Vivienda
VIVA afronta las filtraciones que sufren casas públicas de La Galera en Valladolid desde hace 13 años
La Sociedad de Suelo y Vivienda prevé medio millón de euros para solventar las deficiencias en los 22 chalés, mientras espera la resolución de las denuncias interpuestas a la constructora y a una empresa que contrató el año pasado para los arreglos
Cinco días después de la tormenta del pasado 28 de junio, la manta que extendieron en el suelo en una de las casas de la calle Bergantín de La Galera todavía seguía fresca. No la habían guardado todavía, no sólo porque siguiera húmeda, sino porque siempre está ahí, junto al sofá a pesar del calor estival, ya que cada vez que llueve tienen que desplegarla para que empape el agua que escurre por una de las paredes, junto con una especie de lona de plástico a fin de evitar daños en la tarima.
El «calvario» no es exclusivo de esta vivienda, sino de todas las que forman parte de una promoción pública de 22 chalés distribuidos en dos hileras –con entrada por Bergantín y también por Carabela– promovida por la Sociedad Municipal de Suelo y Vivienda de Valladolid (VIVA) hace ya más de una década. En todo este tiempo, desde que obtuvo la licencia de primera ocupación en el año 2011, los vecinos se quejan de que sólo se han puesto «parches» y se muestran escépticos sobre si, ya por fin, la actuación que está ultimando el Ayuntamiento es la definitiva.
Con el objetivo dar una respuesta a las familias, «merecedoras» de que se aborde la «necesaria reparación» para que puedan vivir sin tener que estar pendientes de la predicción meteorológica para saber si tienen que colocar toallas a modo de empapadores, como relataba a este periódico otro de los miembros de la comunidad, VIVA ha vuelto a poner en marcha la contratación de las obras para abordar la rehabilitación, tanto de las cubiertas como de las fachadas, en aras de eliminar las filtraciones. En total, ha previsto de nuevo un presupuesto que supera el medio millón de euros.
Valladolid
Auvasa amplía el servicio de autobús a La Galera y el barrio Nuevo Hospital con 6 paradas nuevas
Fernando Martín
Se trata del segundo intento por parte del Consistorio de que una empresa afronte las reparaciones, después de que la seleccionada el año pasado –una ubicada en Almería– no ejecutara el acuerdo rubricado. El Ayuntamiento ya tiene denunciado el incumplimiento del contrato y aguarda el pronunciamiento de la Justicia, mientras espera que también se resuelva la demanda interpuesta a la constructora. Aquella que se alzó con el proyecto en 2009 y que después de una mala ejecución, se ha desentendido de los problemas que sufren quienes habitan unas casas llenas de goteras y humedades.
«No podíamos seguir esperando y por eso, aunque tengamos dos procedimientos judiciales abiertos, hemos decidido volver a sacar a licitación las obras», explicó el concejal de Urbanismo, José Ignacio Zarandona, quien calculó que podrían empezar en septiembre y estar listas en un plazo de «dos o tres meses», así que quizá los moradores puedan tomar las uvas mirando el reloj del salón que en muchas viviendas han retirado de la pared para que no se estropee porque escurre agua.
Se trata de una previsión, en todo caso, muy optimista, teniendo en cuenta que en el plazo de ejecución que figura en el expediente para estos trabajos de aislamiento térmico se eleva a los seis meses.
Más allá de la duración concreta, lo cierto es que las obras parecen inminentes y, pese a ello, los habitantes de esta manzana ubicada en la urbanización a la que se accede por la carretera de Fuensaldaña se muestran escépticos. Ya han visto cómo en numerosas ocasiones han venido técnicos municipales y operarios de empresas a hacer comprobaciones y siguen esperando, según cuentan.
«Vienen, hacen el paripé y se van», dice con un deje entre el cabreo y la resignación uno de los inquilinos de estas casas, antes de mostrar varias marcas de los taladros que hicieron en la fachada para comprobar los niveles de humedad, y de señalar la diferencia de tonalidad que se aprecia en un tejadillo porque allí hicieron una cata a fin de cerciorarse del estado del aislante.
