Sólo una empresa opta a la reforma del LAVA, la misma que hará el carril bici de Isabel la Católica

La rehabilitación del último edificio pendiente de intervención en el antiguo Matadero Municipal de Valladolid para convertirse en nueva sede cultural del LAVA sólo ha despertado el interés de una empresa. De una unión temporal de empresas, más bien. La misma que se ha alzado con el contrato para ‘trasladar’ el carril bici de Isabel la Católica a la zona de Moreras para que vuelva a haber dos carriles para el tráfico rodado es la única que ha concurrido a la transformación de la nave abandonada en una ‘Factoría de Creación’.

Se trata de la UTE formada por Contratas Vilor y Martín Holgado Obra Civil, cuya propuesta parece que se alzará con el contrato, por una cuestión lógica, ya que no hay más candidaturas, si bien el procedimiento administrativo aún no se ha cerrado y pueden surgir imprevistos.

Hasta el momento la mesa de contratación del Ayuntamiento sólo se ha reunido una vez, pero en los próximos días están previstas el resto de reuniones, tanto para desvelar la propuesta económica como para conocer la propuesta técnica de los licitadores. Del licitador, en este caso, porque no ha habido más.

Así que habrá que esperar a que se resuelva el expediente para saber qué cuantía ha puesto sobre la mesa la UTE y aclarar así de cuánto es el ahorro, teniendo en cuenta que el precio máximo establecido por el Ayuntamiento se cifra en 2,73 millones de euros.

Del coste total, 1,47 millones de euros proceden de fondos Next Generation de la Unión Europea.

La rehabilitación del edificio que queda pendiente en el antiguo complejo industrial de la zona sur de la ciudad servirá para «complementar las necesidades que han surgido en el contenedor cultural», según explicó a mediados de mayo la concejala de Educación y Cultura, Irene Carvajal. Así lo recoge también la memoria del proyecto, donde se incide en que se trata de un espacio «abandonado» que está «sufriendo un gran deterioro» y que «entraña riesgos para las personas».

Con su rehabilitación se plantea un «espacio polifuncional de producción de artes escénicas» con capacidad para 102 espectadores, además de camerinos o aseos, sin olvidar que la intervención incluye también el acondicionamiento de la plaza como «espacio público para los ciudadanos, con arbolado, bancos y otros equipamientos», para convertirse en «lugar de esparcimiento y ocio muy atractivo».