Diario de Valladolid

El rincón oculto del Ayuntamiento de Valladolid

Las obras de reforma en el edificio consistorial sacan a la luz un espacio que estaba tapado entre paredes en la planta baja y que será la nueva oficina de atención al ciudadano 

La renovación acabará con las colas en la plaza de La Rinconada

El director del Servicio de Arquitectura del Ayuntamiento, Alberto Martín, muestra los pilares descubiertos en la planta baja.

El director del Servicio de Arquitectura del Ayuntamiento, Alberto Martín, muestra los pilares descubiertos en la planta baja.PHOTOGENIC

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Los muros tienen casi dos metros, son de piedra caliza de sillería y en su superficie se aprecia el trabajo de tallado realizado por el cantero. Son los muros que sustentan el edificio del Ayuntamiento, las antiguas columnas de piedra del patio primitivo, pero hasta hace poco permanecían ocultos.

Cuando empieza una obra en una edificación de cierta antigüedad no hay que descartar algún hallazgo inesperado y los trabajos que se llevan a cabo en el Ayuntamiento de Valladolid desde hace siete meses tenían sorpresa incluida. Oculto entre tabiques que tapaban los cimientos originales, salió a la luz un espacio que hacía las veces de almacén sin uso, una especie de cajón de sastre del que no había constancia. «Nadie de los que están en el Ayuntamiento conocía esto», afirma el concejal de Urbanismo y Vivienda, Ignacio Zarandona, mientras recorre las tripas del edificio, en la planta baja de la casa consistorial.

Estamos en la estancia que ocupaba la oficina de atención al ciudadano y el registro municipal, con entrada por plaza de La Rinconada, hoy irreconocible tras el paso de la piqueta. A las puertas del registro las colas eran diarias, en invierno y en verano. Era evidente que el espacio no estaba a la altura de las necesidades de una ciudad como Valladolid y, en el anterior mandato, se decidió aprovechar la concesión de fondos europeos para mejorar la eficiencia energética y la accesibilidad de edificios públicos y acometer una reforma a fondo de un inmueble que se remonta a 1908 y estaba necesitado de algo más que una mano de pintura. Las obras empezaron hace siete meses, la oficina de atención al ciudadano se trasladó al edificio de San Benito y la parte trasera del Ayuntamiento, la que da a Rinconada, quedó vallada hasta que terminen los trabajos.

En el interior, en el núcleo de la obra, los pilares ahora desnudos revelan sus verdaderas dimensiones. «Ha sido un descubrimiento que permite poner en valor los revestimientos históricos del edificio», afirma el director del Servicio de Arquitectura y Vivienda del Ayuntamiento, Alberto Martín de Frutos, mientras extiende los abrazo para tratar de abrazar la pilastra y mostrar su anchura.

En sus orígenes, este espacio oculto y ahora redescubierto fue un patio a cielo abierto. En algún momento, los munícipes de turno optaron por cubrirlo...y hasta hoy. En la parte superior de la techumbre, visible desde el pasillo de la segunda planta, el mismo nivel en el que está el salón de plenos, la cubierta del patio se adornó con un gran escudo de Valladolid, ahora retirado y a buen recaudo hasta buscarle nuevo sitio. Es aquí, en la cubierta sobre la que se encontraba el escudo, donde se habilitará un patio con bancos de acceso público, otra de las novedades incluidas en la reforma.

Pero será la planta baja la que experimente una mayor transformación, gracias sobre todo al espacio ganado tras derribar las paredes que ocultaban el antiguo almacén. Es aquí donde estará ahora la oficina de atención al ciudadano con sus ocho mostradores, mientras el lugar que antes servía para atención al público pasará a ser la sala de espera. Los ciudadanos que acudan para realizar cualquier gestión ya no tendrán que esperar su turno a la intemperie en la calle, en una imagen impropia para un servicio de atención pública del siglo XXI. El concejal de Urbanismo admite que estaban «al borde de la vida útil del Ayuntamiento», una situación que esperan resolver con la reforma que está en marcha y que contribuirá a reforzar «la imagen institucional, representativa del Ayuntamiento».

