Tribunales
Al banquillo por someter a un control férreo y usurero a prostitutas en Valladolid
“Solo saldrás una hora al día” o “deberás ir arreglada las 24 horas”, exigencias que imponía el acusado que se enfrenta a tres años de prisión / Las tenía controladas por cámaras en un piso
Un presunto proxeneta de Valladolid se enfrenta a tres años de cárcel por someter a un control férreo y usurero a prostitutas con indicaciones precisas sobre sus escasas libranzas o la obligación de ir permanentemente arregladas y peinadas por si surgía un cliente en cualquier momento.
El tipo penal al que se enfrenta es el de aprovechamiento de la prostitución ajena, y no de inducción a la prostitución, ya que las mujeres ejercían de forma voluntaria, aunque las ‘reglas’ que imponía el acusado, Junior Asunción M.G., natural de Paraguay, eran de absoluto sometimiento.
El escrito de conclusiones provisionales de la Fiscalía de cara al juicio que se celebrará el 3 de julio en la Audiencia Provincial (AP) de Valladolid, recoge que el acusado, que se dedicaba (desde junio de 20220 a marzo de 2021) a explotar la prostitución ajena en un piso de la calle Nicasio Pérez de Valladolid, junto a la plaza de San Juan, captaba mujeres de su misma nacionalidad, todas con un denominador común: situación irregular en España y escasos recursos para subsistir.
Éstas ejercían la prostitución de forma voluntaria, pero en las condiciones que Junior Asunción las imponía, ya que era el procesado el que alojaba a las chicas, insertaba los anuncios en las páginas del sector, concertaba las citas y enviaba a la joven a las que el consideraba adecuadas al servicio solicitado.
Como prueba del comportamiento usurero, siempre según el escrito de la Acusación Pública, llegaba a cobrar la totalidad del servicio cuando se utilizaban medios electrónicos de pago. El número de explotadas oscilaban entre 4 y 7. Todas ellas se comprometían a la entregar al encausado el 50% de todos los pases que realizaban.
Sistema de videovigilancia
Por si no quedaba claro, Junior Asunción dejó escritas las normas, con la advertencia de que, el no cumplimiento, acarrearía multas pecuniarias. Los ocho puntos eran: solo se podía salir de casa una hora al día por la mañana; solo se libraba dos días de cada 15 y nunca en fin de semana; había que atender bien a los clientes: no se podía usar el el teléfono móvil cuando se realizaba un servicio; había que estar arregladas y peinadas las 24 horas; debían avisar cinco días antes si querían librar; cuando llamaban a la puerta debían salir urgentemente de la habitación; y debían ser limpias y ordenadas, ya que una cámara las estaba vigilando.
Cuando el acusado no se encontraba en el domiclio, recurría a un sistema de videovigilancia instalado mediante cámaras. El 17 de marzo de 2021 se produjo un registro policial y fue detenido. En la casa estaban cuatro mujeres, aunque solo una finalmente ha reclamado una cantidad de 10.000 euros por la situación padecida.