El padre de Estela ante el juicio: «Solo esperamos conocer toda la verdad»

Dieciocho meses de multa y otros dieciocho de retirada de carné. Es toda la pena a la que se enfrenta el camionero que en aquel trágico 9 de febrero de 2023 atropelló y causó la muerte a Estela Domínguez, hija del conocido exciclista profesional Juan Carlos Domínguez, mientras hacía bicicleta cerca de la capital salmantina. «Estamos decepcionados totalmente de que se haga una calificación tan leve del delito», declara en respuesta a este periódico el propio Juan Carlos. «Ya solo esperamos, al menos, que podamos conocer en el juicio todo lo que ocurrió».

Ese juicio se celebrará este jueves, 7 de junio, en el Juzgado de Instrucción número 2 de Salamanca. Resolverá la causa contra el conductor del camión por un delito que la Fiscalía considera leve, de homicidio por imprudencia menos grave, para el que no cabe pena superior. Una calificación que no responde, en opinión de Domínguez, «a lo que dice el informe pericial», por lo que la familia recurrió, sin éxito. «Pensamos que el informe dice muchas más cosas de las que ellos han leído, así que vamos como con la batalla perdida, pero vamos a luchar hasta el final».

Entre esas cuestiones que, a su modo de ver, Fiscalía «no ha leído», hay asuntos como que la luz que llevaba Estela en la bici, en una hora a la que estaba atardeciendo, «se veía a casi dos kilómetros, eso es muy importante, porque había una recta en la que la tuvo que ver, e incluso la vio el vehículo que iba detrás del camión». También el hecho de que «la atropelló, pasó por encima de la bici, rompiéndola en cachos, y él dice que no se ha dado cuenta, que creyó que se le había caído algo del camión». Eso, opina Domínguez, «no entra en la cabeza de nadie, cualquiera que haya conducido, si te golpea en la luna un insecto sabes que es un insecto, y si golpea un pájaro, lo sabes, o si es una caja de cartón, y si es otra cosa más dura también sabes lo que es. No puede decir que creyó que se le había caído algo, eso es una mentira», declara.

Este jueves comenzará, así, una vista oral «dura para todos», apunta el padre de Estela. «Para nosotros y para la otra parte, pero queremos conocer la verdad y que se haga justicia», declara. La familia quiere saber «por qué miente, por qué no ha querido declarar; por qué se fue del lugar, por qué dejó allí a Estela tirada. Todo eso queremos saber el día del juicio».

Calificación

Por su parte el abogado de la familia, Fernando Sanz, confirma esa expectativa de «aclarar todo lo que sucedió aquel fatídico 9 de febrero del año pasado, y poder cerrar esta etapa, fundamentalmente para la familia». El letrado confirma que la calificación del delito conlleva una pena máxima de 18 meses de multa –cuyo importe se calcula en función de los ingresos de que disponga– y 18 meses de privación del permiso de conducir. Es seguro que no pisará la cárcel «en ningún caso».

«Lógicamente, nosotros lo que sí pretendemos, porque es lo que más puede mitigar el dolor de la familia, es saber lo que pasó realmente. Saber cuáles fueron las circunstancias que dieron lugar a esa distracción tan prolongada, a esa declaración tan fuera de lugar de que no se diera cuenta ni siquiera de que había pasado a una persona por encima», añade el abogado. «Tendremos también la opinión de los que fueron testigos directos del accidente».

Los análisis de alcoholemia practicados al conductor del camión dieron negativo. El accidente se produjo al atardecer, según el atestado de la Guardia Civil. «El sol daba en un lateral, pero no privaba de visibilidad realmente, y más en el punto en que se produjo el accidente», explica Sanz. «Sí que llevaba el cristal sucio, pero tampoco sabemos otros detalles. Es muy difícil llegar a comprender, cuando el atestado de la Guardia Civil ha establecido como punto de percepción inicial 600 metros –aquel punto desde el cual el conductor tiene que percibir la presencia de un ciclista en condiciones normales–, es difícil comprender por qué no la vio, si incluso los conductores que iban detrás del camión sí lo hicieron, ya que ella llevaba iluminación y todos los requisitos».

«¿Qué puede pasar para que uno se distraiga durante tanto tiempo, y sobre todo qué puede pasar para que alguien, después de la colisión y del atropello, del tremendo impacto, pase por encima de la bicicleta, pase por encima del ciclista, y diga que no se ha enterado?», se pregunta el letrado de la familia, que apunta también como sospechoso el hecho de que el camionero se fuera del lugar y después «a los 20 minutos, inopinadamente, vuelve». Aclarar todos esos extremos «es lo único que podemos hacer», subraya Sanz.

Los hechos se remontan al 9 de febrero del pasado año, cuando la joven ciclista vallisoletana Estela Domínguez, de 19 años, fallecía tras ser arrollada por un camión en la N-620 a la altura de la salida del polígono industrial de Villares de la Reina, en Salamanca. La joven, que circulaba en bicicleta, ya había fallecido cuando los servicios de emergencia llegaron al lugar.

Estela Domínguez se encontraba en Salamanca, donde cursaba estudios universitarios de Relaciones Laborales y Recursos Humanos. Su pasión por la bici le venía de su padre, pero Estela era un todoterreno que tocaba todos los palos de la baraja de las dos ruedas: el ciclocross, la carretera, la bici de montaña y la pista.