Valladolid refuerza el Servicio de Limpieza con la incorporación de 81 trabajadores
El alcalde admite que la ciudad no está todavía como quisiera, pero añade que "nadie dude" de que lo conseguirán
La limpieza fue, durante los ocho años de gobierno del PSOE y Valladolid Toma la Palabra en el Ayuntamiento de Valladolid, un argumento recurrente de oposición del PP casi desde el primer día. Un clásico en los plenos era las fotos de las hierbas nacidas entre las baldosas de las aceras que presentaba el concejal del PP Carlos Paramio como prueba del supuesto estado de abandono, fotografías que podrían tomarse hoy, como entonces, en cualquier barrio de la ciudad.
Si se repasa el archivo de la Comisión de Sugerencias y Reclamaciones del Ayuntamiento, el buzón al que llegan las quejas y peticiones de los vecinos, la limpieza tanto de las calles como de los parques y jardines, ocupa, año tras año, las primeras posiciones.
Incluso el alcalde, Jesús Julio Carnero, admitió ayer que tampoco a él le gusta cómo está la ciudad y que la limpieza es susceptible de mejorable, aunque dio por hecho que conseguirán. «Estamos trabajando para mejorar el aspecto y la imagen de la ciudad y a mi no me gusta cómo está todavía, pero que nadie dude de que vamos a conseguirlo con lo más importante que tiene la sociedad, que son los recurso humanos y los recursos técnicos y un aspecto esencial como es el aparataje organizativo», dijo el regidor en el acto de bienvenida a 81 nuevos peones del Servicio de Limpieza, entre ellos 29 mujeres.
Con el salón de recepciones del Ayuntamiento lleno -además de los 81 trabajadores municipales estaban también familiares- y convertido en un horno, Carnero abrevió para dar a los incorporados la enhorabuena y las gracias por incorporarse a un servicio «vital» para la ciudad en el que realizarán una labor que contribuirá al «interés general y el bien común».
Los nuevos trabajadores se suman a los 375 peones con los que cuenta ahora el Servicio de Limpieza, aunque 121 son personal eventual cuyo contrato finalizará a partir del 4 de agosto y de, manera sucesiva, hasta el 25 de septiembre. A cuántos de los que terminan el contrato se les renovará es una incógnita, pero de cesar todos, los 81 que ahora se incorporan, con ser un número importante, no cubrirían las vacantes que dejarían los contratados.
El concejal de Seguridad Ciudadana y Salud Pública, Alberto Cuadrado, dijo tras el acto de bienvenida que la incorporación de este grupo viene a «dotar de cierta estabilidad» a un servicio que, en conjunto, suma una plantilla de unas 530 personas, incluidos aquí conductores y personal administrativa, y que aspira en lo que resta de mandato a llegar a los 550 o 560 que llegó a tener en su día.
Los nuevos trabajadores realizarán su labor a pie de calle en las labores de limpieza, aunque también podrán incorporarse a la recogida de residuos en los camiones que todavía funcionan con el sistema de carga trasera, sustituidos de forma progresiva por los de carga lateral, un modelo que sólo requiere del conductor del vehículo.
Cuadrado reconoció también que el «Servicio de Limpieza siempre ha sido el principal objeto de crítica esté quien esté» al frente del Ayuntamiento y en tono coloquial ante los reunidos en el salón de recepciones dijo que el funcionamiento del operativo «tiene mucha ciencia». Tras señalar que los componentes básicos del servicio son el personal y la maquinaria, el edil apeló al civismo y recordó que «hay una cosa muy importante: la colaboración ciudadana».
Ante los nuevos trabajadores y sus familiares, Cuadrado recordó que los 81 que ahora se incorporan al servicio «son empleados municipales, no señores o señoras de la limpieza» y si los ciudadanos «depositan las cosas en el contenedor ellos van a trabajar mejor, que es lo más importante», una intervención que fue rematada por el aplauso de los presentes.
Pese a que existe un servicio municipal específico para la recogida de los muebles que se retiran, todavía hay quien deja los enseres desechados junto al contenedor. Sólo por esta razón llegan al Ayuntamiento una media de mil quejas al año.
Habitual también es ver amontonadas cajas y cartones, aunque en no pocas ocasiones se debe a que el contenedor de turno no se ha vaciado todavía.
Desde el Ayuntamiento, subrayaron que la incorporación de los nuevos peones supone un refuerzo que permitirá dotar de mayor estabilidad a la plantilla, sin tener que recurrir a contrataciones temporales y recurrentes que suponen una mayor dilación en los procesos de selección, inestabilidad y un sobrecoste tanto en formación como en equipos.