Valladolid
Un dispositivo de 32 cámaras en 27 calles vigilará la zona de bajas emisiones de Valladolid
Fernando Martín
«Es una vergüenza los materiales que utilizaron en la construcción», añade otra vecina para referirse a una calidad empleada que, según le aseguraron especialistas contratados a título particular, no son propios de una zona con esta climatología, expuesta a heladas y lluvias.
La mujer ha perdido la cuenta de las reparaciones que ha tenido que asumir de su bolsillo, la más reciente hace sólo una semana, cuando contrató a un pintor. Aunque apenas unos días después ya se aprecian desconchones en techos y alrededor de las ventanas, al menos ha eliminado el moho gracias a un producto específico para su tratamiento y a una mano de color.
Hay más habitantes que reconocen haber afrontado arreglos superficiales para poder vivir con dignidad –sin que se lo cubra el seguro de hogar–, pero no se han lanzado a asumir la rehabilitación integral que sufren sus inmuebles porque se requiere una importante inversión y están esperando a que VIVA resuelva las denuncias tramitadas y se encargue de pilotar esa solución global que ansían desde hace tantos años.
No es que en todo este tiempo la Sociedad Municipal de suelo y Vivienda haya mirado para otro lado, según explicó Zarandona –y según consta en el expediente–, pero los diferentes equipos de Gobierno se han tropezado con un cúmulo de problemas, y los plazos administrativos son lentos.
Los primeros contratiempos se remontan a la época en la que se estrenó esta promoción, erigida en dos parcelas del sector 2 de La Galera, después de que el Ayuntamiento contratara al Grupo Constructor Herce en 2009 para edificar unas viviendas de protección destinadas primero al alquiler y después ofertadas en compra. Los habitantes enseguida notificaron «humedades en cubiertas y fachada» pero, «pese las actuaciones puntuales» que se realizaron, no se solucionaron los problemas de filtraciones.
Hasta 2015 estaban en periodo de garantía y Herce se tenía que haber hecho cargo, pero las reparaciones que hicieron no fueron suficientes y después «dejaron de atender a VIVA», recordó el concejal del área. El caso se denunció y, mientras esperan al pronunciamiento, el Consistorio optó por la contratación de otra empresa para solventar los desperfectos.
Fue en junio del año pasado cuando se formalizó el acuerdo con la mercantil Estructuras del Levante Almeriense para que se encargara de unas obras que ni siquiera empezaron y cuyo incumplimiento también está denunciado. Así que después de aquel intento infructuoso, ahora los residentes no se fían de que esta nueva licitación que está en marcha acabe en buen puerto. Que se lo digan a otra de las vecinas, que el verano pasado no le montó al niño la piscina en el jardín porque iban a arrancar los trabajos. Y se pasó el verano, el otoño, el invierno, la primavera... y siguen esperando.
Mientras se resuelve la denuncia, VIVA acordó en marzo de este año «la resolución anticipada e inmediata del contrato de obras suscrito con la mercantil Estructuras Levante Almeriense», después de «reiteradas dificultades» para comunicarle la decisión, debido a que la sociedad ha cambiado de nombre, según consta en la información facilitada por José Ignacio Zarandona.
Pendientes, por tanto, de que la justicia se pronuncie en referencia a la denuncia interpuesta a la constructora y también a la tramitada con la empresa que se seleccionó hace un año para que hiciera los arreglos, el Ayuntamiento ha vuelto a sacar a licitación los trabajos por un montante que roza los 516.000 euros para la rehabilitación térmica de las 22 viviendas unifamiliares de la promoción de La Galera, todas ellas con las mismas patologías aunque con diferente grado de afección.
El día 22 de este mes de julio finaliza el periodo de recepción de ofertas y también es cuando el Ayuntamiento tiene concertada una reunión con los vecinos para explicarles en qué va a consistir la intervención.