Hundimiento de la cúpula de la Vera Cruz
El antes y después del 'skyline' de Valladolid tras el derrumbe de un símbolo
La calle Platerías emergía como una de las zonas más reconocibles de la ciudad a partir de la cúpula de la Iglesia de la Vera Cruz, obra de Pedro de Mazuecos en 1581
Antes y después de la Iglesia de la Vera Cruz
Es habitual hacer uso de las efemérides cuando hay algo que poder celebrar, pero a la ciudad Valladolid se le acumulan más y más días 'en negro' desde el pasado 1 de agosto, cuando explotó un edificio en la calle Goya y al que, 28 días después, le siguió otro similar episodio en la calle Juan de Valladolid, en Parquesol. Y ahora el 25 de junio de 2024 quedará grabado en la memoria de fieles y devotos que fueron testigos del hundimiento de la cúpula de la Iglesia de la Vera Cruz, cuya vista se verá cambiada para siempre.
Esta historia, por fortuna, todavía no vislumbra final, mientras pero su principio se remonta al año 1581 cuando Pedro de Mazuecos trazó las formas del templo con una nave y cúpula que se convirtieron en una de las estampas más tradicionales del 'skyline' de la ciudad de Valladolid. Junto al arquitecto también intervendría Diego de Praves, a quien se le debe la fachada de la iglesia de la Vera Cruz que finalizó catorce años después y que obliga a levantar la vista cada vez que se transcurre por la calle Platerías.
Los trabajos de De Praves, sin embargo, tuvieron que respetar un arco previamente construido y que fueron aprovechados con la construcción de otro que se separaban por el balcón para las autoridades típico de la fisonomía de las iglesias penitenciales de la época. Encima de su ventanal principal se hallaría, primero, una imagen de la Virgen y hoy nos muestra al Emperador Constantino.
La iglesia se reformó y amplió entre 1667 y 1681 por el arquitecto Juan Tejedor Lozano con motivo de la importancia creciente de la Cofradía Penitencial de la Santa Vera Cruz, de forma que se estructurarían tres naves, crucero con cúpula y cabecera plana
La historia de la Vera Cruz, sin embargo, estuvo amenazada con posibles derribos para edificar una nueva avenida en el centro de la ciudad. Pero sobrevivió intacta durante décadas, como también ocurrió con el incendio que sufrió en 1803.
Tuvo que ser en el siglo XXI cuando todos los males golpeasen a la iglesia, inmersa en un proceso de rehabilitación de su cúpula. Y ya no volverá a ser igual por mucho empeño que se quiera poner. “No es lo normal hacer una cosa exactamente igual a la que había”, aseguró Fernando de Bonrostro, arquitecto de las obras, tendiendo la mano a la Cofradía Penitencial de la Vera Cruz con un futuro nuevo proyecto.