Un dispositivo de 32 cámaras en 27 calles vigilará la zona de bajas emisiones de Valladolid

Al final no serán 41 las cámaras que se instalarán para controlar el acceso de vehículos a la zona de bajas emisiones de Valladolid. Al reducirse a un kilómetro cuadrado, en vez de los 3,1 kilómetros previstos, el área en torno al centro de la ciudad en el que estará controlado el acceso a los vehículos más contaminantes, el dispositivo para vigilar quién entra será de 32 cámaras repartidas por 27 calles, en algunos casos de doble sentido, de entrada y salida, y habrá vías que tengan hasta tres de estos ‘ojos’.

Son 9 cámaras menos de las que se anunciaron cuando el perímetro de la zona de bajas emisiones, con el anterior equipo de gobierno municipal, era el triple del que al final ocupará el área de exclusión para vehículos contaminantes, pero estarán colocadas de manera que nadie pueda colarse sin ser visto.

Además de las 32 instaladas en los accesos a la zona bajo control, habrá otras 11 cámaras en los exteriores para recoger datos sobre el flujo de tráfico, pero estas no ‘ficharán’ a los vehículos que se salten las restricciones que se aplicarán cuando entre en vigor la medida, una incógnita que está por despejar.

Con la llegada del PP y VOX al Ayuntamiento, además de reducirse el área restringida «a la mínima expresión», según expresión del alcalde, Jesús Julio Carnero, que lo llevó como un compromiso en su programa, también se trastocaron las previsiones para su puesta en marcha, que pasaban por la entrada en vigor en 2024, con sanciones incluidas.

El concejal de Tráfico y Movilidad, Alberto Gutiérrez Alberca, da por hecho que la zona de bajas emisiones estará operativa a lo largo de 2025, entre otras razones porque de lo contrario el Ayuntamiento perdería la ayuda de 1,4 millones de euros concedida por la Unión Europea, pero sin precisar. La previsión es que en el mes de septiembre, una vez contestadas las 71 alegaciones presentadas, el Ayuntamiento aprueba la ordenanza que la regulará, con las restricciones, las excepciones y las sanciones.

Una vez aprobada, y a partir de su publicación en el Boletín Oficial de la Provincia, empezará un periodo de información a los ciudadanos que se prolongará seis meses y todo indica que a continuación entraría ya en vigor, pero es posible que con un periodo de prueba por determinar en el que no se aplicarían sanciones. Con esta hoja de ruta, un tanto imprecisa, todo apunta a la segunda mitad de 2025 para que la zona de bajas emisiones sea una realidad en Valladolid.

Más complicado que la instalación del dispositivo de cámaras será el sistema de control para grabar las matrículas y diferenciar las que pueden entrar o no, además de las que están sujetas a alguna de las excepciones que se recogen en la ordenanza.

El sistema deberá estar diseñado para funcionar las 24 horas del día y tener capacidad para grabar las matrículas en condiciones desfavorables y a una velocidad del vehículo de hasta 200 kilómetros por hora. En base a la experiencia de Madrid, el concejal de Movilidad matiza que de todas las presuntas infracciones, al final, una vez sometidas a verificación, las sanciones se reducen a la mitad.

La puesta en marcha de la zona de bajas emisiones será gradual hasta 2030, de manera que, en teoría, en 2025 se aplicaría la restricción a los vehículos que no tengan ningún tipo de etiqueta. Ya en 2026 se ampliaría a los vehículos ‘B’ y en 2030 para los de catalogadas como ‘C’ por sus emisiones, aunque son previsiones que podrían variar.