Diario de Valladolid

ENTREVISTA | ALCALDE DE VALLADOLID

Carnero: «Yo no me atrevo a calificar a Óscar Puente de enemigo, pero para querer a Valladolid hay que demostrarlo»

Rebasado su primer año a las riendas de la ciudad del Pisuerga, aún se ve en la obligación de llamar la atención a algunos: «Deben saber que ha cambiado el gobierno por un resultado electoral», señala

El alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero

El alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero

Publicado por
Valladolid

Creado:

Actualizado:

Más de un año al timón del Ayuntamiento de Valladolid, y aún encuentra resistencias que intentan desviarle del rumbo que, asegura, han decidido los vecinos de la ciudad. Se refiere, en primer lugar, al soterramiento, al que se opone en cuerpo y alma su antecesor y actual ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente. Por eso incide en que las decisiones de Valladolid deben tomarse en Valladolid, y no en un despacho de La Moncloa. «Los ciudadanos decidieron el soterramiento», subraya. No se le ponen por delante ni las pretendidas imposibilidades técnicas, ni las presupuestarias, ni las temporales: «Es cuestión de voluntad política. Sin ella no tendríamos desviado el Esgueva, ni habría llegado el agua al centro urbano por las Arcas Reales, ni habría llegado el ferrocarril a la ciudad».

Pregunta.– Últimamente andan ustedes un poco zozobrados en asuntos urbanísticos, ¿no? Un día se dice desde el Ayuntamiento que la reforma del puente de Poniente incluirá unas pantallas muy modernas, otro día que no las incluirá... Un día está bien el Arco de Ladrillo, al siguiente resulta que es necesario hacer una intervención de urgencia.

Respuesta.– No hay ninguna contradicción en la gestión de gobierno. Ni en el área de Urbanismo ni en ninguna otra área. Hay, como en todos los ámbitos de la vida, unos momentos en los que uno está en la línea correcta desde el principio hasta el final y en otros momentos, a pesar de ir por la línea correcta, hay modulaciones. Lo que sí que es importante es mantener el objetivo. ¿Y cuál es el objetivo? Ampliar el puente del Poniente, mejorarlo. Y en ese ámbito estamos trabajando. Se ha malogrado la presencia de un artista de la talla de Plensa, que podría haber participado en el proyecto, pero ha sido una decisión personal suya. Eso no es una cuestión de la que sea responsable ni el equipo de Gobierno ni el Ayuntamiento, ni el concejal ni el alcalde. Es una decisión que ha adoptado el escultor. Él se lo pierde.

P.– Quizá el susto más inmediato llegó con la intervención en el ‘Scalextric’ del Arco de Ladrillo. ¿Es un viaducto para el futuro o es una infraestructura del pasado?

R.– En ese viaducto lo único que estamos haciendo desde el Ayuntamiento es operar con responsabilidad. Es muy importante que todo aquel que no lo sepa, se conciencie de que ha habido en esta ciudad un cambio de gobierno, y ese cambio de gobierno es fruto de un resultado electoral.

El resultado electoral de los últimos comicios municipales hace una apuesta clara: que los vecinos de Valladolid quieren el soterramiento y no la integración. Con independencia de ello, en el caso del Arco de Ladrillo en este momento ha aflorado una situación extrema que exige que acometamos una serie de actuaciones de emergencia que no tienen que ver ni con la integración ni con el soterramiento. Tienen que ver con la movilidad, con que sea eficiente. Y en eso estamos trabajando con total normalidad, con total lógica.

«El resultado electoral de los últimos comicios municipales hace una apuesta clara: que los vecinos de Valladolid quieren el soterramiento y no la integración»

P.– No está muy claro si con esas obras el túnel previsto para sustituir el paso superior se realizará o no se realizará. ¿Nada tienen que ver en ello las obras de urgencia? ¿Esta intervención acaba con la esperanza de tener un paso inferior?

R.– Se trata de una actuación que permite mantener la circulación en tanto en cuanto no tengamos respuestas de ciudad a lo que supone la demolición del Arco de Ladrillo a través de lo que nosotros pretendemos, que es soterrar. Porque en el proyecto de soterramiento tiene que ir también un túnel.

