Dos empresas se disputan el nuevo diseño de la estación de autobuses de Valladolid

Después de años con la remodelación de la estación de autobuses de Valladolid en punto muerto, aparcando incluso la demandada petición porque la idea era construir una nueva terminal asociada al soterramiento, la Junta de Castilla y León dio recientemente un volantazo para cambiar de rumbo y ha 'metido el turbo' para impulsar el lavado de imagen de las viejas instalaciones. Tanto ha pisado el acelerador que ya tiene sobre la mesa el nombre de los interesados en redactar el proyecto definitivo y en encargarse de la asistencia técnica a la dirección de las futuras obras.

Son dos empresas las que se van a ‘disputar’ este contrato –licitado por 242.000 euros, impuestos incluidos, pero a la espera de saber en cuánto se rebajan las ofertas– destinado a elaborar el diseño final y a perfilar los detalles de ejecución, teniendo en cuenta las referencias en cuanto a inversión y plazos avanzadas por el Ejecutivo autonómico y por el presidente Alfonso Fernández Mañueco: el desembolso rondará los 4,5 millones de euros y las obras se prolongarán durante dieciocho meses.

Por el momento, lo que toca ahora es decidir qué entidad, de las dos que han concurrido al procedimiento, obtiene la puntuación más alta según los criterios establecidos para quedarse con el contrato lanzado por la Junta a través de la Sociedad Pública de Infraestructuras y Medio Ambiente, Somacyl.

El día 17 de este mes de mayo es cuando está fijada la reunión para decidir cuál de las dos propuestas se alzará como adjudicataria, una vez admitidas a trámite las dos empresas interesadas. Se trata de Investigación y Control de Calidad (Incosa), con sede en el parque tecnológico de Boecillo, en Valladolid, y Urbaq Arquitectos, con sede en León.

Urbaq, precisamente, es el estudio de arquitectura que ya elaboró el primer informe sobre el estado de las instalaciones y sobre las necesidades de intervención cuando en diciembre de 2023 la Junta de Castilla y León encargó un chequeo actualizado de la céntrica finca a través de la Consejería de Movilidad y Transformación Digital, en aras de «valorar la posibilidad de llevar a cabo alguna intervención a corto plazo, en caso de ser necesario», según alegaron en aquel momento.

Esa memoria, cuyo coste se cifró en 18.000 euros, es la que presentó el pasado 15 de abril el presidente Fernández Mañueco, con un desembolso estimado en 4,5 millones de euros para llevar a cabo las obras de renovación. Además, avanzó las imágenes sobre cómo podrían lucir las futuras instalaciones, con varias recreaciones del exterior y del interior.

Ese informe preliminar, que sirvió de base para los trámites actualmente en marcha, enumeraba los seis objetivos sobre los que actuar: la rehabilitación del conjunto arquitectónico, la mejora de la confortabilidad y el servicio a los viajeros, la mejora de la eficiencia energética, la mejora de las condiciones de habitabilidad y salubridad, la redistribución de espacio y adecuación de usos, y la gestión centralizada de los sistemas de control.

Perfiladas las bases de la actuación, con la idea de «modernizar la imagen de la estación, adaptar el servicio al viajero a los tiempos actuales y mejorar la explotación de los espacios comerciales y oficinas de la terminal», el siguiente paso era redactar el proyecto definitivo y la Junta no sólo no ha dilatado su tramitación, sino que está a punto de resolver el expediente.

Además de Urbaq, la otra empresa que también ha concurrido al procedimiento, Incosa, también tiene experiencia en estaciones de autobuses, pues fue la elegida a finales de 2019 para diseñar la terminal de la T4 del aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas, según reflejan en su página web.

Teniendo en cuenta que la mesa de contratación se reunirá el 17 de este mes, en mayo o en junio podría quedar resuelto el expediente, por lo que la firma que resulte adjudicataria comenzaría a trabajar de inmediato en la redacción del proyecto definitivo, con un plazo máximo de tres meses para su elaboración. En él tendrán que incluir un presupuesto más preciso y todos los detalles técnicos de las obras.

Queda claro, por tanto, que aunque la reforma de la estación de autobuses de Valladolid avance a buena velocidad, aún restan meses para que comiencen los trabajos sobre la edificación. Sobre todo porque la Junta de Castilla y León aún tiene que sacar a licitación las obras en sí y resolver el expediente para saber qué empresa se encargará de ejecutarlas. Si se cumplen las previsiones el presidente del Ejecutivo autonómico, a finales de este mismo año estarán adjudicadas y empezarán a primeros de 2025.

Tomando esa fecha como referencia, y teniendo en cuenta que los cálculos apuntan a 18 meses en obras, la vetusta terminal vallisoletana inaugurada en 1972 no lucirá un aspecto renovado hasta mediados de 2026, si no hay retrasos ni contratiempos.