LAS CATALINAS
El arquitecto presentará en octubre su proyecto para rescatar Las Catalinas
El Ayuntamiento formaliza el contrato de 3,9 millones para ejecutar las obras que a finales de 2025 transformarán el convento en un centro dedicado a la cultura del vino
Recreación del edificio restaurado como centro del vino, diseño del estudio Primitivo González.
La empresa Cabero Edificaciones tiene hasta el mes de octubre para presentar al Ayuntamiento de Valladolid el proyecto que transformará el antiguo convento de las Catalinas en un centro dedicado a difundir la cultura del vino. Con la firma del contrato este martes, 16 de julio, se activa el plazo que tiene la adjudicataria para redactar los diseños que rescatarán el histórico conjunto monástico de la calle Santo Domingo de Guzmán.
Su compromiso es completar el proyecto dentro de las próximas quince semanas (una de las mejoras de su oferta, que reduce en dos semanas el tiempo máximo establecido en la licitación). Y ese reloj se activó este miércoles, día siguiente a la fecha de formalización del contrato.
Luego, para la ejecución de la obra dispondrá de casi un año (11 meses y tres semanas) a partir de la firma del replanteo. En total, acorta en más de cuatro meses el tiempo estipulado en los pliegos, comprometiéndose a concluir los trabajos a finales de 2025.
El documento, ya registrado, formaliza la primera fase de la intervención, con más de 3,9 millones de euros de inversión para la redacción del proyecto y la ejecución de las obras de rehabilitación y la musealización para transformar parte del edificio en un centro dedicado a interpretar y divulgar la cultura del vino. La actuación sobre el edificio continuará en fases posteriores para añadir otros posibles usos, como el hotelero, deportivo, social o de ocio, barajados desde el inicio pero aún sin definir en firme.
La vallisoletana Cabero Edificaciones es la empresa adjudicataria del contrato para esta primera fase y ganó el procedimiento con una propuesta del estudio de arquitectura Primitivo González.
Su diseño propone «una intervención clara, con un nuevo volumen de circulaciones situado en paralelo a la crujía existente, evitando una intervención excesiva a nivel de estructura». Se trata de una propuesta estética que busca el «diálogo con la preexistencia» y «se distancia de la reproducción historicista tanto como del contraste contemporáneo».
El proyecto plantea una nueva fachada hacia el Patio de la Magdalena «que replica la ubicación de los huecos en la fachada histórica, generando un interesante espacio intermedio entre ambos muros: el histórico y el contemporáneo». En relación con el entorno urbano, «se plantea una tapia de convento sin horadar, manteniendo los accesos actuales, pero diseñando las puertas de acceso al conjunto». «En el patio de entrada se propone un jardín de flores, especialmente rosales (como tenían las monjas) y una fuente o ‘caja de agua’, que incorpora un sonido tranquilo y relajante», mientras en el patio de la Magdalena, «se mantienen y potencian los árboles frutales, como granados, almendros y nogales, y se plantan huertos de plantas aromáticas y medicinales». En el jardín exterior sitúa «el jardín ampelográfico, generando mediante la secuencia de viñedos, un trazado similar al de las antiguas huertas del convento, con zonas estanciales, de descanso, reflexión, y meditación».
La imagen del futuro proyecto museográfico recurre a los colores del vino tinto en su proceso de fabricación y exprime «la luz natural como material que ‘construye’ el espacio», a través de lucernarios y pequeñas zonas de vidrio transitable entre viguetas (donde no hay yeserías históricas) «para permitir el paso sosegado de la luz natural, que cree espacios misteriosos, sobrios y elegantes, para la observación del recorrido museográfico».
El contrato va a ser financiado en su totalidad con fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. El Ayuntamiento, para hacer frente a los costes de ejecución, ha aprobado y comprometido un gasto por el importe del proyecto, con cargo a las aplicaciones presupuestarias de 2024 (casi 1,2 millones de euros para la redacción de los proyectos y el arranque de las obras) y 2025 (casi 2,8 millones para la ejecución de los trabajos).
La intervención resucitará este recinto monástico después de años deshabitado. La congregación religiosa abandonó las instalaciones en 2007 y el Ayuntamiento lo compró en 2019 por 5,8 millones de euros, después de una larga negociación. El anterior equipo de Gobierno intervino entonces para acondicionar las antiguas celdas de las monjas, el módulo que presentaba un peor estado de conservación, y actuar en elementos estructurales que requerían una actuación sin demora.
Ahora, con la formalización del contrato el antiguo convento de las Madres Dominicas, protegido como BIC, resucitará como un espacio cultural en el corazón de la ciudad, abierto al visitante e irrigado por la rica tradición vitivinícola de Valladolid.