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SANIDAD

El desigual acceso a un psicólogo de Sacyl: tres meses en Laguna y Covaresa, seis en el Clínico

La cita para una primera consulta ambulatoria sobrepasa los 60 días en los centros de salud de Parquesol, Zaratán, Tordesillas , Villalón de Campos, y Medina de Rioseco / En el área Este, oscila entre 60 y 180 días

Centro de salud de Laguna de Duero, el que tiene más esperaG.M.

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Valladolid

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La espera para acceder a la primera consulta ordinaria con un psicólogo de Sacyl va por barrios. El paciente tiene más de tres meses de espera si le corresponde Laguna de Duero o Covaresa: son los centros de salud que tienen una mayor demora para una cita no urgente en el área Oeste, según los datos de la Consejería de Sanidad. En la zona Este –adscrita al Hospital Clínico y con las consultas ambulatorias coordinadas desde el Edificio Rondilla– la demora puede ser aún mayor y alcanzar los seis meses, añaden desde la Asociación de Psicología Clínica de Sacyl (Apsacyl).

Esa «variabilidad» existe dentro de una misma ciudad y también entre unas y otras provincias de Castilla y León, contextualiza Jorge Arévalo, presidente de esta asociación autonómica. Sus vocales provinciales sitúan a la cabeza –junto a Valladolid– a Ávila (entre 120 y 150 días) y León (entre 75 y 120) por su mayor espera para una consulta ordinaria con el profesional de psicología, mientras que en Zamora la demora media ronda los 25 días y en Soria, los 45.

El colectivo realiza sus propias estadísticas ante la negativa de la Consejería de Sanidad a proporcionar datos específicos de las listas de espera ambulatoria en psicología (las computa dentro del servicio de Psiquiatría y mete en el mismo saco las citas hospitalarias, las interconsultas, hospitales de día, programas específicos y patologías graves o con una mayor intensidad de intervención).

Mientras, los 30 equipos de salud mental ambulatorio que hay en Castilla y León están concebidos para prestar una atención cercana al paciente (de ahí que sus consultas estén abiertas en algunos centros de salud) para atender, por un lado, patologías leves o desencadenadas por una situación concreta, como pueden ser los duelos, trastornos adaptativos, conflictos personales, ansiedad, episodios depresivos o el afrontamiento de una enfermedad. También, para atender revisiones de pacientes agudos, estabilizados tras una crisis, enviados desde otros dispositivos y que requieren un seguimiento periódico.

En Valladoild, los datos de Sacyl sitúan al centro de salud de Laguna de Duero como el más tardón del área Oeste (vinculada al Río Hortega). La espera en Laguna alcanza los 118 días, seguido de Valladolid Sur (96 días), Rural II Zaratán (80), Villalón de Campos (73), Parquesol (69), Tordesillas (66), Medina de Rioseco (62) y Mayorga de Campos (59). Distorsionan la media Casa del Barco (sólo computa siete días)y Pisuerga (situado en Arroyo, aunque también sus pacientes son atendidos en Casa del Barco), tal vez por haberse registrado alguna cancelación puntual justo antes de extraer los datos, explican fuentes del sistema. En el área Este, la del Clínico, los tiempos varían entre los 60 y 180 días para una primera consulta ambulatoria ordinaria.

Esas diferencias entre unos equipos y otros no son nuevas, aunque ahora se han dilatado y en la actualidad la espera media se acerca más a los tres meses que a los dos. Tampoco se cumplen los plazos para una consulta preferente, que no debería estar por encima de los quince días y ese tiempo se supera con asiduidad, aseveran desde la asociación de psicología clínica.

Los informes de Apsacyl constatan que la pandemia ha tenido un «impacto evidente» en el aumento de la demanda. El tiempo medio se llegó a triplicar: desde desde los 37 días de 2018 a los 112 de media en octubre de 2022 en Castilla y León, cuando se detectaron picos de hasta 300 días en territorios como Salamanca.

Los «factores que influyen» en la lista de espera son «muchos», precisa Arévalo. Reconoce que «la salud mental está de moda» y existe cierta «inflación en la demanda». «Hay mucho malestar general de la sociedad y eso da lugar a una demanda que, en ocasiones, tiene que ver con déficits psicosociales», argumenta. Pone como ejemplo los problemas económicos o laborales que cercenan las expectativas y la realidad de la población, en especial los jóvenes, y que son el germen de la pesadumbre de muchas personas. «Hay cosas que no se arreglan poniendo más psicólogos», ilustra.

«Tan grave como la lista de espera para una primera consulta es la baja frecuentación», apunta el presidente de Apsacyl. Y eso también es consecuencia de la demora para una revisión: en Valladolid Oeste se sitúa entre los 90 y 120 días (el intervalo en la Comunidad varía de los 30 a los 150). Arévalo explica que si el paciente, una vez que consigue ser visto, tarda meses en conseguir la segunda cita, acaba siendo «expulsado» de la red asistencial.

En este contexto, no es de extrañar que el propio médico de familia emplace al paciente a acudir a un psicólogo privado si tiene medios. O que recete ansiolíticos o antidepresivos ante la imposibilidad de procurarle un tratamiento terapéutico, algo que no sólo responde a la actual congestión sino a la «cultura» sanitaria en España, uno de los países del mundo con mayor consumo de estos fármacos. «Lo más barato es un valium pero no siempre es lo más indicado», resume Arévalo.

Un elevado tiempo de espera genera «frustración» a los profesionales, ante la imposibilidad de atender a los pacientes que lo requieren y ante el temor de que se acabe imponiendo la ‘ley de cuidados inversos’, donde son atendidos los pacientes que menos lo necesitan. Para contribuir a mejorar la organización de los recursos, una de las reivindicaciones de la asociación pasa por la creación de jefaturas de sección de Psicología Clínica, para poder tener «voz propia» en el sistema sanitario.

En Castilla y León hay 30 equipos de salud mental ambulatorio, donde trabajan 49 psicólogos clínicos, casi la mitad de los 110 contratados por Sacyl. Aunque el número de plazas PIR ha ido en aumento (16 en los últimos años), al igual que sucede con el colectivo médico una cuarta parte (el 26%) está al filo de la jubilación, al tener más de 60 años.