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La Junta reforzará la seguridad del Zambrana con la creación de dos nuevos coordinadores y chalecos defensivos

El Bocyl publica hoy las bases del nuevo contrato para la gestión del área de reforma del centro que incluye un incremento de plantilla, la obligación de que las sustituciones sean a tiempo completo, dotación de pinganillos y ‘chalecos antipánico’, y obras

Entrada del centro de menores ZambranaPHOTOGENIC

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Valladolid

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La Junta reforzará la seguridad del Zambrana con la creación de dos nuevas figuras de coordinación, una de seguridad para los turnos de tarde y otra de interlocución entre el personal y la dirección del centro, y con la dotación de mayores herramientas de protección, como chalecos defensivos, entre otras medidas que pasan también por aumentar el personal. Así consta en las bases de la nueva licitación de gestión del área de reforma del centro que hoy publica el Boletín Oficial de Castilla y León, toda vez que en junio expira el contrato actual que no se renovará.

El Zambrana cuenta con dos áreas independientes, una destinada a la atención de menores con medidas de protección (también denominada de socialización) y otra a la ejecución de medidas acordadas al amparo de la legislación (el área de reforma).

En un momento de conflictividad máxima y con gran parte de la plantilla de baja, Familia plantea varias modificaciones para revertir esta situación. Entre las principales novedades que recoge el documento que publica hoy el Bocyl para el área de reforma, además de la de los coordinadores, se encuentra la obligación de que las sustituciones sean a tiempo completo. Para ello, establecerá «cláusulas, en la medida que sea posible conforme a la legislación vigente, para que todas las sustituciones se hagan con contratos a tiempo completo y evitar contrataciones a tiempo parcial».

Descendiendo al detalle, una nueva figura asumirá funciones de coordinación «en relación con los recursos concertados, medidas de prevención de riesgos laborales y de organización que ejerza interlocución con el director gerente», y por otro lado se incorporará al servicio «un coordinador de seguridad en el turno de tarde con competencia para garantizar una mayor coordinación del personal de seguridad durante las intervenciones».

La nueva licitación prevé además un incremento del número de profesionales, «así como previsiones para situaciones especiales asociadas al aumento de menores en el centro o de mayor conflictividad», aunque no se precisa en cuántos plazas se traduce ese aumento de personal. Familia sostiene que «es difícil determinar la cantidad porque el incremento de la plantilla se debe considerar sobre varias variables», y añade que «al final no es un tema sólo de números, sino que las condiciones organizativas determinarán el aumento, y en cualquier caso sujeto a lo que de la oferta a la empresa adjudicataria resulte».

Sí se indica que se ampliará el equipo de vigilancia con un vigilante adicional de lunes a viernes de mañana y noche, y los fines de semana en turno de mañana, tarde y noche. También se incrementará en tres el número de plazas de técnico de apoyo al menor.

Para este contrato, la Junta va a utilizar un nuevo instrumento de financiación, que es «el concierto social», que –según se expone en las bases– permite una mayor flexibilidad en la gestión indirecta de los servicios sociales públicos [...] cuya financiación, acceso y control corresponde a las administraciones públicas de la Comunidad». Está previsto además modificar la actual figura del director, que pasará a convertirse en director gerente.

En cuanto a los recursos materiales también habrá novedades. Estas pasan por «la dotación de chalecos antitrauma o antipinchazo», incorporados como equipos de protección individual (EPI), y por la dotación de pinganillos para que los vigilantes de seguridad «transmitan información e instrucciones de forma segura y confidencial».

A esto se suman la instalación «de un nuevo sistema de pulsadores S.O.S. o de antipánico, una nueva plataforma del servicio de circuito cerrado de televisión que incluye la videovigilancia de distintas plantas y un puesto de control de cámaras ubicado en la parte central del edificio de reforma «que permita a los coordinadores de seguridad reforzar las funciones de videovigilancia desde el sitio más próximo a las unidades de reforma».