Por tanto, el viaducto de Arco de Ladrillo, cuando corresponda, no antes o después, sino en el preciso momento en que corresponda, tiene que ser demolido. Ese momento llegará, al menos, cuando tengamos dada una solución circulatoria a la ciudad. Hoy por hoy, no la hay. Hoy por hoy tenemos un paso como es el de Daniel del Olmo, que está restringido. También tenemos el paso de Labradores cerrado. Por tanto, yo no voy a ser el responsable de un caos circulatorio de dimensiones siderales, que nadie cuente conmigo para ello. Por eso no voy a permitir que haya una demolición en el Arco de Ladrillo en tanto en cuanto no haya una alternativa circulatoria que permita acometer la demolición. Y mientras, tenemos una situación puntual, que es llevar a cabo una actuación de emergencia que corresponde realizarla ahora, según señalan los informes técnicos, y es lo que estamos haciendo. No hay contradicciones en ninguna de estas actuaciones.

«No permitiré la demolición del Arco de Ladrillo si no existe una alternativa circulatoria para la ciudad»

P.– Entiendo, entonces, que aunque se esté interviniendo en el viaducto, sigue adelante la licitación del túnel de forma paralela.

R.– Ese es un tema que le corresponde a la Sociedad Alta Velocidad. Ahí nosotros, lo único que vamos a hacer, son las correspondientes alegaciones. Ya hemos realizado algunas. Pero esas alegaciones, como puede inferir, van en esa misma dirección mientras no tengamos dada una solución circulatoria a la ciudad de Valladolid.

El proyecto que lleva a cabo ADIF y Valladolid Alta Velocidad en relación al Arco de Ladrillo, a juicio de este Ayuntamiento, tiene una conditio sine qua non, que es darle una solución alternativa circulatoria a la ciudad de Valladolid. Hoy por hoy no está dada. Por tanto, nosotros no podemos apoyar, ni dejar de apoyar, ese proyecto. Cuando tengamos dada esa solución, haremos una valoración. Lo que queremos es un túnel que permita el soterramiento. Lógicamente, porque ese es nuestro proyecto. El proyecto de ellos es el de la integración, no es el proyecto de la ciudad de Valladolid.

P.– Las últimas noticias en relación al proyecto de la estación de trenes por parte de ADIF, con vías en superficie, no parecen en absoluto compatibles con el soterramiento.

R.– En este tema sí que tengo que hacer una reflexión: ¿Se va a querer gobernar la ciudad de Valladolid desde una sede que no sea el Ayuntamiento de Valladolid? ¿Se va a querer gobernar la ciudad de Valladolid desde un despacho que no sea el que corresponde a los ciudadanos de Valladolid? ¿El despacho de la ciudad de Valladolid en la toma de decisiones va a estar en La Moncloa? ¿La Moncloa no tiene que ser el representante y gobierno de todos los españoles y que oiga, en este caso, lo que han dicho los vallisoletanos?

¿Y qué han dicho los vallisoletanos de forma mayoritaria y clara? Que quieren un proyecto, que es el soterramiento del ferrocarril. Por tanto, tiene que ser respetado, porque esa es la decisión de los vallisoletanos. Ese proyecto de la estación de trenes mal se aviene con el modelo de lo que han dicho los vallisoletanos. ¿Escuchamos a todo el mundo y no escuchamos a los vallisoletanos? ¿Es de lo que se trata? ¿De hacer proyectos en los cuales no creemos los vallisoletanos y los hacemos porque sí? ¿Esa es la decisión de La Moncloa a través de ADIF? Pues mire usted, eso se aviene mal con el sentido común, pero además se aviene muy mal desde un punto de vista democrático.

«¿Se va a querer gobernar Valladolid desde un despacho que no corresponde, desde un despacho de La Moncloa?

P.– Su predecesor en el cargo, Óscar Puente, acaba de decir en alguno de sus muchos foros, precisamente, que ese proyecto de la nueva estación de tren «mata» el soterramiento.

