Carnero aplica una actuación de urgencia en Arco de Ladrillo de dos millones y frena la integración

El Ayuntamiento de Valladolid, con su alcalde  Jesús Julio Carnero a la cabeza, aplica una actuación de urgencia para consolidar el viaducto de Arco de Ladrillo. Obras de urgencia que se prolongarán durante casi un año con un coste de dos millones de euros y que supondrán el freno a la integración ferroviaria de la ciudad, cuyo siguiente paso es precisamente el de Arco de Ladrillo.

Las obras de urgencia que aprueba el consistorio vallisoletano en una junta de gobierno de urgencia supondrán el cierre de los dos carriles próximos a los bordes durante 11 meses y la velocidad se reducirá a 30 kilómetros por hora.

El concejal de Tráfico y Movilidad, Alberto Gutiérrez Alberca, señaló este jueves que se trata de una "actuación de emergencia" tras conocer el análisis de la infraestructura presentada por los técnicos municipales. Alberca añadió que los trabajos de reparación comenzarán de forma inmediata ante el "grave riesgo de accidente fatal".

Conviene recordar que el alcalde de Valladolid, a la salida de la reunión del Consejo de Administración de la Sociedad Valladolid Alta Velocidad celebrado el pasado 21 de mayo, en el que se presentó el proyecto del paso de Arco de Ladrillo, nada dijo de la necesidad de actuar de urgencia en el viaducto y se limitó a señalar  las obras del nuevo paso de la integración sin dar una salida para los vehículos que ahora circulan por Arco de Ladrillo, tanto para entrar a la ciudad como para salir hacia la carretera de Madrid. Dijo que provocaría un grave problema de tráfico. Es más, el regidor sólo se limitó a proponer una solución para el puente de Daniel del Olmo, pidiendo incluso que se incorporara al convenio de la integración firmado en 2017 como una actuación más, para así poder desviar el tráfico por esa zona mientras se realizaba el paso de Arco de Ladrillo.

Ahora el Ayuntamiento se descuelga con esta obra de emergencia, que más parece una huida hacia adelante en ese intento por frenar la integración, ya que el casi un año de duración vendría a solaparse con la construcción del nuevo paso que, conviene no olvidar, supondrá el derribo del viaducto, con lo que haría inviable el inicio de la construcción de ese nuevo paso. Tal y como publicó este periódico, la intención de la Sociedad Alta Velocidad pasaría por licitar el proyecto de Arco de Ladrillo, cuyo coste supera los 26 millones de euros, en el mes de julio con lo que las obras podrían iniciarse a finales de este mismo año. Es decir, de seguir adelante la integración ambos trabajos, el del nuevo paso y los de ahora de urgencia en el viaducto, se solaparían.

Sea como fuere, lo que sí va a suponer esta actuación de urgencia aprobada por el Ayuntamiento es una complicación en el tráfico Valladolid con el cierre de dos de los cuatro carriles de Arco de Ladrillo. Los vehículos sólo podrán circular por un carril de entrada a la ciudad y otro de salida y los conductores tendrán que reducir la velocidad a 30 kilómetros por hora.

El Ayuntamiento lo anunció este jueves en una rueda de prensa convocada de forma urgente. La duración de los trabajos complicará mucho el tráfico en Valladolid ya que el túnel de Labradores continúa cerrado en sentido hacia la ciudad y así continuará hasta noviembre, fecha prevista para la conclusión de las obras, y el paso de Daniel del Olmo no permite la entrada a vehículos pesados, por lo que camiones y autocares deben buscar vías alternativas.     

El consistorio vallisoletano tomó la decisión esta mañana en la Junta de Gobierno y los trabajos de señalización y de reparación comienzan de manera inmediata. Por la tarde se colocarán las señales de límite de velocidad y entre las noches del jueves y el viernes se pondrán las balizas para cortar los dos carriles situados junto a los bordes.