La deuda de 300.000 euros de la empresa frena la solución al carril bici entre Valladolid y Simancas

La solución para finalizar la construcción del carril bici en el Camino Viejo de Simancas parecía asequible pero se ha complicado. Con la entrada en preconcurso de acreedores de la adjudicataria que estaba llevando a cabo las obras, Gecocsa, la alternativa era que ellos mismos buscaran a otra empresa para cederles el contrato a fin de que pudieran continuar los trabajos pero, por el momento, ninguna parece dispuesta coger las riendas porque tendrían que asumir una deuda relacionada con la adquisición de materiales.

Según revelaron fuentes consultadas por este periódico, Gecocsa tiene pendientes pagos a proveedores cuya cuantía se cifra en torno a los 300.000 euros, al no haber abonado las facturas de los materiales que necesitaron para iniciar la faena. Así que está resultando difícil que alguien quiera asumir esa carga económica y por eso una operación que, en principio, parecía que se iba a resolver rápido, aún sigue bloqueada.

Baste recordar que el concejal de Urbanismo y Vivienda, José Ignacio Zarandona, confiaba en que a mediados del mes de mayo ya se hubiera efectuado el ‘traspaso’, pero hay una hoja nueva en el calendario y ahora el edil, inmersos en junio, considera que el proyecto se encuentra en un «atolladero complejo» y sin visos de una resolución fácil.

Zarandona, como ha dejado claro desde que se destapó el abandono de las obras por parte de la empresa que se estaba encargando de su ejecución, insistió en que el Ayuntamiento no puede intervenir directamente, si bien está en contacto con el sector en aras de lograr que se alcance una solución que permita continuar este proyecto, que abarca dos kilómetros entre la Ronda Exterior Sur (VA-30) y la línea que delimita los términos municipales entre Valladolid y Simancas.

El concejal del área, también como ha destacado siempre, volvió a ensalzar la «buena voluntad» de Gecocsa en la resolución del rompecabezas, pero ya no hay que encajar sólo una pieza, sino dos. Ya no es únicamente encontrar a otra mercantil que tome el testigo de las obras –ejecutadas a un 60%–, sino que esté dispuesta a afrontar esa deuda relacionada con el impago de los materiales empleados en la obra.

Más allá de esta vía de la cesión, que parece obstruida, habría otro camino que, según explicó Zarandona, pasa porque Gecocsa desista de la obra. Es decir, que renuncie al contrato vigente. Eso facilitaría que el Ayuntamiento pudiera volver a licitar las obras a través de un procedimiento de urgencia y adjudicar las labores pendientes para finalizarlas cuanto antes. Si fuera así, y teniendo en cuenta que restan un 40% de trabajos sobre el terreno, a finales de este año la conexión ciclable podría estar concluida.

La contrapartida de que Gecocsa recurra a esta opción de renunciar al acuerdo es que perdería la fianza de 70.000 euros depositada cuando firmaron el contrato con el Ayuntamiento, según aclaró el concejal del departamento de Urbanismo y Vivienda, pero no hay que obviar que se trata de una cuantía que a la empresa le costará recuperar de todas formas, valoró el edil, teniendo en cuenta que está inmersa en un preconcurso de acreedores.

A esta figura Gecocsa podrá estar acogida hasta el día 8 de julio, indicó José Ignacio Zarandona, y después entraría en concurso de acreedores, por lo que ya no podrían ceder el contrato a otra mercantil, que es la opción que barajan ahora. El tiempo para salvar los obstáculos, por tanto, apremia.

Si la adjudicataria consigue ‘transferir’ el contrato a otra sociedad antes de la fecha mencionada, quedarían todavía cinco meses de obra para culminar este primer tramo de conexión ciclista que ya debería estar operativo según los plazos reflejados sobre el papel, pues el acuerdo entre el Ayuntamiento y la empresa se rubricó en mayo del año pasado y el plazo de ejecución era de nueve meses. Así que en febrero la vía para bicicletas tendría que haber estado en funcionamiento.

Además de alzarse con el contrato ahora paralizado, Gecocsa también fue la elegida por el Ayuntamiento para afrontar otras tres obras relacionadas con carriles bici de la ciudad, si bien estos no llegaron a firmarse porque no presentaron la documentación final requerida. Se trata de los pliegos relativos al tramo entre el Parque del Mediodía de Parquesol y la avenida de Salamanca, el de la reparación del existente a La Overuela y el de Isabel la Católica. En los dos primeros casos ya se han resuelto los expedientes con otras mercantiles, mientras el tercero sigue pendiente.

Pero en todos estos casos, como no habían llegado a formalizarse los acuerdos, el Ayuntamiento sí ha podido ‘tirar de listado’ entre las empresas que presentaron sus ofertas y recurrir a las segundas del ranking con mayor puntuación, mientras que en el del Camino Viejo de Simancas no, porque ya estaba en marcha.

Cabe recordar que se trata de una obra que el Consistorio sacó a licitación en enero de 2023 con un presupuesto que sobrepasaba los dos millones de euros y que se adjudicó a Gecocsa a mediados de ese mismo año por casi 1,66 millones de euros, lo que se tradujo en un ahorro de prácticamente el 18%.