R.– El problema no se debe a ningún proyecto: el que mata el soterramiento es Óscar Puente.

P.– Qué curioso. Él lo había prometido en aquellas elecciones que no ganó, pero que le llevaron a la Alcaldía la primera vez...

R.– Fíjese si lo prometió que lo hizo ante notario. Ahora él señala que eso no valía, que era muy pronto.

P.– A la segunda lo volvió a prometer, y fue de nuevo alcalde. A la tercera ya estaba muy en marcha la integración. No prometió el soterramiento, y no fue alcalde. ¿Cree que Puente está resentido, que es ahora el enemigo de Valladolid en cuanto a los grandes proyectos de ciudad?

R.– Yo no me atrevo a calificar a nadie de enemigo. Lo que sí es cierto es que para querer a Valladolid hay que demostrarlo.

«No es el proyecto de la estación de tren el que mata el soterramiento: el que mata el soterramiento es Óscar Puente»

P.– Ha calificado usted al portavoz del Grupo Municipal Socialista, Pedro Herrero, como ‘El portavoz inexistente’. ¿A qué se debe tal apelativo?

R.– Es muy sencillo. El año pasado fue el centenario de Ítalo Calvino, un grandísimo periodista y escritor, y él tiene una trilogía que es deliciosa, maravillosa, que habla de El vizconde demediado, El barón rampante y El caballero inexistente. Yo dije en un pleno que no sé en cuál de estas tres categorías encajar la labor de portavoz que ejercía este señor. Y hoy por hoy no atisbo otra que no sea la de la inexistencia, lo cual es muy triste. Pero, ¿la inexistencia, por qué? Porque una oposición, aparte de hacer un ejercicio de control del gobierno, tiene que defender los intereses de los vallisoletanos a través de ese ejercicio. Es evidente que este portavoz no ejerce una labor de oposición a través del control en el beneficio de los vallisoletanos. Bueno, eso es una opinión y por tanto, mucho más no puedo decir, porque es inexistente.

«Es evidente que Pedro Herrero no ejerce una labor de oposición en beneficio de todos los vallisoletanos»

P.– ¿Quién podría sustituir a Puente: Pedro Herrero o Luis Vélez?

R.– Mire, yo no tengo tiempo para perderlo en cuáles son las decisiones que tienen que tomar en ese grupo, y además, no les voy a distraer. No dude usted de que no les voy a distraer. Que sigan.

P.– ¿Se siente usted cómodo con esta oposición?

R.– Con una oposición con ese portavoz, que es inexistente, pues no es la mejor. Yo quiero un portavoz que controle al equipo de Gobierno, repito, desde lo que beneficia a los vallisoletanos. Fíjese usted: ¿cómo puedo estar yo cómodo con una oposición que resulta que no defiende que Valladolid pueda tener once millones en este presupuesto, como le hemos pedido a la Sociedad Alta Velocidad, para que lo podamos utilizar en proyectos concretos de ciudad y que solo atiende a las razones de su ex jefe?

P.– Bueno, lo de ex jefe... Quién sabe si quizá dentro de poco será su jefe autonómico aquí, en Castilla y León, o su jefe nacional.

R.– Me refiero a su ex jefe como alcalde.

P.– ¿Es cierto que persiste en no quiere aplazar ese pago de la deuda de once millones con ADIF?

R.– A día de hoy, nosotros le hemos pedido el correspondiente aplazamiento y no hemos obtenido aún respuesta administrativa, lo cual es sorprendente. Pero es incomprensible que la oposición se pliegue al capricho de lo que señala el ex alcalde y actual ministro de Transportes y Movilidad Sostenible.

Una oposición tiene que defender, desde el control, los intereses de los vallisoletanos, y el interés de los vallisoletanos es que podamos utilizar esos once millones en este ejercicio en proyectos concretos y específicos, como hemos señalado. Y resulta que no. Deciden defender el capricho del exalcalde y actual ministro, porque es un capricho. Fíjese si es un capricho que cuando él estuvo de alcalde, pidió aplazamientos y se le fueron concediendo. Y nosotros este año tenemos que pagar once millones que son el resultado de una suma: ocho millones iniciales y tres de aplazamientos que se le concedieron al señor alcalde de Valladolid, señor Puente. ¿Se puede estar cómodo con una oposición así? A mí lo que me produce esa oposición es muchísima tristeza. Porque claro, no están defendiendo los intereses de los vecinos. Están defendiendo los intereses de uno que fue vecino.