Otras medidas buscan la reducción de cargas burocráticas por parte del personal de atención directa, que es una de las demandas de la plantilla, y «mejorar los procesos de formación». Esto tendría dos vertientes, va encaminado a que el personal de nueva incorporación no entre a ciegas y tenga una formación específica para ese puesto de trabajo, pero también para ofrecer al resto del personal «un abordaje más adecuado de las problemáticas asociadas a nuevos perfiles delictivos».

Y el Zambrana experimentará un lavado de cara. Afrontará obras de reforma, adaptación, adecuación, adaptación térmica y funcional para actividades del centro. Ya hay una adjudicataria para esto, que es Impermeabilizaciones Impalag S. L., por un importe de 423.669 euros. La intervención afecta al edificio de reforma, al polideportivo junto al edificio de talleres y a la pista polideportiva. El plazo total de ejecución alcanzará las 26 semanas, poco más de medio año, y el inicio de los trabajos se prevé «en fechas próximas».

Respecto a si sancionará o tomara medidas por posibles incumplimientos de contrato a la empresa adjudicataria actual, Familia explica a este diario que «se han documentado todos aquellos hechos que pudieran ser merecedores de penalidad, conforme al pliego de cláusulas administrativas y de prescripciones técnicas del contrato, y se están llevando a cabo las actuaciones para aplicar las mismas, conforme al procedimiento establecido por la Ley de contratos».

El 33% de los internos del área de reforma son mayores de edad

Es un centro de menores, pero se da la paradoja de que gran parte de los internos cumplen ahí su mayoría de edad y algunos continúan un tiempo más.
El Zambrana está formado por dos centros independientes como son el de protección (socialización) y el de reforma. En el de protección ingresan menores con expedientes de protección por problemas de conducta, está destinado «al acogimiento residencial de menores diagnosticados con problemas de conducta» y es requisito que haya una autorización judicial para el ingreso en el centro. A 16 de abril eran 14 los menores internos más otros 3 que para los que se estaba gestionando la incorporación.
Mientras que el área de reforma va dirigido a la ejecución de medidas de internamiento en régimen cerrado, en régimen semiabierto y terapéutico para menores de ambos sexos. Los ingresos se realizan en virtud de resolución de los juzgados de menores de Castilla yLeón por lo que «los ingresos no están programados y se pueden producir a cualquier hora del día durante todos los días del año», según señala Familia en la información que acompaña a las bases del nuevo contrato publicadas hoy en el Bocyl. Las bajas también se acuerdan por resolución del juzgado de menores.
Dado que la responsabilidad penal de los menores «toma como referencia que en la fecha de los hechos tenga menos de 18 años y en fase de ejecución la permanencia en el sistema se prolonga hasta finalizar la medida», esto provoca que en la actualidad uno de cada tres internos supere la mayoría de edad (actualmente el 32,8% de los jóvenes). A 16 de abril había 64 menores registrados de los que 21 superaban los 18 años.
El Zambrana cuenta con alrededor de 200 trabajadores, que incluye a personal dependiente de la Gerencia de Servicios Sociales, Consejería de Educación, de Sanidad y entidades privadas. «Los diferentes profesionales atienden a las dos áreas del centro, si bien el personal de atención directa es independiente y diferente para cada una de ellas». Así, en el área de socialización, la Junta indica que «se incrementará el número de trabajadores de 10 a 13 personas». Mientras que el de reforma el personal es externo puesto que el del Zambrana es un modelo de gestión mixta, que combina parte del personal púbico y parte de entidades privadas.
Respecto a la evolución del número de menores internados en el Zambrana, en el área de socialización el año pasado ascendieron a 38, una tónica similar a la de años anteriores, que supone cinco más que en 2022, y dos menos que en 2021, cuando se alcanzó el pico con 41. Sí hay diferencia respecto a 2016 cuando fueron menos, 23.
Sin embargo, en la zona de reforma el nivel de ocupación en 2023 se duplicó respecto a años anteriores. Fue del 89,7% mientras que en 2022 se limitó al 43%. Hay que remontarse a 2016 para ver un porcentaje similar.