El Gobierno vuelve a la carga con el centro de refugiados tras renunciar al del Río Hortega

La iniciativa estaba en vía muerta, pero el Gobierno central ha vuelto a rescatar la idea del centro de refugiados, después de que esta semana el subdelegado en Valladolid, Jacinto Canales, explicara en una reunión con la Federación de Asociaciones de Vecinos Antonio Machado que el Ejecutivo está dispuesto a buscar otras vías de financiación para construirlo. «El Ministerio se muestra favorable a estudiar un nuevo proyecto si es que el Ayuntamiento manifestara su intención de que este centro se construyera en Valladolid», sostuvo en alusión a la cartera de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.

La afirmación del subdelegado –que ya había manifestado también su antecesora, Alicia Villar– contrasta con la realidad, pues Canales apunta a que la pelota está en el tejado del Ayuntamiento, pero el actual equipo de gobierno, formado por PP y VOX, evidencia, aunque sea por la vía del silencio, que no tiene intención de apoyar una instalación de estas características en la ciudad. De hecho, el expediente que había en marcha se tuvo que paralizar ante la ausencia de una respuesta definitiva por parte del Consistorio.

Fue en noviembre del año pasado cuando el Gobierno central pisó el freno y decidió no formalizar el contrato para la redacción del proyecto constructivo del espacio en la parcela elegida –una en la calle Dulzaina, junto al hospital Río Hortega–, lo que ya dejaba claro que lo descartaba. De hecho, aclararon entonces que los 17 millones de euros consignados para las instalaciones de Valladolid se destinarían a los otros centros de refugiados previstos en el resto de España.

El Ayuntamiento se ha escudado en todo momento en que aún estaban en periodo de reflexión y que tenía margen hasta octubre de este 2024 para dar una respuesta definitiva , pero lo cierto es que al Ministerio le urgía que se materializara cuanto antes la cesión del suelo porque la construcción estaba prevista con los fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y los plazos ‘apretaban’.

Después de no firmar el contrato con la empresa que ya se había seleccionado para redactar el proyecto y, en vista de que el trámite municipal seguía sin llegar, hace apenas tres semanas el Ministerio de Inclusión ha dado, ahora sí, carpetazo definitivo a la construcción del Centro de Acogida de Protección Internacional (CAPI) de Valladolid.

Según la documentación pública del expediente en cuestión, ya figura de forma expresa un «anuncio de renuncia» en el encabezado y, además, en los trámites rezan varias aclaraciones, a modo de asteriscos, para significar que se han eliminado los trámites.

A pesar de haber dado este paso atrás, el subdelegado del Gobierno sigue dejando la puerta abierta a que Valladolid tenga un centro de refugiados buscando nuevas fórmulas de financiación, puesto que ya es inviable abordarlo con los fondos europeos que se habían consignado inicialmente. Pero lo sigue supeditando a la voluntad del Ayuntamiento, con lo cual, parece difícil que se pueda desbloquear, como así reclama la Federación de Asociaciones de Vecinos Antonio Machado.

Esta entidad solicitó a finales de febrero una reunión con el Ministerio o con la Delegación, según habían acordado los colectivos favorables al impulso del centro de refugiados en la ciudad, pero dicha reunión no se materializó hasta este martes, 14 de mayo. La demora responde, según aclaró la propia presidenta de la Federación, Margarita García, a los cambios de cartera en el propio Ministerio, y también a los producidos en la Subdelegación del Gobierno en Valladolid.

Así que el encuentro partió de una petición formulada por los colectivos que habían llevado a cabo una recogida de firmas en favor del centro, después de las voces contrarias que se habían alzado en el barrio para impedir que se ejecutara en la parcela junto al Río Hortega. El encuentro, sin embargo, se saldó sin un acuerdo concreto, más allá de la postura «favorable» del Gobierno a buscar otras fórmulas para costear su ejecución en caso de que el Ayuntamiento «manifestara su intención» de impulsarlo.

«Planteamos hacer uno aunque sea más pequeño», explicó García sobre la postura que trasladaron al subdelegado, «pero el tema ha quedado abierto», sobre todo porque ahora mismo no hay una consignación presupuestaria.

«El 4 de septiembre de 2015 todos los grupos políticos de la corporación municipal del Ayuntamiento acordaron de forma unánime que Valladolid se sumase a la red de ciudades de acogida. El rechazo o inacción en lo referente a la construcción de este centro no parece muy acorde con este acuerdo. Más bien demuestra falta de empatía con las personas que buscan refugio en nuestro país, en nuestra ciudad, por motivos de raza, religión, nacionalidad, opiniones políticas, pertenencia a determinado grupo social, de género, orientación sexual o de identidad sexual», expone la Federación Antonio Machado en un documento que titulan ‘Valladolid, ¿ciudad de acogida?’, colgado en su web tras la reunión con Jacinto Canales.

En ese texto insisten en que «la pelota sigue estando en el tejado del equipo de gobierno municipal» así que, aunque desde el Ejecutivo central hayan vuelto a insistir en su voluntad de intentar un ‘plan b’ en otros términos y con otra financiación, el centro de refugiados continúa estancado, sin que el Ayuntamiento mueva ficha. Sigue en jaque. Veremos si en jaque mate.