«A mí esta oposición me produce muchísima tristeza porque no está defendiendo los intereses de los vecinos, sino de uno que fue vecino»

P.– Ese que dice usted que fue vecino, asegura que el soterramiento es imposible técnicamente. Ha enviado un informe al respecto. Una vez analizado por el Ayuntamiento ese informe, ¿qué opina?

R.– Nosotros estamos trabajando en tener un estudio que exprese y demuestre lo que yo estoy convencido de que va a ser así: que el soterramiento, aparte de viable técnicamente –porque eso no lo discute nadie, o mejor dicho, no lo va a discutir nadie–, va a ser viable económicamente y viable desde un punto de vista temporal. Eso lo tengo muy claro. Y por tanto ese soterramiento se podrá realizar de la misma manera que se está acometiendo en Vitoria; que se está acometiendo en Murcia; en Almería; en Moncada; en una parte de Logroño; igual que se va a acometer en Valencia, etcétera.

Tenemos a lo largo y ancho de todo el territorio soterramientos, y resulta que Valladolid no puede tenerlo. Resulta, fíjese que curioso, que esa infraestructura en Valladolid, según dice el Ministerio, cuesta 1.500 millones de euros, siete kilómetros, y la actuación en el túnel que van a hacer en el Estrecho, con una longitud de 26 kilómetros, cuesta 6.000 millones. A ver cómo se come eso, o se bebe, porque en este caso, al ser un túnel que va bajo el mar, se bebe: 26 kilómetros, 6,000 millones; siete kilómetros, 1.500 millones.

Como dije en el debate del estado de la ciudad, la expresión de voluntad de este Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible se mide en que desde que este ministro es ministro, se están llevando a cabo actuaciones, a través de licitaciones, de anuncios, etcétera, por importe de más de 34.000 millones de euros, en actuaciones de todo tipo en España, publicadas en el BOE, y resulta que el encaje del soterramiento en Valladolid no se puede producir. Ojo, que lo único que hemos pedido es renegociar, a través de la correspondiente comunicación y negociación, el convenio de 2017 y ver cómo y de qué manera debemos acometer el soterramiento en los plazos que correspondan en los términos que se señalen. Es decir, que volvamos a la casilla de salida que era el soterramiento y que se abandonó.

«Desde que el ministro de Transportes es ministro ha licitado por 34.000 millones de euros, y resulta que el soterramiento de Valladolid no tiene encaje»

P.– ¿Cuál puede ser el interés que tiene el Gobierno para negarse tan en rotundo?

R.– Usted vio lo que alegaron: que es inviable técnicamente, que es inviable económicamente. Pero fíjese si es contradictorio, que la misma presentación por parte del ministro de ese informe, cuando llega la parte de la integración, señala que, por supuesto, el plazo temporal que se da no se la cree, que tardará muchos más años la integración de lo que dice el propio estudio que ha generado el Ministerio. ¿Cómo me van a hacer a mí creer el estudio si los propios hacedores del informe no se lo creen? Es un informe, yo siempre lo he dicho, que nace ya en origen de una manera totalmente subjetiva, porque el propio Ministerio dice que no cree los soterramientos. Llega a decir en la reunión que ni tan siquiera cree en el de Murcia. Que ADIF no quiere hacer soterramientos. Es lo que nos dicen. Por tanto, ¿cómo va a creer en el soterramiento de Valladolid si no cree en ningún soterramiento? Pero el caso es que se hacen. Porque son fruto de la voluntad política.

