Diario de Valladolid

BARRIO A BARRIO | CALLES Y PLAZAS

La calle de Valladolid que vio casar a los Reyes Católicos

Esta vía tiene el honor de haber sido escenario del enlace matrimonial de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón en 1469 en el Palacio de los Vivero, un castillo-palacio que en la actualidad es el Archivo Histórico de Valladolid. A unos metros se construyó en 1978 el Clínico

El Palacio de los Viviero, en aquel entonces sede de la Audiencia Territorial de Valladolid, en 1930

El Palacio de los Viviero, en aquel entonces sede de la Audiencia Territorial de Valladolid, en 1930ARCHIVO MUNICIPAL DE VALLADOLID

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Valladolid

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La Avenida Ramón y Cajal tiene el honor de haber sido escenario de la boda de los Reyes Católicos. La placa colocada junto a la entrada del Palacio de los Vivero, actual archivo provincial de Valladolid, refleja la efeméride: «En esta casa siendo propiedad de Juan de Vivero el día 19 de octubre de 1469 se celebró el matrimonio de Doña Isabel de Castilla y Don Fernando de Aragón y para conmemorar tal hecho el Ateneo de Valladolid hizo colocar esta lápida». A continuación figura la fecha en la que fue colocada (19 de octubre de 1916).

Otra placa situada también junto a la puerta de entrada aporta mayor información al palacio que albergó el enlace entre Isabel y Fernando: «Palacio de los Vivero. Mandado edificar hacia 1440 por don Alonso Pérez de Vivero, este castillo-palacio originariamente torreado en sus esquinas acogió el 19 de octubre de 1469 el matrimonio de dona Isabel de Castilla y don Fernando de Aragón. Tras el traslado de la Real Audiencia y Chancillería, los Reyes Católicos le dieron nuevo uso, transformando los salones palaciegos en salas de audiencia. Una sexta parte del edificio la ocupa la Academia de Medicina, el resto alberga el Archivo Histórico Provincial».

Este palacio se encuentra situado casi al final de la Avenida Ramón y Cajal, en la misma acera donde en 1978 abrió sus puertas el Hospital Clínico de Valladolid. Al otro lado de la calle se encuentra la parroquia de La Magdalena, que hace esquina con Colón. En Ramón y Cajal hay establecimientos que abrieron sus puertas hace más de 40 años. Óptica del Clínico atiende al público desde el 1 de febrero de 1980. Más de cuatro décadas al servicio de los vallisoletanos y con muy buena memoria para recordar que entonces no había aceras. Café y copas El Enigma, a escasos metros, es algo más veterano ya que se ubicó allí en 1974. Con anterioridad tuvo otros nombres, pero lo que no ha variado es la ubicación.

La Avenida Ramón y Cajal contempla a diario el paso de cientos de vehículos y eso se debe en gran medida a la presencia del Clínico. Coches particulares y taxis circulan desde primera hora para trasladar a las personas con cita pendiente. Hay que tener en cuenta también que desde allí continúa el camino para avanzar hacia el Puente Mayor y llegar hasta el barrio de la Victoria o continuar la marcha hacia la autovía con destino Palencia y Burgos. Las huertas estuvieron presentes en la Avenida Ramón y Cajal mucho antes de su transformación y urbanización. Allí se encontraba el límite de la segunda muralla de Valladolid, junto al barrio de los moriscos, que incluyó un cementerio.

Enfrente del Palacio de los Vivero se encuentra el Convento de las Descalzas Reales, en su origen consagrado y dedicado a Nuestra Señora de la Piedad. Su fundación data de 1550 y en Valladolid desde dos años más tarde. El edificio actual es una obra de principios del siglo XVII que en su origen se componía de iglesia, claustro, un patio, dependencias y huerta. La comunidad pertenece a la Orden de las Franciscanas Descalzas de Santa Clara de Nuestra Señora de la Piedad. Monumento nacional desde 1974, su economía se basa en una lavandería industrial montada en el propio convento. Así lo indica una placa situada junto a la facha. «Lavamos toda clase de ropa y realizamos todo tipo de bordados cosidos a máquina».

La Compañía de María, enfrente de la facultad de Medicina, y el colegio La Enseñanza también están presentes en la Avenida Ramón y Cajal. El colegio de la Compañía de María abrió sus puertas el 1 de octubre de 1880. Fue el primer centro educativo religioso para la educación de la mujer en la capital vallisoletana. Está edificado en un palacio de mediados del siglo XVI y cuenta con más de mil alumnos.

La Magdalena comparte la parroquia con la calle Colón y la Avenida Ramón y Cajal. Una parte de la torre de la ermita fue destruida en 1938 en plena guerra civil y fue reconstruida sin ningún tipo de licencias ni documentos. Había que reconstruirla y por eso aparece con dos imágenes diferentes ya que conserva la estructura de la parte que se mantuvo intacta y la reformada. El coro de la iglesia se sujetaba sobre la torre y se vino abajo y lo más llamativo es que allí había un órgano que se utilizaba en los actos religiosos. Dejó de funcionar en 1726, por lo que están a punto de cumplirse 300 años.

El hospital provincial de Valladolid estuvo situado cerca de la Facultad de Medicina. A finales del siglo XIX, el centro médico de referencia era el Hospital de la Resurrección, en activo desde el siglo XVI. El Ayuntamiento de Valladolid, la Diputación Provincial y el Gobierno acordaron la construcción de un nuevo hospital situado en el entorno del Prado de la Magdalena entre 1884 y 1889, con reformas posteriores realizadas en 1909 y 1968.

Cafeterías, tiendas y diversos establecimientos dan vida a las calles y avenidas de cualquier ciudad y Ramón y Cajal no es una excepción en Valladolid. Tras concluir la visita a la iglesia de la Magdalena, el paseante inicia el recorrido junto a la ortopedia Pérez Galdós antes de llegar al café bar El Doctorado. La residencia universitaria Colegio de María Monferrant y el colegio La Enseñanza cierran la primera parte de la avenida, que continúa tras el cruce con la calle Paraíso. Bares, un despacho de loterías y apuestas, un establecimiento de venta de comidas y otros productos, un quiosco de la ONCE y varias funerarias cierran este segundo tramo antes de llegar al Convento de las Reales Descalzas.

Ramón y Cajal forma parte del barrio Hospital, que con anterioridad tuvo otro nombre, San Pedro Apóstol, y es que su nacimiento se produjo cerca de la parroquia de este mismo nombre. Tanto en esta avenida como en calles cercanas del barrio destacó en sus orígenes la presencia de huertas y varias iglesias. Es lo que encontraron los residentes que llegaron a Valladolid procedentes de los pueblos de la provincia en busca de un puesto de trabajo. La construcción de los primeros bloques de viviendas y las obras de urbanización comenzaron a transformar la avenida, una de las grandes arterias del barrio Hospital, pero fue la construcción del Clínico a finales de los años 70 la que dio el espaldarazo a todo el entorno y por supuesto a la Avenida Ramón y Cajal, en honor al médico y científico español que obtuvo multitud de premios y distinciones en su brillante carrera y que en 1906 recibió el Premio Nobel de Medicina.

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