El socorro a personas mayores dispara un 14% las salidas de bomberos por salvamentos en Valladolid

Los funcionarios de bomberos son, en materia de intervenciones, lo que el hombre orquesta en la música: tocan de todo y lo mismo capturan una colmena que rescatan un gato, retiran una cornisa a punto de caerse o sofocan un fuego.

Pese a que la figura del bombero está asociada a los incendios, a los que los apagan, son los salvamentos, un apartado de lo más variado, los que ocupan mayor espacio en la memoria del año 2023, publicada ahora. De las 2.296 intervenciones, 1.250, el 54% fueron salvamentos, pero llama la atención en los últimos años, y así lo recoge de forma expresa la memoria, el incremento de intervenciones para prestar socorro a personas mayores. «El incremento total de los salvamentos está condicionado por el ascenso del número de socorros y atenciones sanitarias, muchas de ellas a personas mayores», puede leerse en el informe, de 60 páginas, en el que se hace balance de las actuaciones y las actividades del Servicio de Extinción de Incendios durante el pasado año.

Ya en 2022, los redactores de la memoria advertían del aumento de las salidas para atender a mayores y en 2023 el comentario se repite, en consonancia con el creciente número de personas de edad avanzada, que en muchos casos se encuentran solas; uno de los grandes problemas a los que se enfrentan las sociedades del siglo XXI. En Valladolid, según los datos recogidos en el Plan Municipal, son 18.797 los mayores de 65 años que viven solos y todo indica que este colectivo crecerá dado el grado de envejecimiento de la población.

Los datos incluidos en la memoria correspondiente al pasado año, que empieza con una presentación-resumen del director del servicio, Javier Reinoso, revelan que el número de salvamentos se incrementó un 14%, hasta las 1.250 intervenciones, frente a las 1.093 de 2022 .

La gráfica de las intervenciones por salvamentos en los diez últimos años refleja una tendencia al alza desde 2013, con 935 salidas, hasta las 1.382 de 2018, el máximo de la década. A partir de ahí vuelven a caer hasta 942 en 2021 para volver a subir en 2022. De las 1.250 del pasado año, a una media de 3,4 salidas diarias, 431 lo fueron para prestar socorro a víctimas, por una casuística muy diversa, y a personas en situación de riesgo.

En 77 casos las salidas fueron para ayudar a persona caídas, algunos de ellos mayores que se encontraban en su casa, y otras seis para el rescate de cadáveres, alguno de una persona que habían muerto en su domicilio. Entre las 181 actuaciones de auxilio a personas que se encontraban en situación de riesgo la casuística es también de lo más variado: desde el rescate de personas atrapadas en un ascensor hasta tentativas de suicidio.

El mayor número de salvamentos , 342, fue sin embargo por la retirada de árboles, farolas y otros elementos del mobiliario urbano, así como el saneado de construcciones que amenazan ruina o hundimiento. En el amplio abanico de intervenciones, hay que anotar 120 salidas bien para el rescate, traslado o neutralización de animales, la mayoría perros y gatos.

Mientras los salvamentos van al alza, la cifra de intervenciones por incendios descendieron un 12% en 2023 hasta la cota más baja de la década: 499 frente a 568 de 2022.

La curva estadística oscila desde las 725 salidas en 2013 para subir hasta 989 en 2017 y a partir de ese año iniciar un descenso, con algún altibajo, hasta las 499 del pasado año.

El mayor número de incendios está dentro del grupo denominado ‘casos especiales’, en el que se incluyen los provocados en contenedores de basuras y papeleras, que el pasado año sumaron 134 . Otros 106 fuegos se declararon en edificios y en otros 97 casos fueron incendios forestales, de matorrales y arbolado, sobre todo. La media mensual de intervenciones por incendios fue de 47 y el 80% quedaron extinguidos en media hora. Además de los salvamentos y los incendios, los bomberos realizaron el pasado año 470 asistencias técnicas y recibieron 71 falsas alarmar, doce más que el año anterior.

El tiempo medio de respuesta en las 2.296 salidas realizadas en 2023 fue de 6 minutos desde que se recibió la llamada hasta la llegada al lugar del siniestro o la emergencia.

En la crónica negra, la de las víctimas, en una escala de gravedad que va desde la evacuación a la muerte, el número de fallecidos en los distintas intervenciones fue de 28, uno más que el pasado año, mientras los lesionados ascendieron a 88, los evacuados a 51, menos de la mitad de los 133 del pasado año, y los intoxicados a 17.

Entre los fallecidos están las dos personas que murieron en la explosión de gas de la calle Goya el 1 de agostó que se saldó con la muerte de una mujer, , y la que se produjo el 29 del mismo mes en Parquesol, en la calle Juan de Valladolid, que se cobró la vida de un hombre.

Con una plantilla de 161 personas, tras la incorporación de nuevos efectivos en los últimos ejercicios -en 2023 se incorporaron 19 bomberos y están convocadas otras 20 plazas - la edad media bajó en dos años , desde los 45 a los 43.

Con un servicio circunscrito al término de Valladolid, después de que la Arroyo de la Encomienda creara su equipo de extinción de incendios al no llegar a un acuerdo con el consistorio vallisoletano, la capital cuenta ahora con un bombero por cada 1.970 habitantes.

El 75% de las intervenciones urgentes se resuelven en media hora

De las 2.296 intervenciones realizadas por los bomberos el pasado año, 1.820, incluidas aquí los salvamentos, los incendios y las falsas alarmas, están consideradas como urgentes. El director del Servicio de Bomberos, Javier Reinoso, en su presentación de la memoria, destaca que más del 75% de las intervenciones urgentes se resuelven en los primeros 30 minutos desde que los efectivos desplegados llegan al lugar.

Reinoso atribuye esta eficacia tanto a la capacidad que tiene el servicio para reducir el tiempo de respuesta así como a la rapidez en movilización de los medios necesarios para solventarla.

En el caso de los incendios, el porcentaje de los que quedan sofocados en la primera media hora es mayor, el 80,3%, lo que supone que de los 499 declarados el pasado año 401 fueron extinguidos en apenas treinta minutos.

Del resto, en 60 las tareas de extinción se prolongaron entre media y una hora, 26 entre una y dos horas, en otros seis la intervención duró entre dos y cuatro horas y hubo otros seis en los que se superaron las cuatro horas. Y aunque el verano es la época más propicia para los incendios, el mayor número de salidas de los bomberos el pasado año para la extinción de un fuego fue mayo, con 58 intervenciones, seguido de agosto, con 57, julio, 50, mientras en diciembre fueron 40.

Otro dato más para los amantes de las estadística: la franja horaria en la que más fuegos se declararon fue entre las cinco y las ocho de la tarde y la que menos entra las nueve y las once de la mañana.