La Junta desvela que el Ministerio cuenta ya con el estudio para ejecutar la futura estación de bus de Valladolid
Movilidad entrega el anteproyecto de implantación de la terminal y afirma que su desarrollo compete a la SVAV, que califica el documento de insuficiente y señala que la Junta no ha pedido siquiera tramitar la redacción del proyecto
El proyecto. Más bien la falta del mismo es lo que mantiene bloqueado el desarrollo y la construcción de la futura estación de autobuses de Valladolid junto a la del tren de Campo Grande. Un proyecto para el que se hace necesario un documento previo, a modo de anteproyecto o estudio, de lo que se quiere llevar a cabo. Estudio que la Junta de Castilla y León, quien tiene la competencia sobre las estaciones de autobuses, desvela que el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible de Óscar Puente tiene ya en su poder para poder ejecutar el proyecto de la futura estación autobuses de Valladolid.
La realidad es que esta nueva estación, la actual de Arco de Ladrillo se mantiene inmersa en el proceso de reforma que costeará el Ejecutivo autonómico a través de la Consejería de Movilidad, sigue bloqueada y en un limbo mientras Gobierno y Junta, Ministerio de Transportes y Consejería de Movilidad, se echan en cara quién debe llevar a cabo el proyecto para ejecutarla.
El propio Óscar Puente, en una reciente entrevista a este periódico, dejaba claro que estaban a la espera de que la Junta entregara ese documento de necesidades. «La Junta no ha pasado ni su cuadro de necesidades. La estación de autobuses la tiene que licitar la sociedad a partir de las determinaciones de quien va a explotar esa infraestructura. Es la Junta la que tendría que haber pasado un anteproyecto en el que dijera estas son mis necesidades, éstas son las superficies, éstas son las características», afirmaba Puente en la entrevista a este periódico.
Ahora desde la Junta, más concretamente desde la Consejería de Movilidad de María González Corral, se señala que ya han cumplido con lo que tenían que hacer y que la pelota está en el tejado del Ministerio de Transportes y, más concretamente, de la Sociedad Valladolid Alta Velocidad, en la que participan el Ministerio a través de Adif y Renfe, el Ayuntamiento y la Junta.
Afirmación que el área de González Corral sustenta en el hecho de que hace más de dos años, el 2 de febrero de 2022, entregaban a la Sociedad Alta Velocidad el «proyecto de implantación para las obras de la nueva estación de autobuses de Valladolid». Un documento de 11 páginas con planos y bocetos de las necesidades y de cómo sería la nueva estación de autobuses, elaborado por Urbaq Arquitectos para la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, que conviene recordar es quien representa al Ejecutivo autonómico en la Sociedad.
«Realmente no es un proyecto, se trata de un anteproyecto, un estudio que hizo la Junta para ver el encaje en la parcela y el equipamiento necesario para ver si es viable en ese espacio», asegura la directora general de Transportes y Logística, Laura Paredes, en declaraciones a este periódico. Un estudio que, según aclara, conoce perfectamente el ministro Óscar Puente, «porque estaba en esa reunión de la Sociedad Alta Velocidad como alcalde de Valladolid tal y como figura en el acta de la reunión», remarca Laura Paredes, que asegura no entender que Puente culpe al Ejecutivo autonómico de no haber pasado ni un papel «para decir quiero que hagas un proyecto de estas características».
Este estudio o anteproyecto con el título de proyecto «es una propuesta para hacer la estación pero será el proyecto definitivo el que decida cómo será la estación de autobuses», puntualiza Paredes, que en este punto deja claro que «el proyecto lo tiene que hacer la Sociedad Valladolid Alta Velocidad». La directora general de Transportes y Logística insiste en que lo presentado a la Sociedad «es el estudio para la posible implantación de la estación, pero no el proyecto definitivo que lo tiene que hacer la Sociedad Valladolid Alta Velocidad».
