«Se devuelven ayudas porque no compensa hacer todos los trámites»

El sector agroalimentario, que emplea a 47.000 personas en Castilla y León, demanda menos burocracia para que esto no suponga un hándicap a la hora de crecer como empresa. El presidente de Vitartis, recién aterrizado en el cargo, Santiago Miguel Casado lamentó que «desde el sector se observe que hay muchas ayudas, y son difíciles de conseguir porque existe una burocracia inabordable para muchas empresas. Hay algunas que no llegan a pedirlas por esa cantidad de trámites». En declaraciones en en el programa La Quinta Esquina de La8 Valladolid, EsRadio y Diario de Castilla y León-El Mundo, Casado incidió en que «no se piden porque les compensa el esfuerzo que tienen que hacer y las ayudas cuando se tratan de enfocar a un determinado sector de la industria va enfocada a muchas empresas pequeñas y los recursos son limitados y se tiene que repartir», de ahí también que no puedan aplicarlas.

Esa amenaza real para las pymes, prácticamente todo el tejido empresarial de la comunidad convive con otra como es la regulación, otro freno en el camino: «A medida que las empresas van cogiendo tamaño se las somete a una mayor regulación y deciden no crecer para no abordar eso. No entran en una serie de exigencias regulatorias que pueden ver complicado cumplir y prefieren no crecer», explicó. Una reflexión que hiló después al hablar del mensaje que está a pie de calle de incrementar los salarios de los trabajadores, algo que defiende, pero siendo valientes desde la «administración para analizar si la carga impositiva que recae sobre el trabajo se puede aliviar». Santiago Miguel Casado defendía también como consumidor esa reducción de los gravámenes para que pueda existir un mayor «crecimiento orgánico» en las empresas porque a su juicio «se han visto reducidos los márgenes y no hemos sido capaces de trasladar los costes al consumidor final. Aunque siga siendo noticia que la alimentación se ha encarecido, el efecto de la inflación hace que suba la cifra de negocio, pero los márgenes se estrechan».

Abogaba por apostar más por el sector agroalimentario, que aporta el 30% del total del sector industrial en la comunidad, a la hora de «fijar población en el medio rural», aunque encontraban otro problema como es «la falta de vivienda en alquiler. Nosotros trabajamos para paliar esa problemática, luego en otras zonas hay perdida de servicios». Para Casado es fundamental poder generar «un puesto de trabajo atractivo, pero también un entorno en el que se desarrolla».

Además, en La Quinta Esquina lanzaba un guante a otros empresarios para seguir con una colaboración «entre empresas de un menor tamaño y que puedan encontrar un compañero de viaje con el que compartir sinergias» ante la atomización existente. Esa vía puede ayudar a mejorar las cifras de exportación: «Nos hace falta que las industrias vayan cogiendo un tamaño adecuado que nos permita rendir en mercados internacionales. La vía del comercio exterior puede ser una palanca importante para contribuir al crecimiento del sector», afirmando que muchas exportan, pero que los volúmenes son pequeños. Y ese crecimiento debe ser sostenible y generar valor en tres vías: «medioambiental, social y económica». Casado también reclamaba mejoras en la soberanía alimentaria porque «en España y Castilla y León los estándares son superiores al resto del mundo». También se refirió a las protestas del campo que calificó como «legítimas y fundamentadas» sobre todo por el «exceso de regulación y las exigencias. Si se encarece los costes se resta competitividad». En cuanto al análisis del sector primario, el presidente de Vitartis indicó que «están abandonando explotaciones productoras de menor tamaño y se está trabajando mucho y cada vez más con la verticalización, con cooperación estrecha orientada a las demandas del consumidor».