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Dos nuevas agresiones

"Voy a matar a tu hijo", la violencia que no cesa en el Zambrana

Un interno y una interna del centro de menores agredieron a dos educadoras sociales el sábado y el lunes pasados / Hubo patadas, escupitajos y amenazas en dos casos que elevan a 6 las agresiones sólo en marzo

Imagen de la puerta de entrada a las instalaciones del centro de menores Zambrana, en una imagen de archivophotogenic

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Valladolid

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Acudir a trabajar en el centro de menores Zambrana en Valladolid se ha convertido en una actividad de riesgo. La violencia no cesa y los trabajadores acumulan fatiga, hastío y temor. Tienen que escuchar que menores internados les intimiden y les digan, como si tal cosa, que van a matar a alguien de su familia. El pasado fin de semana se han producido dos nuevas agresiones a educadoras, y van 6 en este mes de marzo. Una situación agónica que ha llevado a gran parte de la plantilla a estar de baja médica: una veintena de trabajadores se encuentran en esta situación laboral motivada por el clima violento que se respira en el centro.

Escupitajos, amenazas y patadas. A falta de quince minutos de las dos de la tarde de este sábado 24, un interno que se encontraba en la sala de juegos se asomó a una ventana «lanzando puñetazos al aire», según indican a este diario fuentes cercanas al centro. Una educadora social (técnico de atención directa) le ordenó que se apartara de la ventana, y la respuesta de este llegó en forma de desaire, malas palabras [«Siempre estás tocando los cojones», le espetó gritando] y, finalmente, la escupió.

Por si este incidente no fuera de por sí suficientemente grave, resulta que la plantilla (además de deficitaria) tampoco estaría equipada en condiciones. Tras ser escupida por este menor, la trabajadora pidió ayuda a otra que se encontraba en el comedor con seis internos para que avisara al personal de seguridad, sin embargo, esta "pulsó el botón antipánico del que dispone para estas situaciones y no funcionaba", a decir de las mismas fuentes. Finalmente, el vigilante se acercó, pero porque advirtió de que algo sucedía a través de las cámaras de vigilancia.

No pasaron demasiadas horas hasta que volvió a producirse un episodio violento que tuvo en jaque a los empleados del conflictivo Zambrana. A primera hora de este lunes 25, rondaban las 10 de la mañana, cuando una educadora llamó al orden a dos internas porque no prestaban atención a una actividad. Estas reaccionaron de malas formas provocando una espiral de provocaciones e insultos que se prolongaron durante gran parte de la mañana y terminaron en patadas y amenazas que ya son recurrentes: «Voy a matar a tu hijo, me oyes, lo voy a asesinar».

La tensión es absoluta, casi pareja a la desolación que vive el personal del centro y lleva denunciando meses. Tan crítica que temen que pueda darse un suceso como el de la cocinera degollada en una cárcel de Cataluña. «No se puede aceptar o normalizar las agresiones y amenazas como parece que pasa en este tipo de trabajo. ¿Te imaginas normalizar el que a un señor de una oficina bancaria le atraquen?», reflexiona una trabajadora del centro. «Nadie quiere trabajar aquí, a ver qué secuelas nos deja todo esto. Cualquier día sucede una desgracia como la de Cataluña», advierte en lo que es un desgarrado S.O.S. colectivo para que se tomen medidas que protejan al personal. «Somos educadores sociales, no sacos de boxeo».