Okupación
La Policía local levanta la vigilancia frente al edificio okupado de Delicias en Valladolid
Una patrulla hizo guardia en la entrada desde la mañana del sábado hasta primera hora de la tarde de este lunes para evitar la entrada de más asaltantes
La okupación del edificio de la calle Olmedo sumó trabajo extra a la Policía Municipal el pasado fin de semana, con vigilancia día y noche durante dos días y medio, después de que el Cuerpo Nacional de Policía no pudiera evitar la entrada de los okupas en el inmueble. Abortaron cuatro asaltos, pero al quinto los cinco ‘inquilinos’ lograron entrar y tomar posesión de dos viviendas de la primera planta. Una planta que seguramente eligieron porque «en la planta baja ese edificio tiene mucha humedad», relatan los vecinos.
Desde el sábado por la mañana, cuando se supo que los okupas estaban en el edificio y la Concejalía de Seguridad recibió las primeras llamadas de los vecinos denunciando la situación, el concejal del área, Alberto Cuadrado, dispuso una patrulla a la puerta del inmueble «con el objetivo de que no entrara más gente y tranquilizar al vecindario», explicó. El plan era el que finalmente se ha intentado: que los servicios sociales tomaran el testigo el lunes con una acción informativa.
Valladolid
Los okupas de Delicias rechazan recibir a los asistentes sociales del Ayuntamiento de Valladolid
Santiago G. del Campo
Después de que los okupas rechazaran la visita de la asistente social, la Policía Municipal siguió en el lugar hasta primera hora de la tarde de este lunes. El caso excede las competencias de la Policía local de Valladolid. Una vez en el edificio, es cuestión del juez ordenar su desalojo, en general cuando media denuncia de los propietarios del inmueble, que no es el caso.
Los hechos se iniciaron el pasado 15 de mayo, fecha del primero de los intentos de ocupación que frenaron agentes del Cuerpo Nacional de Policía. El día 25, sábado, amaneció con los cinco individuos de nacionalidad extranjera bajo el techo del número 4 de la calle Olmedo. Los vecinos relatan que ese edificio ha estado okupado en varias ocasiones y en alguno de esos episodios se mantuvieron dentro durante mucho tiempo. En el último desalojo se tapiaron las ventanas del bajo.