Diario de Valladolid

INTEGRACIÓN FERROVIARIA

Arco de Ladrillo, el inminente nuevo paso de la integración: 26 millones y 22 meses de obra

La Sociedad Valladolid Alta Velocidad aprobará este mes el proyecto del nuevo túnel para vehículos y peatones, que acabará con el actual puente y cuyas obras se iniciarán a principios del próximo año 2025

El futuro paso de Arco de Ladrillo

El futuro paso de Arco de LadrilloE.M.

Publicado por
Felipe Ramos
Valladolid

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La integración avanza. Andrómeda, Rafael Cano y Panaderos, ya finalizados, bien es cierto que los dos primeros los realizaban Adif y el Ayuntamiento fuera del convenio; Labradores y Padre Claret, en marcha; y ahora, Arco de Ladrillo. La integración continúa afianzándose en Valladolid con el inminente nuevo paso de Arco de Ladrillo.

Un nuevo túnel bajo las vías que se atisba ya en el horizonte más inmediato de la integración que sigue avanzando de manera irreversible y casi definitiva, mientras que el equipo de gobierno de PP y VOX continúa reclamando el soterramiento de Valladolid.

Y es que el de Arco de Ladrillo es el paso irreversible de la integración en la capital vallisoletana. Más de 26,8 millones de euros, concretamente 26.811.919 euros, y 22 meses de ejecución. Esos son los números más importantes del inminente nuevo paso para integrar las vías del tren en la capital, que echará abajo el actual puente para dar a luz un nuevo paso inferior dentro de ese convenio de integración. Un paso para vehículos, peatones y ciclistas, que será el siguiente que se acometerá desde la Sociedad Valladolid Alta Velocidad y se convierte en el camino sin retorno ni marcha atrás del proyecto de integración del ferrocarril.

Nueva infraestructura de esa integración, sin duda la más importantes de toda la integración por su envergadura, tanto de la obra en sí como de la cuantía para su construcción, esos más de 26,81 millones de euros, que además de convertirse en el avance y afianzamiento de la integración es incompatible con el soterramiento, que sigue reclamando el Ayuntamiento de Valladolid, con su alcalde Jesús Julio Carnero a la cabeza. Salvo que, eso sí, se decida en un futuro desmontar todo lo construido para hacer el soterramiento.

La realidad de los hechos es que la Sociedad Valladolid Alta Velocidad, de la que forman parte el Miniisterio de Transportes y Movilidad Sostenible, el Ayuntamiento y la Junta de Castilla y León, a través de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, ultima los plazos para ejecutar la construcción del paso de Arco de Ladrillo.

Tanto es así que tiene previsto aprobar este mes el proyecto del nuevo túnel para vehículos y peatones, que acabará con el actual puente del Paseo de Arco de Ladrillo y cuyas obras se iniciarán a principios del próximo año. Los plazos del mismo son claros y apremian al Ayuntamiento sobre este paso en concreto y sobre la integración en general.

En este mes de mayo, según detallan las fuentes a las que ha tenido acceso este periódico, está previsto realizar la información pública del proyecto y los trámites que marca la Ley del Sector Ferroviario, respecto a informar a las administraciones con competencias urbanísticas.

Una vez finalizados esos plazos, que se enmarcan en los 15 días hábiles para la información pública y un mes para el cumplimiento de la Ley del Sector Ferroviario, se procederá a la aprobación del proyecto y se iniciará el proceso licitador del mismo para su posterior adjudicación e inicio de las obras, que se prevén para los primeros meses del próximo año 2025.

Plazos y fechas que harán que la Sociedad Valladolid Alta Velocidad vea la licitación del proyecto en el mes de junio para su aprobación. Será entonces cuando el consistorio vallisoletano, que preside Carnero, como miembro de la Sociedad Valladolid Alta Velocidad, en la que ostenta un 25% de la misma, al igual que la Junta mientras el otro 50% restante corresponde al Ministerio, tenga que decidir sobre esa licitación y, por tanto, sobre este nuevo paso de la integración, uno de los más importantes por presupuesto, obra y situación del mismo, en uno de los enclaves de circulación más importantes de la ciudad. Decidir si lo aprueba con su voto favorable o no y con él la continuidad y avance de la integración ferroviaria con este nuevo paso.

Conviene recordar que recientemente, el pasado 16 de febrero el consejo de Valladolid Alta Velocidad daba el visto bueno a dos modificados: el del túnel de Labradores, con el que se aprobaba el inicio de su reforma que hará que gane en altura, bajando la cota del mismo, y anchura. A este modificado se le sumaba el de Padre Claret, más avanzado.

Pero es que, tanto en Labradores como en Padre Claret, se trataba de pasos ya en ejecución, como es el caso de Claret con las calles Estación, Guipúzcoa y Andalucía, o adjudicado como Labradores porque se hacía junto con el de Panaderos. En el caso de este nuevo paso de Arco de Ladrillo, lo que se decidirá en el consejo de la Sociedad es sobre su licitación y, por tanto, posterior adjudicación e inicio de su construcción.