Cuando hay voluntad política, se mueven todos los obstáculos, todas las imposibilidades. Si no fuera por eso aquí no tendríamos todavía desviado el Esgueva; si no hubiera habido voluntad política no habríamos tenido agua que beber en el centro de la ciudad, que traíamos desde Arcas Reales, ni habría llegado tan siquiera el tren a Valladolid, si no hubiera habido voluntad política. Pero hemos tenido la mala suerte de encontrarnos, con un ministro que es ex alcalde y que llega a la conclusión de que no quiere ayudar a Valladolid en este tema.

P.– Veo que la relación con el Gobierno de España va mal. ¿Qué tal funciona con el Gobierno de la Junta de Castilla y León?

R.– Yo no puedo sino hablar bien, de una relación que está teniendo sus frutos en la ciudad de Valladolid. Y hay muchos ejemplos, pero hay un ejemplo que es palmario, que son las obras de remodelación de la estación de autobuses, porque nos merecemos tener una estación digna y por fin, fruto de esas conversaciones que hemos tenido con el Gobierno de la Junta, la vamos a tener. Y yo se lo agradezco de manera muy personalizada al presidente Alfonso Fernández Mañueco.

P.– ¿Cuándo va a estar en marcha? ¿Qué plazo de ejecución tiene?

R.– Tal como ha informado la consejera de Movilidad, tiene un plazo de ejecución que arranca a finales de este año. A partir de ahí, se va a desarrollar todo el proceso de remodelación con una inversión en torno a los cinco millones de euros. Pero hablamos de esto y hablamos de las actuaciones que vamos a llevar a cabo en el polideportivo Miguel Delibes, en el barrio de la Victoria, fruto también de la colaboración entre la Junta de Castilla y León y el Ayuntamiento de Valladolid.

Toda esa cerrazón que estamos encontrando en el Gobierno de España se convierte en proyectos palpables y que benefician a todos los ciudadanos y que están percibiendo ya en la relación con la Junta de Castilla y León. Tenemos un Gobierno autonómico presidido por Alfonso Fernández Mañueco que actúa a favor de los vecinos y vecinas de la ciudad de Valladolid.

Y tenemos un Gobierno de España presidido por el señor Pedro Sánchez, que no actúa a favor de los intereses de los vecinos y las vecinas de Valladolid, porque hemos hablado del soterramiento, pero podemos hablar de la petición que hemos hecho de que Las Catalinas alberguen un parador y nos hemos encontrado con la sinrazón. Y así podríamos seguir expresando casos.

«La remodelación de la estación de autobuses es un ejemplo de que la relación con la Junta de Castilla y León da frutos»

P.– Otro asunto del Gobierno, la Ciudad de la Justicia.

R.– La Ciudad de la Justicia en este momento podría ser un ejemplo que expresara perfectamente un cambio de actitud por parte del Gobierno de España y yo espero que sea así. A partir de este momento, tienen ya la posibilidad de actuar desde el Ministerio de Justicia. Yo espero que actúen lo más rápidamente posible, porque ya son muchos años esperándola.

Recuerde que en el año 2015 había un proyecto para llevarla a cabo en el barrio Girón. Entró a gobernar la izquierda en esta ciudad, se desechó ese proyecto, y arrancó un larguísimo camino que nos ha llevado a que hayamos cedido en el último pleno ya, por fin, los terrenos, desde un punto de vista urbanístico, y las parcelas correspondientes para que el Ministerio pueda empezar a llevar a cabo estas actuaciones. Una travesía de ocho años.

P.– ¿No se sabe todavía cuándo va a entrar en marcha?

R.– Yo espero que sean rápidos y confío en que, de alguna manera, rompan esa tendencia a la que me he referido, de falta de compromiso con la ciudad de Valladolid por parte del Gobierno del señor Sánchez.

P.– Están contentos los vecinos de la calle Estación por la apertura de la vía al tráfico, tras las obras. ¿Cómo marchan las vías que están en proceso de modernización?

R.– Son muchas. Estamos llevando a cabo numerosas actuaciones y en este momento la ciudad, en determinados puntos, no tiene la movilidad que todos quisiéramos, porque estamos llevando a cabo intervenciones que mejoran la vida de todos los vecinos y las vecinas.

