Carnero mantiene el plan original de ampliación del puente del Poniente
El alcalde afirma que retoman la idea inicial tras fracasar la 'operación' Plensa y se centrarán en lo esencial, la ampliación del tablero, y aparcan por ahora la parte estética
El proyecto de ampliación del puente del Poniente vuelve a la concejalía de Movilidad tras pasar por Urbanismo y fracasar la operación 'Plensa' para incorporar a la nueva estructura el toque artístico del escultor catalán, pero es una incógnita qué alumbrará este tercer intento. Con el lenguaje críptico que le caracteriza y que hay que interpretar, el alcalde, Jesús Julio Carnero, explicó esta martes que "en este momento está en la concejalía de Tráfico y Movilidad, su ámbito primigenio y original". Carnero añadió que el aspecto artístico "era secundario" y ahora están en "lo que inicialmente" contemplaban. Traducido, todo apunta a que el Ayuntamiento se centrará en la idea original de ampliación del puente con un tercer carril, que será reversible, aunque sin descartar que más adelante se incorpore algún tipo de ornamentación. Sobre las previsiones para iniciar las obras, dijo que se mantiene la fecha del mes de octubre, la primera que se anunció allá por el mes de abril.
“Nosotros seguimos con el plan con el que veníamos trabajando”, insistió y reiteró lo dicho ya en anteriores ocasiones para dejar claro "que ningún ciudadano debe dudar de que la obra se va a llevar a cabo" porque es "esencial" para la movilidad "de convivencia".
Escaldados tras dos intentos fallidos -un primer esbozo de proyecto que luego se desechó y más tarde la renuncia del escultor Jaume Plensa- el concejal de Movilidad, Alberto Gutiérrez, admitió en el pleno del pasado lunes que quizá se precipitaron, pero no volverán a hacerlo y sólo cuando tengan algo definitivo lo presentarán. El problema es que el tiempo corre y para empezar las obras en octubre hay que tener el proyecto y luego licitarlo y adjudicarlo, aunque Gutiérrez Alberca ve factible sacar la licitación en el mes que está a punto de empezar. Será una obra larga, de doce meses si no hay contratiempos, y aunque el puente no se cerrará al tráfico reducirá su capacidad a la mitad al cortarse uno de los carriles de forma alternativa, en función de los trabajos.