Diario de Valladolid

Hundimiento de la cúpula de la Vera Cruz

La cofradía comunicó a la Junta hace un año el «riesgo de desplome de la espadaña» de la Vera Cruz

El arquitecto responsable de las obras de rehabilitación asegura que "no hay ninguna culpa" en el derrumbe ya que "la cúpula podía haber caído ayer, hace 2 o 15 años"

Derrumbe de la cúpula de la Vera Cruz

Derrumbe de la cúpula de la Vera CruzICAL

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Los presagios de un posible colapso en la iglesia de la Vera Cruz ya fueron comunicados por la propia cofradía a la Junta de Castilla y León hace más de un año. No sería la cúpula del templo la que generó la alerta, sino la espadaña que estaba deteriorada por las humedades que presentaba la zona y cuya actuación subvencionada por el Gobierno autonómico se enfocaría en «la restauración de los revestimientos» a causa del «riesgo de desplome». 

Fue el 12 de marzo de 2023 cuando la Junta aprobó la concesión de 150.000 euros a la cofradía de la Vera Cruz, dividida en dos anualidades (15 de noviembre de 2023 y 15 de noviembre de 2024, por 75.000 euros cada una), integrada en el programa ‘Arquitectura’ de la Dirección General de Vivienda, Arquitectura y Urbanismo, de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, para «financiar la rehabilitación y restauración en la Iglesia Penitencial de la Santa Vera Cruz» con motivo de que «la Cofradía Penitencial de la Santa Vera Cruz coronará canónicamente a su imagen de la Virgen de las Dolores, talla del imaginero Gregorio Fernández, el próximo 23 de septiembre de 2023, al celebrarse 400 años de su hechura».

En el objeto y finalidad de la subvención, el anexo primero detallaba que las actuaciones incluía «la rehabilitación de las cubiertas del crucero y chapitel, restauración de los revestimientos de la espadaña por riesgo de desplome, restauración de la carpintería exterior de la fachada principal, acondicionamiento de la instalación eléctrica del templo, instalación de puerta interior de cristal, y tratamiento y reparación de humedades de la sacristía y camarín de la Virgen».

Pero entre todas las especificaciones para la financiación, «la restauración de los revestimientos de la espadaña» parecía acoger mayor importancia ante el «riesgo de desplome» que ya se precisaba en el documento.

Con todo ello, el segundo anexo obligaba a la Cofradía de la Vera Cruz a ejecutar esas actuaciones «mediante la adjudicación de las obras y la contratación del equipo técnico que se encargará de la dirección técnica, de la inspección y de la coordinación de la seguridad y salud», además de «la obtención de cuantos permisos y autorizaciones sean necesarios para el desarrollo de los trabajos», que comenzaron en mayo.

De la espadaña a la cúpula

No fue hasta el lunes de la semana pasada cuando las obras en la espadaña de la iglesia de la Vera Cruz finalizaron, según detalló el arquitecto responsable de las obras de rehabilitación, Fernando de Bonrostro. «Estaban mucho peor de lo que parecían», apuntó, pero reduciendo la gravedad de un posible derrumbe ya que «si se desprendía algo no sería hacia dentro de la misma iglesia, sino encima de la cubierta».

Los trabajos en la cúpula del templo corresponderían a la segunda etapa una vez fue «reparada» la espadaña en poco más de una semana. Por tanto, según detalló De Bonrostro, su situación de precariedad empezó a ser descubierta a partir del pasado jueves cuando, tras realizarse una primera cata, se comprobó que «faltaba un tramo de madera, como una sección de unos 8 centímetros de altura sobre ese anillo» y que suponía un «problema» ya que era la estructura sobre la que se tenía que apoyar la linterna y, al estar deteriorada, se apoyaba directamente en la cúpula «soportando un peso por encima de sus posibilidades».

Tras las «malas condiciones» de la estructura, se avisó a la propia cofradía de que convendría cerrar la iglesia, al menos, durante una semana y que hasta este lunes no empezarían a actuar. Fue entonces cuando el equipo de rehabilitación se dio cuenta, según reveló Bonrostro, de que existían «una serie de grietas, tanto longitudinales como transversales» en la zona de bóveda, algo que «no reviste especial trascendencia» en el caso de las primeras pero que, cuando las aperturas son horizontales, «pueden generar algún problema».

Al día siguiente, entre seis y trabajadores de la constructora Fernando Rivero Hijos SL se encontraban en la zona de la cúpula tras constatar que las condiciones eran peores. Pero en un corto lapso de tiempo, la estructura terminó cediendo con la fortuna de no provocar daños materiales de las imágenes ni personales.

«No hay ninguna culpa»

«La cúpula se podía haber caído ayer, hace dos o 15 años. No hay ninguna culpa», aseveró De Bonrostro, quien lamentó que su trabajo como arquitecto obliga a «prever, actuar y resolver» pero la falta de «tiempo material» con la que se produjo el incidente impidió avisar a los correspondientes organismos para evitar el colapso.

En cuanto a la posibilidad de recuperar la cúpula y la linterna en las condiciones artísticas y arquitectónicas que tenía hasta el derrumbe, el arquitecto encargado de la obra de rehabilitación expresó que «no es lo normal hacer una cosa exactamente igual a la que había». En todo caso, recordó que «primero hay que tomar decisiones por parte de los promotores», en este caso la Cofradía Penitencial de la Vera Cruz, y después llevar a cabo un nuevo proyecto.

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