Diario de Valladolid

FERNANDO FERNÁNDEZ ROMÁN 

"Valladolid es ciudad taurina por excelencia con una de las mejores plazas de España"

El prestigioso crítico taurino Fernando Fernández Román contará los toros en Diario de Valladolid-El Mundo

Fernando Fernández Román, crítico taurino.

Fernando Fernández Román, crítico taurino.J.M. LOSTAU

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«Valladolid es la ciudad taurina por excelencia. Aquí se construyó la primera plaza porticada del mundo y en Valladolid ha habido también grandes toreros». El autor de las frases es Fernando Fernández Román, el prestigioso crítico taurino que contará los toros en este diario. Los recuerdos que guarda desde que pisó una plaza por primera vez son numerosos. Posee una memoria portentosa y tiene sólidos argumentos para hablar de las bondades de Valladolid cuando hay que referirse a la fiesta nacional.

Fernández Román disfruta cuando habla del mundo de los toros. Lo conoce a fondo desde que se familiarizó con ellos cuando era un chaval. Y es un hombre agradecido. Recuerda perfectamente que la afición por los toros comenzó en el momento que presenció con su padre el primer festejo taurino. «Mi padre ha sido mi norte y mi guía».

Resulta obligado hablar de toros y es obligado también hacerlo de Valladolid. «Aquí se construyó la primera plaza porticada en la época de Felipe II cuando se produjo el voraz incendio de 1561. Fue la plaza de toros por excelencia, con ventanas y balcones. Allí se celebraban los encuentros de la nobleza. En la corredera de San Pablo se corrían toros y el rey y la reina veían allí los festejos taurinos».

Valladolid ha visto los toros de la ganadería Raso de Portillo y Molero Hermanos, que tenían una finca enAlaejos. Y la capital vallisoletana ha sido una plaza extraordinaria con la presencia de grandes toreros como Félix Merino, Pacomio Peribáñez, El Habanero y Fernando Domínguez, tío de otro torero de postín, Roberto Domínguez. La lista es más amplia e incluye a Manolo Sánchez y a los diestros de la familia Luguillano, David, Santiago y Jorge. Fernández Román destaca de la saga Luguillano su forma de torear aflamencada». «David bordaba el toreo».

Y si los maestros hacían las delicias de los aficionados en la plaza, el crítico taurino de Diario de Valladolid-El Mundo se ganaba el respeto y la admiración de los seguidores que escuchaban sus comentarios. Fernandez Román comenzó su etapa periodística taurina enRadio Valladolid de la Cadena Ser, continuó en Radiocadena y después dio el salto a Televisión Española, desde donde trasladó sus amplios conocimientos a través del programa Tendido Cero, y a Vía Digital.

Mucho antes de que su nombre resultase familiar a los aficionados a los toros, Fernández Román había cursado el bachillerato en Medina del Campo y después había pasado por las aulas de la Universidad Complutense. El crítico taurino recuerda que cuando ya mostraba sus conocimientos a través de las ondas escuchó uno de esos consejos habituales en el caso de las familias. «Mi madre me dijo que tenía que estudiar una carrera de provecho, que eso era cosa de aventureros».

Fernández Román exhibió su talento mucho antes de que fuera conocido por su faceta de crítico taurino. El resultado no pudo ser mejor, como bien recuerda. Escribía para la revista El Ruedo y hacía dibujos de las novilladas. «Me pagaban 100 pesetas por cada uno».

Y si Valladolid es tierra de grandes toreros, los aficionados también poseen fama de ser buenos entendidos a la hora de juzgar una corrida. «Valladolid era un nicho de buenos aficionados. Y la plaza es una de las mejores de España por la belleza que posee en su interior. La plaza tenía dos gradas de palco y eso era signo de distinción. El gobernador civil era la autoridad y su presencia y las características de la plaza eran vitola de una gran afición».

Fernández Román no oculta su malestar por la decisión del ministro de Cultura, Ernest Urtasun, de suprimir el Premio Nacional de Tauromaquia. «Lo veía venir. Es un antitaurino furibundo. Es necesaria una labor pedagógica desde niños, no entiendo ese interés que tienen algunos por ir en contra de lo nuestro. García Lorca dijo: La fiesta de los toros es la fiesta más culta del mundo».

El crítico taurino insiste en la importancia de ese trabajo pedagógico, como se lo enseñaron a él de pequeño, y va más lejos en su apreciación al referirse a la importancia de escuchar. «Hablo con todos, con los banderilleros, con los ganaderos. Hay que saber escuchar», concluye Fernando Fernández Román.

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