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TRANSPORTES

Arranca por 12,7 millones la obra de la VA-20 para estrechar carriles y hacer un corredor verde

El Ministerio de Transportes adjudica la ‘humanización’ de la ronda interior entre Mercaolid y la carretera de Segovia con un 20% de ahorro / La reforma durará 19 meses y se encargará de ejecutarla Ferrovial

Estado actual de la VA-20, en una imagen reciente.PHOTOGENIC

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Valladolid

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Las señales que alertan a los conductores de la presencia de baches debido al mal estado del firme están más cerca de desaparecer de la ronda Este de Valladolid porque el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible acaba de adjudicar unas importantes obras en esta vía que, de hecho, van más allá de la rehabilitación del asfalto. Con el objetivo de «calmar el tráfico», la actuación se centra en reducir el espacio destinado a los vehículos a motor, con el objetivo de ‘hacer hueco’ a un corredor verde que favorezca el tránsito a pie y en bicicleta. La llamada «humanización de la carretera VA-20» está a punto de iniciarse.

De la transformación del tramo de algo más de diez kilómetros que discurre entre la glorieta de Mercaolid y la rotonda de la carretera de Segovia –incluyendo mejoras en el enlace de acceso a La Cistérniga– se encargará la empresa Ferrovial, tras alzarse con un contrato por el que se habían interesado un total de 25 mercantiles. De acuerdo con la información del expediente, el desembolso será de 12,7 millones de euros –financiados a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Unión Europea–, frente a los 16 millones que había estimado el departamento que dirige Óscar Puente, lo que supone un 20% menos de la inversión prevista.

Había ofertas incluso más bajas, por lo que el ahorro podía haber sido mayor pero, una vez aplicados los umbrales de temeridad, el Ministerio descartó las ofertas de ocho licitadoras por considerarlas «desproporcionadas». Puesto que ninguna de ellas alegó razones «debidamente justificadas» para continuar en la ‘puja’, finalmente la lista de admitidos se cerró con 17 empresas, encabezadas por Ferrovial, al ser la que mayor puntuación obtuvo tras analizar tanto las propuestas técnicas como las económicas.

Una vez resuelto este expediente –que comenzó a mediados de diciembre de 2023 con el anuncio de licitación pública–, ahora únicamente resta la formalización del contrato para finalizar los trámites administrativos y que puedan así empezar a trabajar las máquinas. Teniendo en cuenta que el plazo de ejecución son 19 meses, la rehabilitación completa de estos diez kilómetros de vía estará lista a principios de 2026 (si no hay retrasos en el inminente comienzo de las obras ni surgen contratiempos durante su desarrollo).

Lo que pretende el Ministerio de Transportes con esta actuación es «adaptar» la ronda interior «al paisaje urbano» más allá de la rehabilitación de un firme que, reconocen, presenta «un estado superficial de su pavimento muy deficiente» y salpicado de «fisuras». La verdadera transformación de este proyecto se centra en reducir el espacio dedicado a los vehículos y en «promover la movilidad de peatones y ciclistas, y otras formas de movilidad», tal y como expresan en la memoria.

Para lograrlo, se estrechará a 6,5 metros de ancho la franja dedicada a la circulación a motor y se limitará a 50 kilómetros por hora la velocidad máxima, frente a los 80 kilómetros por hora que están permitidos en la actualidad, como ya ocurre a partir de la rotonda de la avenida de Segovia en dirección al puente de la Hispanidad. Se dará continuidad, por tanto, a la realidad de la avenida de Zamora.

Entre otros «impactos positivos» de la aminoración de la velocidad, el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible destaca la reducción de las emisiones a la atmósfera y la de la contaminación acústica.

«La ubicación de una travesía en una población como Valladolid obliga a tener en cuenta factores medioambientales y otros requerimientos funcionales y ambientales. Por todo ello, actualmente la carretera VA-20 en el tramo objeto de las actuaciones no está adaptada al paisaje urbano», incide la memoria en este sentido para justificar la intervención que está a punto de comenzar.

Más allá de no permitir que los conductores pisen tan fuerte el acelerador, se implantarán otras medidas en aras de lograr esa «humanización» de la ronda interior, como por ejemplo la sustitución de las señales utilizando la cartelería que se usa en los cascos urbanos, la retirada de barreras de seguridad –no así de las medianeras de hormigón– o el acondicionamiento de las parcelas dotacionales de titularidad municipal para que después el Consistorio pueda ajardinarlas.

De hecho, una vez finalizadas las obras, el Ejecutivo central cederá el tramo al Ayuntamiento de Valladolid, «tal y como se establece en el marco para la celebración de acuerdos de entrega a los ayuntamientos de vías urbanas de la red estatal», aclaró en diciembre el Ministerio en el comunicado donde anunciaba la licitación de los trabajos de remodelación de la VA-20.

Las obras contemplan también la renovación de las luminarias por tecnología LED o el acoplamiento del indicativo para bicicletas en los semáforos de las intersecciones de la nueva vía ciclista. Ésta será de doble dirección, tendrá un ancho de 2,3 metros y estará delimitada por bordillos de hormigón.

Con la construcción de la vía ciclista, el acondicionamiento del espacio para el tránsito de peatones, el impulso de nuevas zonas verdes y la rehabilitación del firme, la pretensión del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible es avanzar en la «movilidad sostenible» y mejorar «la seguridad vial y la calidad de vida de los vecinos».

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