Así era la cúpula de la Vera Cruz derrumbada

Asistir al interior de la iglesia de la Vera Cruz era como hacerlo a un museo de escultura. No solo por las once diferentes imágenes que ambientan el templo, como el 'Ecce Homo' de Gregorio Fernández o 'La Borriquilla' atribuida a Francisco Giralte, sino también por su cúpula, aquella que siempre alumbraba el estrado y que este martes no son más que escombros impregnados de polvo y desconsuelo.

Hay que remontarse hasta el año 1581 cuando se empezó a diseñar la iglesia por Pedro Mazuecos, una vez la Cofradía Penitencial de la Vera Cruz adquirió los terrenos ese año. Y hasta 1595 no se completó la edificación, conformando una sola nave y cúpula, con una sala de reuniones y almacén en su interior para los pasos procesionales.

Esa cúpula ya se convirtió en una seña de identidad tanto de la iglesia como de Valladolid, convirtiendo la calle Platerías en altamente reconocible en el 'skyline' de la ciudad. Antes de que la cofradía emprendiese su total remodelación respetando la fachada, Juan Tejedor Lozano levantó en 1681 en el edificio un templo de tres naves, con la central mucho más amplia, crucero no destacado en planta y coronado por una cúpula con tambor y linterna, bóvedas de cañón peraltadas y decoradas con molduras y motivos de cruces, y espacios para la colocación de capillas en los laterales.

Además, se instalaron espacios para la colocación de capillas en los laterales con amplias tribunas que recorren la parte superior de las naves laterales y están comunicadas con el balcón de la fachada, que era un un espacio de gran funcionalidad para la cofradía.

Con el paso del tiempo, la iglesia se erigió con una sola con bóveda de cañón, una gran cúpula en el crucero, y dos laterales muy estrechos sobre los que están las tribunas. Pero de esto ya nada quedará después del derrumbe que este martes ha desconsolado a los vallisoletanos, fieles y devotos.