Justo encima del servicio de atención y del registro habrá más estancias para oficinas, a las que se accederá mediante una escalera de caracol. El espacio ganado permitirá trasladar a esta parte del edificio personal que está ahora en otras dependencias. Lo descubierto dará, incluso, para una sala de prensa, que estará en la planta baja, aunque la atención a los medios seguirá en el salón de recepciones, el lugar habitual para las comparecencias del alcalde y los concejales.

La mejora de la accesibilidad es otro de los objetivos del proyecto de reforma, pero la escalinata principal del edificio en la entrada de la plaza Mayor representa un problema que obligará a una solución imaginativa. A la derecha del vestíbulo de entrada al Ayuntamiento se abrirá una puerta que conducirá a un ascensor ubicado en la planta baja, no muy lejos de la oficina de atención al ciudadano.

Hay más novedades todavía. En la nueva disposición de la planta baja, los trabajos de renovación y remozado permitirán la instalación del cuatro aljibes, de 3.000 litros de agua cada uno, para una emergencia en caso de incendio.

Tras desvelarse su parte oculta durante años, la planta baja del Ayuntamiento, hasta ahora infrautilizada, abrirá una nueva etapa en el edificio ejerce como casa de todos los habitantes de la ciudad.

​Un modificado eleva el coste 793.000€ y retrasa hasta noviembre el fin de la obra

Los modificados de obra han pasado a ser habituales desde que el precio de los materiales de construcción empezó a dispararse. De hecho, en Valladolid son varias las obras que se han retrasado o paralizado al plantear los adjudicatarios modificaciones que, en la mayoría de los casos, implican un aumento del coste de la actuación.

Tampoco la reforma del Ayuntamiento se ha librado de un modificado, que encarecerá 793.000 euros el precio inicial, fijado en 5,5 millones de euros, de los que 2,7 millones son fondos europeos, y retrasará dos meses el plazo previsto para el fin de los trabajos, que ahora se irá hasta el mes de noviembre.

La aparición de deficiencias en la estructura de la cubierta dificultaban tanto la instalación de placas fotovoltaicas como la ejecución de la plaza estancial pública que irá en el patio, dos de las razones que obligaron a modificar el proyecto. Además, las labores de excavación y demolición sacaron a la luz redes de servicios subterráneas ocultas que no estaban inventariadas y requieren un desvío o modificación, otra de las razones sobrevenidas, no previstas, que retrasarán dos meses el final de las obras, con fin estimado el 30 de noviembre.

Dado que la eficiencia energética era uno de los objetivos de la convocatoria, la reforma integral incluye la sustitución de carpinterías de las ventanas, rehabilitación de las vidrieras , el sistema de aislamiento y la instalación de sistemas de climatización. «Convertiremos el Ayuntamiento en un edificio climático y daremos ejemplo», afirma el concejal de Urbanismo, que cifra en un 30% el ahorro energético con las modificaciones que se incorporarán.

Además de la carpintería y los sistemas de climatización, la reforma afectará a la totalidad de la cubierta, todos los aseos y los ascensores. La instalación de bocas de incendio equipadas será otra de las novedades y, de paso, se renovarán también los cuadros y redes de baja tensión.

Más allá de la reducción del consumo energético y de la mejora que experimentará el servicio de atención al ciudadano, los más llamativo será la apertura del patio central del Ayuntamiento a los ciudadanos. Estará en la segunda planta, junto al salón de plenos y el de recepciones, los dos espacios que cogen los actos más solemnes que se celebran en el Ayuntamiento.

Este patio central, ahora cerrado, estará a cielo abierto y contará con bancos para el descanso, parterres vegetales y arbustos en maceta

El acceso será por los arcos que ahora rodean el perímetro del patio y que se habilitarán para que hagan las veces de puerta de entrada.

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