Solicitamos que se instale un parador en Las Catalinas y nos hemos encontrado con la sinrazón. Espero que el Gobierno actúe pronto con la Ciudad de la Justicia»

P.– La ocupación turística en verano suele bajar mucho en Valladolid, que tiene como punto fuerte el turismo de congresos y de eventos. De cara a las fechas estivales, el sector se queja de la influencia negativa de las viviendas de uso turístico. ¿Va a haber alguna regulación sobre estos pisos para viajeros?

R.– La regulación corresponde a la Junta de Castilla y León, en primer lugar. Nosotros estamos trabajando muy directamente con la Junta, y en ese sentido quiero, desde aquí, poner en valor el trabajo que se está haciendo por parte del consejero de Cultura y Turismo y del director general de Turismo en aras a solventar este problema. En este ámbito hay que distinguir aquellas actuaciones que se llevan a cabo desde el punto de vista de los apartamentos turísticos, que son acordes a la ley, que corresponden y tienen todo tipo de autorizaciones –y por tanto, no hay nada que decir, y que conviven con el resto de establecimientos, hoteleros que puede haber en una ciudad–, de aquellas otras que no se avienen a la ley, que están fuera de las correspondientes autorizaciones y que, lógicamente, son perseguibles.

Desde ese punto de vista, insisto y repito, quiero poner en valor el trabajo que desde la Consejería de Cultura y Turismo se está haciendo. Y espero que entre todos seamos capaces de resolver este problema, que no es un problema en este momento acuciante en una ciudad como Valladolid, pero que sí lo es en muchas partes del territorio nacional, y que yo creo que exige poner muchísimo sentido común a la hora de mantener un equilibrio entre la convivencia de los turistas y de los ciudadanos.

P.– Existe algún proyecto por parte del equipo de Gobierno para equilibrar la demanda turística de verano con la de invierno?

R.– Sabiendo que nuestro turismo es de interior, estamos satisfechos de cómo se trabaja desde el punto de vista turístico también la estacionalidad. Si usted viera las cifras de turistas que en este momento, en este mes de julio, hay aquí en Valladolid, a lo mejor se sorprendía gratamente.

Un proyecto para mí fundamental, que tiene mucho que ver con solucionar el problema de la estacionalidad, es lo que vendrá después de ferias. Aquí en Valladolid acabamos ferias y parece que de repente ya entramos en el otoño.

En ese momento se celebrará el ‘Cosquín Rock’, uno de los festivales de música más destacados de Latinoamérica, que llega por primera vez a España con Valladolid como escenario. Se celebrará en el último fin de semana de septiembre, del 25 al 28. Tiene como antesala todas las actuaciones que se celebrarán durante esa semana, unido al mundo del vino, como otro evento, que es el Whine Fest. Sin lugar a dudas es un acicate en esta época que es compleja.

«El nuevo 'Cosquín Rock' será un atractivo que contribuirá a paliar la estacionalidad del sector turístico»

Ya luego, inmediatamente en el mes de octubre, arrancamos con la Seminci; en el mes de noviembre con el concurso de pinchos; en el mes de diciembre con nuestras luces navideñas; en enero con Pingüinos... Es decir, tenemos casi determinado un gran evento mensual que pone a Valladolid en el foco y vamos a unir a todos esos eventos el ‘Cosquín Rock’ en una época compleja, que es aquella que va desde que acaban las ferias hasta que arranca la Seminci, que va a suponer un punto de inflexión, sin lugar a dudas, sobre lo que estamos hablando.

P.– Este es el primer Gobierno municipal de Valladolid en el que el PP ejerce en coalición. ¿Qué tal es la relación, como funciona ese engranaje con Vox?

R.– Somos dos partidos distintos, con ideologías distintas, pero tenemos una responsabilidad que ejercer, que es llevar a efecto aquello que nos han mandatado los ciudadanos: que no gobierne la izquierda en la ciudad de Valladolid. Por tanto esa es la primera de las premisas, el ejercicio del gobierno de manera responsable. Ahí estamos instalados.