En esa reunión de febrero de 2022 de la SVAV, la Junta compartía en el apartado bajo del epígrafe de proyecto de la estación de autobuses «planos y una infografía del anteproyecto de la estación de autobuses con dos posibles torres, según está contemplado en el planeamiento vigente, matizando que la única información de partida es la parcela tal y como se define en el PGOU». Dos torres que, según el mismo documento, «serían de dotación pública, que es lo contemplado en el planeamiento».
Además, desde el Ejecutivo autonómico se consultaba acerca del volumen de zonas comerciales en la estación ferroviaria «para que lo que se incorpore en la estación de autobuses sea complementario».
Con posterioridad, desde la Junta se hacía llegar el documento de once páginas «proyecto de implantación para las obras de la nueva estación de autobuses de Valladolid», que la directora general de Transportes y Logística aclara que se trata de un estudio o anteproyecto, «nunca del proyecto que quien debe realizarlo es la Sociedad».
En este estudio desaparecen las dos torres y se sustituyen por una serie de cuatro edificaciones, en las que se ubicaría el espacio para la estación, además del vestíbulo general, espacios comerciales, preembarque, baños y facturación entre otras áreas que conformaría la nueva terminal de autobuses de la capital vallisoletana. Todo como un primer paso hacia ese proyecto definitivo «que corresponde a la Sociedad Valladolid Alta Velocidad», vuelve a incidir Laura Paredes.
Afirmación de la directora general de Transportes que en nada tiene que ver con lo que se indica desde la SVAV, que califica el documento de insuficiente y señala que la Junta no ha pedido que se tramite la redacción del proyecto para su licitación y adjudicación posterior por parte de la Sociedad, que señala que hasta la fecha «no ha recibido indicación o petición alguna de la Junta para proceder a la tramitación, licitación y adjudicación del contrato de redacción del proyecto de la nueva estación de autobuses».
La Sociedad, según detallan las fuentes consultadas por este periódico, reconoce la existencia del documento Proyecto de implantación para las obras de la nueva estación de autobuses de Valladolid, que se entregaba por parte de la Junta en la reunión de la comisión técnica de seguimiento de actuaciones de febrero de 2022, pero se deja claro que «no es suficiente ni contiene la información necesaria par que la SVAV pueda licitar la redacción del proyecto».
Lo que se requiere, a decir de las mismas fuentes de Sociedad, es el Pliego de prescripciones técnicas particulares que, junto con el Pliego de cláusulas administrativas particulares, permite la licitación de la redacción del proyecto.
Pliego de prescripciones técnicas que se elabora y se remite a la Sociedad «por las administraciones públicas socias y destinatarias finales de las actuaciones que ejecuta la sociedad». El contenido de este pliego, que desde la SVAV se indica debe elaborar en este caso la Junta, tiene que especificar y definir la descripción del objeto del contrato y las actuaciones a proyectar, los trabajos a realizar por el adjudicatario, el presupuesto base de licitación, el valor estimado del contrato y el régimen de pago. A lo que se tiene que añadir el plazo máximo de ejecución, los criterios para la adjudicación del contrato o los permisos, licencias, garantías, régimen jurídico, tramitación y plazos de adjudicación y garantías, entre otros.
«En el momento en que por la Junta se indique a la SVAV su voluntad de redactar el proyecto y se facilite el Pliego de prescripciones técnicas particulares procederemos a llevar a cabo todo el procedimiento para que el consejo de administración, si procede, apruebe los pliegos, el gasto necesario y adjudique el contrato para la redacción del proyecto», aclaran desde la Sociedad.
Construir la futura terminal de buses de Valladolid en una parcela de 12.400 metros cuadrados de los antiguos talleres de Renfe, concretamente la EQ 51-116 del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), puede llevarse a cabo con integración o con soterramiento, tal y como reconocía el propio Puente en la entrevista a este periódico.
Pues bien, la realidad es que la estación, cuya construcción no es obstáculo ni incompatible con el soterramiento, que defiende el Ayuntamiento con su alcalde a la cabeza, ni con la integración, que el Ministerio de Transportes de Óscar Puente insiste en que es el único posible y viable, continúa sin avance alguno para su realización y con acusaciones de Junta y Ministerio de ser quien la mantiene bloqueada.