Diario de Valladolid

Moreras no será apta para el baño al inicio de temporada por la falta de controles de la Junta

Pellitero aclara que «la pelota está en el tejado de Sanidad» y el escándalo por el cambio en la toma se cobra la primera víctima con el cese de la jefa de servicio de sanidad ambiental

Playa de Las Moreras de Valladolid.

Playa de Las Moreras de Valladolid.J. M. LOSTAU

Publicado por
Felipe Ramos | Ricardo García
Valladolid

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La playa de Las Moreras de Valladolid es un epicentro histórico del verano en la ciudad. Este año, sin embargo, la confirmación de que ese tramo es o no apto para el baño irá más allá del inicio de la temporada, previsto para el 15 de junio, debido a que Sanidad no tiene aún los controles pertinentes. Así lo traslada el concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Valladolid, Alejandro García Pellitero, después de toda la polémica de la confabulación de la Consejería de Alejandro Vázquez con el consistorio para modificar el punto de toma de las muestras de agua.

En declaraciones a este periódico, Pellitero apunta que «ahora está todo en el tejado de la Junta», en alusión a que es la Consejería de Sanidad la que tiene que tomar las muestras y emitir un veredicto, al tiempo que traslada que «esta semana o la que viene empezarán a medir». Son, en cualquier caso, las estimaciones del edil, puesto que según afirma no ha tenido nuevas noticias por parte de la Administración autonómica, si bien se muestra bastante seguro de que «la playa no estará abierta el 15 de junio».

Explica también Pellitero que esta demora de los plazos se debe, además de que todavía no se ha iniciado la recogida de muestras, a que no será suficiente con una, sino que hace falta un «histórico de mediciones hasta que ya haya una serie para comparar» y en las que «la calidad del agua sea constante, sin picos».

Conviene recordar en este punto que ese histórico de controles será completamente nuevo, puesto que Sanidad ya eliminaba días atrás todo el histórico de datos de años anteriores del Sistema de Información de Aguas de Baño (Nayade) dentro de ese plan para buscar un punto donde los resultados sean óptimos del Ayuntamiento y con la confabulación de la Consejería.

Por tanto ahora son los ciudadanos los que pagan las consecuencias del revuelo surgido en torno a la petición del Ayuntamiento de cambiar el lugar de toma de muestras, al cual accedía Sanidad sin objeción con el fin de que los resultados fueran favorables y este verano se pudiera permitir a los ciudadanos bañarse en el Pisuerga.

Pero las consecuencias no solo las pagan los vallisoletanos, sino que toda esta polémica ya se ha cobrado la primera víctima políticas. El pasado viernes 24 de mayo, el Boletín Oficial de Castilla y León publicaba un inesperado cese en la Consejería de Sanidad. Según la orden, firmada por el propio Vázquez, la jefa de Servicio de Sanidad Ambiental de la Dirección General de Salud Pública, Isabel García Herrero, dejaba su puesto a petición propia.

Este cese lo firmaba el consejero de Sanidad el día 17 de mayo, misma jornada en la que ofrecía unas declaraciones públicas acerca de todo el revuelo que se había generado en torno a la playa de Las Moreras y, según fuentes de la Consejería consultada por este periódico, la marcha de García Herrero tuvo lugar porque no está dispuesta a asumir las componendas del departamento de Vázquez con el Ayuntamiento de Valladolid en las que también aparece el nombre de la directora general de Salud Pública, Sonia Tamames.

El mismo día 17 de mayo en que firmaba el cese de García Herrero, Alejandro Vázquez explicaba que el cambio del punto de toma de muestras de agua se debía a que en el anterior, ubicado en el embarcadero, no había bañistas, mientras que en el nuevo sí los hay al estar en el medio de la playa y justo donde comienza el agua, al borde de la arena. Declaraciones que, por cierto, venían a corregir a Alejandro García Pellitero, quien el día anterior aseguraba a este periódico que el punto de toma de muestras iba a estar «unos tres o cinco metros más hacia el centro, que es donde se baña la gente».

No obstante, durante estas declaraciones Alejandro Vázquez no hizo ninguna alusión a todas estas cuestiones que salen ahora a la luz, como es la necesidad de hacer un histórico de controles que demorará el inicio de la temporada de baño en la playa de Las Moreras o el propio cese de García Herrero.

Pero es que además, por otro lado, la propia Consejería de Sanidad es en estos días un auténtico hervidero, a decir de las fuentes consultadas por este periódico. Un polvorín al que ahora se suma el cese de una jefa de servicio, primera víctima en todo este asunto. Las mismas voces confirman también que en el departamento de Vázquez se empieza a instalar el caos y no solo por el cese de García Herrero, sino también por el reciente de la directora general de Personal y Desarrollo Profesional, Elena Cámara Gamero.

Y mientras que desde el Ayuntamiento de Valladolid dan estas explicaciones sobre los nuevos plazos que se manejan, desde la Consejería de Sanidad optan por el silencio y el ocultismo de en qué punto se encuentra el muestreo. Este periódico trató este lunes en varias ocasiones de contactar con algún responsable del departamento de Alejandro Vázquez, preferiblemente de la Dirección General de Salud Pública, aunque el departamento de comunicación informó de que no iba a haber declaraciones al respecto.

A pesar de toda la polémica surgida, es García Pellitero quien defiende también que lo que rodea al cambio del lugar de toma de muestras de agua en Las Moreras «no tiene ningún trasfondo político» e insiste, como ya hizo algunos días, de que la solicitud del cambio de punto de la toma se hizo dentro de plazo y debido a que el anterior se ubicaba en una parte del río «donde no se baña nadie». Asimismo, sostiene que no sabe nada acerca del cese de García Herrero.

Por otro lado, el concejal también se retracta de sus declaraciones a este periódico la semana pasada y da por buenas las explicaciones ofrecidas al día siguiente por el consejero de Sanidad sobre el lugar donde se ubicará el punto de muestreo. Coinciden ambos, además, en afirmar que lo razonable es medir la salubridad del agua en la zona donde la gente se baña y no en otra donde incluso esta actividad está prohibida.

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