La vallisoletana «desahuciada» por Sacyl: «A mi hija le dijeron que me quedaban 15 días de vida y aquí estoy 4 años después»

Las mejores historias son las que uno puede contar. Y en el caso de María Ángeles, cuatro años después de que fuera prácticamente «deshauciada» ahora puede contarlo.

En febrero de 2020 fue operada de una hernia umbilical y con motivo de ello se detectó en una prueba de radiodiagnóstico una ‘masa pélvica mixta con componente quístico y sólido sugestiva de cáncer ovárico’. Algo que asociaron en una primera observación a una probable carcinomatosis peritoneal y pleural, es decir un cáncer de ovarios. Una enfermedad que calificaron de «avanzada, no quirúrgica», y que trasladaron a la paciente en el Hospital Río Hortega donde le dieron cuatro ciclos de quimioterapia, proponiendo atención domiciliaria de la unidad de cuidados paliativos. La afectada revive ese duro trago donde le dijeron que «era inoperable» y pasó, afirma «cinco meses horrorosos de casi pedir la muerte». No le dieron opciones y a su hija los profesionales le indicaron que «me quedaban 15 días de vida». Lejos de tirar la toalla le planteó a su madre, viuda desde hace años, que acudiera a un especialista a la Clínica Universidad de Navarra en Madrid, donde se estableció un diagnóstico de cáncer de ovario para ser operada e iniciar un tratamiento oncológico quimioterápico al que respondió bien.

«Mi hija me dijo que íbamos a buscar al mejor ginecólogo de España y lo encontramos. Fue una locura, pero me operó y aquí estoy, cuatro años después lo puedo contar». La mujer llegó a pedir en Valladolid que le operasen «aunque me quede muerta en el quirófano», y aunque solo tiene palabras de agradecimiento a los profesionales de paliativos que le trataron en Valladolid, lamenta la decisión que tomaron desde el Sacyl, al que decidió reclamar la factura de la operación en Madrid, de 50.366,77 euros en 2021. Esa reclamación fue rechazada, dando continuidad al proceso vía judicial, primero en el Juzgado de Lo Social nº3 de Valladolid que le dio la razón, algo que ratifica ahora el TSJCyL.

La mujer, que agradece sobremanera la labor del abogado Santiago Díez Martín, de los Servicios Jurídicos de la Asociación ‘El Defensor del Paciente’, lamenta que en sede judicial, donde acudió a pesar de que no era necesario para que vieran su estado real, le dijesen que «ha sido un abuso y un capricho a la seguridad social». Echando la vista atrás recuerda como llegó a estar «casi deshauciada y para morirme», pero ahora goza de una vitalidad importante y puede «dar por superada esta enfermedad». Eso sí, reconoce que el mensaje de que la gente con cáncer no sufre «es erróneo porque se sufre y mucho sobre todo el entorno», concluye.