Internamente hay momentos que son complicados, lógicamente, como en cualquier coalición de gobierno, como cualquier matrimonio. Lo importante es que todas esas dudas, o esos momentos en los que pueda haber pequeñas, o no tan pequeñas, fricciones, seamos capaces de resolverlo, pensando en esa responsabilidad que nos han mandatado los ciudadanos, de luchar para beneficiar a los vecinos y vecinas de la ciudad de Valladolid, a través del ejercicio responsable del gobierno. Y ahí estamos instalados, tanto, Vox como el Partido Popular.

«PP y Vox somos partidos distintos. Tenemos momentos complicados, como en cualquier coalición, pero siempre con la responsabilidad de luchar para beneficiar a los vecinos y vecinas y ahí estamos instalados»

P.– Hablando de Vox, son momentos de una subida importante de la derecha más conservadora. Véase lo que acaba de ocurrir en Francia, o en las últimas elecciones al Parlamento europeo, que a la subida de Vox se sumó la irrupción de Alvise y su ‘Se Acabó la Fiesta’ al cuarto lugar del ranking entre los más votados, tanto en Castilla y León como también en la ciudad de Valladolid. ¿Cómo valora esos resultados?

R.– Responden a una foto muy estática. Un punto en un momento muy determinado que son las elecciones europeas, y por tanto no se puede hacer, a mi juicio, ningún tipo de extrapolación ni en positivo ni negativo. Es un momento que ha acontecido, una circunstancia concreta, y yo creo que hay que verlo como lo que es: una foto fija en un momento muy determinado, sin mayor alcance y sin mayor preocupación en ese sentido. Por otro lado, desconozco el proyecto del señor Alvise al que usted se está refiriendo. No tengo elementos de juicio para poderlo calificar en un sentido o en otro, más allá de que está, o es, expresión de la democracia, que eso es el valor más importante que tenemos que proteger todos los españoles.

P.– Valladolid tiene ahora su ‘Notre Dame’ particular, con el hundimiento de la linterna y parte de la cúpula de la iglesia de la Vera Cruz. ¿Qué tiene previsto el Ayuntamiento para paliar el desastre?

R.– En primer lugar, lo vimos con suma preocupación cuando aconteció, y a la vez, dentro de la preocupación, vimos que no había sucedido ninguna desgracia de tipo personal, ni tan siquiera de tipo material en el rico patrimonio que alberga a la Vera Cruz. Por tanto preocupación, pero cierta tranquilidad, en ese primer instante. A partir de ahí, afrontaremos lo que tenga que ocurrir.

Nosotros se lo hemos expresado a la cofradía: vamos a estar ayudándoles en todo lo que sea menester, y podamos ayudarles. Primero hay que definir cuál es el alcance de lo que se quiere acometer, ver cómo se va a realizar, cuáles son las actuaciones puntuales a ir desarrollando y las colaboraciones que precisan esas actuaciones, puntuales.

Yo, en este momento, desconozco cuál es la pretensión de la cofradía, más allá de tener realizada una actuación que vuelva a permitir albergar cuanto antes las imágenes en un templo tan histórico y tan señero como es precisamente el templo de la Vera Cruz. Tiene una importancia muy destacada, estamos ante el segundo museo de escultura de la ciudad. El primero es el Museo Nacional de Escultura, pero lo que alberga desde el punto de vista cuantitativo y cualitativo la Vera Cruz no tiene, a mi juicio, parangón.

«Hemos expresado a la Cofradía de la Vera Cruz que vamos a estar ayudándoles en todo lo que sea menester y podamos»

P.– ¿Aún no existe una valoración de daños que cuantifique en euros qué presupuesto requerirá una intervención que consiga restaurar la iglesia a su estado inicial?

R.– En este momento estarán actuando los correspondientes seguros, y examinando con qué alcance tienen que intervenir. Se tendrá que determinar cuál es la solución que se quiere dar al templo. Hemos tenido en estos días unas gratísimas noticias. Hemos podido ver ya el estado de las imágenes que alberga la Vera Cruz, porque así nos lo han permitido tanto el Arzobispado como la Cofradía, y el trabajo que han hecho los fotógrafos de los medios de comunicación. Nos permite y nos alivia ver que las imágenes están en un estado óptimo, aunque no sé si la expresión es la adecuada dadas las circunstancias. Las imágenes solo tenían polvo.