Lo que estará encima de la mesa del orden del día de ese consejo, dada la magnitud de este nuevo túnel bajo las vías del ferrocarril dejando atrás el actual puente, es avanzar de forma irreversible en la integración, que es, parece claro cada vez más, incompatible con soterrar las vías.

Sobre eso tendrá que decidir el Ayuntamiento, que insiste en exigir al Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible de Óscar Puente el soterramiento, que conviene recordar finiquitaba el gobierno del PP en 2017 con el ministro de Fomento de entonces, Íñigo de la Serna, quien rubricaba la el convenio de integración con el Ayuntamiento de Valladolid que presidía Óscar Puente y la Junta de Castilla y León, también del Partido Popular.

En menos de dos años

Las obras del túnel de Arco de Ladrillo en la capital vallisoletana, según los datos del proyecto constructivo que se encuentra en supervisión, tienen un coste económico de 22.158.611,05 euros, a los que se les suman otros 4.653.308,31 euros de IVA, y ese plazo de ejecución de 22 meses. Casi dos años que, de cumplirse todos los plazos, hará que este nuevo proyecto de la integración será una realidad a finales de 2026, en lo que será otro avance más del proyecto integrador del ferrocarril a su paso por la ciudad.

Este nuevo paso consiste en la sustitución del puente elevado para tráfico rodado y del paso inferior peatonal del paseo de Arco de Ladrillo, por uno nuevo, mediante la ejecución de un paso inferior que contará con una longitud aproximada de 175 metros para vehículos y peatones.

Nuevo túnel, que estará formado por un cajón con dimensiones interiores libres mínimas de 19,50 metros de ancho por 4,50 de altura y contará con dos arcenes de 0,75 metros y 4 carriles de tres metros (dos por sentido). A eso se le añade una zona separada de cinco metros para el tránsito peatonal y ciclista.

La zona de tránsito peatonal proyectada presenta un gálibo libre vertical mínimo de 2,70 metros.

El método constructivo con el que se llevará a cabo será el de un sistema de hinca, es decir del hincado de un cajón, el mismo utilizado en Andrómeda, Panaderos y Padre Claret y descartado en el túnel de Labradores de Las Delicias, donde se optaba por bajar la cota del terreno y se evitaba el cajón al ser muy invasivo.

El ámbito de actuación, según recoge la propia Sociedad Valladolid Alta Velocidad, corresponde al Paseo del Arco de Ladrillo y las calles de Recondo y del Puente Colgante, ubicadas en las proximidades de la estación de tren Valladolid Campo Grande.

En esta zona de la capital vallisoletana, el viario urbano queda condicionado por el trazado de las vías férreas tanto de la Línea de Alta Velocidad como de la de ancho convencional.El objeto de este proyecto de integración pasa por la ejecución de un nuevo paso para vehículos y un nuevo paso peatonal y ciclista a lo largo de la calle del Paseo del Arco de Ladrillo, que permitan aumentar la permeabilidad entre los dos lados de las vías del ferrocarril, además del aprovechamiento de los nuevos espacios generados en la zona que ahora ocupa el paso superior para uso peatonal mediante áreas abiertas.

El elemento patrimonial más importante del entorno es el Arco de Ladrillo, cuya conservación en perfecto estado es primordial, según se detalla, para el diseño y el proceso constructivo planteado.

En estos momentos, las únicas conexiones entre los dos lados de la vía en la zona son un paso superior con dos carriles por sentido destinado únicamente al tráfico rodado, que discurre en paralelo al Arco de Ladrillo y muy próximo a éste, y un paso inferior peatonal que atraviesa por debajo la vía del tren por el margen opuesto al citado Arco. El paso peatonal tiene unas dimensiones interiores de 3,75 metros de ancho y 2,17 de alto.

En cuanto al paso de vehículos, además de sobre las vías del ferrocarril pasa sobre las calles de Recondo y Puente Colgante y conecta con el Paseo del Hospital Militar.

El proyecto, además de la demolición del paso superior en el Paseo del Arco de Ladrillo y la protección del Arco y de la construcción de los inferiores, tanto para peatones y bicicletas como para vehículos, conllevará la urbanización del entorno.

Los espacios obtenidos mediante la eliminación de la carretera elevada darán lugar a una mayor amplitud de plazas y zonas verdes, que permitirán reordenar las áreas urbanas actuales y aumentar la peatonalización de la zona.

De esta forma, si definitivamente los socios de Valladolid Alta Velocidad dan su plácet al desarrollo del derribo del puente y posterior construcción del paso de Arco de Ladrillo, se marcará un nuevo hito hacia el desarrollo de la integración, un hito que casi supone un punto de no retorno. Y es que, cuanto más avance la integración, menos parece que pudiera revertirse en un futuro para dar paso al soterramiento. Más bien al contrario, la una hace incompatible al otro.

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