones en la receta electrónica y que, además de aliviar la presión asistencial en la Atención Primaria, permitiría mejorar la «conectividad» de los municipios. Por ello, reclama ayudas en este apartado a todas a las diputaciones, ayuntamientos y a la Junta de Castilla y León.

Y otro servicio que podría facilitar la supervivencia de las farmacias rurales sería ampliar el programa de Escuelas Rurales de Salud a más oficinas, una iniciativa en la que está integradas actualmente hasta 109 establecimientos de todas las provincias de Castilla y León ubicadas en pequeños municipios, con el apoyo del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico. «Desde el Consejo General queremos seguira capacitando a la población de una educación suficiente para que tengan mucho más conocimiento de su propia salud», dice Pérez Palomero, lo que además otorgaría «más atribuciones de poder garantizar que ese farmacéutico esté en ese municipio».

A la mejora en la salud y educación sanitaria de la población gracias al programa de Escuelas Rurales de Salud, se añade el positivo impacto de apoyar la farmacia rural para hacer, a su vez, más fuertes social y económicamente a los pueblos. «La gente de los pueblos sabe de sobra el peligro que supone quedarse sin farmacia, como también lo sabe el farmacéutico y la administración. Es muy sencillo de ver que cuando uno acude o visita un municipio de este tipo, por lo que la gente de la zona sabe y conoce del valor de tener un sanitario en su municipio y contar con su ayuda y con su profesionalidad», añaden desde el CONCyL.

Con las cartas sobre la mesa, Pérez Palomero resume que la labor del farmacéutico rural «es muy satisfactoria», mientras los pacientes «valoran muchísimo su situación». Una situación que se encontrarían las nuevas generaciones que cada vez con mayor tendencia emigran hacia los núcleos urbanos. «Sabemos de sobra que el reto demográfico es muy importante y que eso es lo que realmente nos va a poner el camino de la situación que nos vamos a encontrar en adelante, pero por supuesto pueden contar con el respaldo del Consejo de Castilla y León, que en este sentido vamos a respaldar y vamos a luchar por su supervivencia», concluye la presidenta.