P.– Uno de los resultados de ese engranaje PP-Vox fue la puesta en marcha de una especie de nuevo protocolo en el último caso de okupación de un edificio en las Delicias, en el número 4 de la calle Olmedo. El concejal de Seguridad, de Vox, puso vigilancia frente a la casa, y le pasó el asunto al concejal de Servicios Sociales, del PP, al lunes siguiente, para convencer a los okupas de que desalojaran a cambio de otros recursos sociales a su alcance. Salió bien, los okupas se fueron. ¿Se convertirá en un nuevo ‘protocolo antiokupas’?

R.– No necesariamente. En esa actuación se llevó a cabo ese procedimiento, que dio un buen resultado. Si es necesario en otra situación concreta acometerlo de esa manera, lo acometeremos. Desde luego, nosotros estamos satisfechos en cómo se abordó esa situación.

P.– Acaba de tener un pleno, solicitado por la oposición, para responder sobre la compatibilidad de su actividad como alcalde de la ciudad de Valladolid y como senador del Reino de España. ¿Cómo ha explicado la combinación de ambas funciones?

R.– Hemos tenido que ver otra vez cómo el señor portavoz sigue siendo un portavoz inexistente. Son totalmente compatibles las dos funciones. Primero, desde el punto de vista legal. Para hacerse una idea, somos 49 los alcaldes que estamos en el Senado, de ciudades de todos los tamaños. De ellos, 38 son del Partido Popular y 11 son del Partido Socialista.

Pero además, yo siempre he mantenido, y así se ha vuelto a poner de manifiesto en el pleno, que el Senado es una cámara de representación territorial. El territorio en España está formado por comunidades autónomas, por provincias y por municipios, y en esas entidades hay gobiernos. Por tanto, el que un alcalde, un concejal, un representante de un Parlamento pueda serlo, a su vez, del Senado, del Parlamento autonómico, lo primero es algo reconocido en la ley y además, quien tiene que estar allí, entre otros, son precisamente los representantes de esas entidades locales.

Además de los 49 alcaldes que estamos en el Senado en esta legislatura, también hay muchos portavoces y concejales de ayuntamientos, que a su vez son senadores. Es una práctica habitual, una práctica común y que no debe asombrar a nadie. Por otra parte, a lo largo de la historia democrática española y de los distintos mandatos y legislaturas, muchos alcaldes de este país han sido senadores, tanto de un color político como de otro. Por tanto, en este tema lo único que puedo decir es que hay absoluta normalidad.

«Somos 49 alcaldes en el Senado, de ciudades de todos los tamaños, y once de ellos son socialistas. Yo también defiendo a Valladolid en el Senado»

P.– ¿Se puede decir que así Valladolid está directamente representada en el Senado?

R.– Yo defiendo a Valladolid también en el Senado. Valladolid está siempre presente en el quehacer diario del alcalde de Valladolid, como alcalde o como senador. Cuando es senador, sigue siendo alcalde de la ciudad de Valladolid.

P.– ¿Qué sabor de boca le deja esta última sesión monográfica?

R.– Cuando vi la petición de pleno extraordinario, entendía que era innecesario, porque hace solo 15 días hemos rendido, todo el equipo de Gobierno y también el alcalde, en el debate del estado de la ciudad, las correspondientes actuaciones que desde las distintas áreas y desde la propia Alcaldía hemos llevado a cabo. La oposición lo ha pedido, pues lo hemos celebrado, y además de manera inmediata a su petición, que se nos hizo el viernes. El lunes tuvimos la junta de portavoces y este viernes hemos tenido el pleno, dentro del plazo que establece el reglamento.

Nosotros tenemos nuestra carta de presentación, llevamos un año trabajando, un año muy complicado, como todo el mundo sabe, por muchos motivos, y lo único que puedo decir es que el equipo de Gobierno y el alcalde, por supuesto, vamos a seguir trabajando, defendiendo de forma responsable los intereses de las vecinas y vecinos de la ciudad de Valladolid.

tracking