Diario de Valladolid

La puja por «humanizar» la VA-20 con un corredor verde atrae a 25 empresas

Transportes reserva 16 millones en esta obra basada en reducir la anchura de la calzada para crear un corredor verde con más espacio de aceras y un carril bici de diez kilómetros entre Mercaolid y San Cristóbal

Vista actual de la VA-20, con amplios carriles para la circulación.

Vista actual de la VA-20, con amplios carriles para la circulación.PHOTOGENIC

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El proyecto para «humanizar» la ronda interior de Valladolid –un concepto utilizado por el Gobierno para referirse al aumento de espacio para ciclistas y peatones en detrimento del hueco para vehículos, con la creación de un corredor verde– ha despertado el interés de 25 empresas, que han presentado sus propuestas para alzarse con el contrato, cifrado en un desembolso máximo de 16 millones de euros.

Finalizado el plazo de recepción de ofertas, el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible –que pilota las obras a través de la Dirección General de Carreteras– está ya inmerso en el estudio de la documentación, a fin de seleccionar a la adjudicataria que se convierta en la encargada de integrar la VA-20 en la trama urbana de la ciudad.

Según revelan los documentos públicos relacionados con este expediente, las proposiciones económicas de las 25 sociedades o uniones temporales de empresas que han pujado en el concurso público oscilan entre los 11,3 y los 13,5 millones de euros (IVA incluido), lo que evidencia que habrá un considerable ahorro respecto a las previsiones iniciales de inversión.

Una vez se resuelva la contratación, se activará un contador de 18 meses, que es el plazo del que dispondrá la entidad seleccionada para reformar los diez kilómetros de recorrido que discurren entre la glorieta de enlace con la carretera N-620a (junto a Mercaolid) y la glorieta de inicio de la VA-30 (junto al polígono de San Cristóbal), así como el tramo de la VA-11 de acceso a La Cistérniga.

El objetivo, según adelantó en diciembre del pasado año el ministro de Transportes (y antes alcalde), Óscar Puente, en un Club de Prensa celebrado por El Mundo-Diario de Valladolid, es integrar la infraestructura dentro de la ciudad y «calmar» el tráfico. «La ubicación de una travesía en una población con Valladolid obliga a tener en cuenta factores medioambientales y otros requerimientos funcionales y ambientales. Por todo ello, actualmente la carretera VA-20 en el tramo objeto de las actuaciones no está adaptada al paisaje urbano», razona la memoria del proyecto para avalar la necesidad de implementar cambios.

La principal modificación es la ejecución de un corredor verde con doble carril para bicicletas, aceras más anchas para los viandantes y zonas ajardinadas, lo que implicará la reducción del espacio para vehículos. Con el estrechamiento de las calzadas, pasarán a tener 6,5 metros de ancho y el tráfico no podrá circular a más de 50 kilómetros por hora, al igual que ocurre en otros tramos de esta circunvalación. Baste pensar que en la avenida de Zamora, que da continuidad a la VA-20 desde la intersección con el polígono de San Cristóbal hasta el puente de la Hispanidad, el tráfico está limitado a esa velocidad.

Así, con la disminución del espacio dedicado al automóvil y la aminoración de la velocidad, se conseguirá también reducir las emisiones a la atmósfera y rebajar la contaminación acústica. Como medidas de acompañamiento, se cambiará la señalización y se utilizará la que se emplea dentro del casco urbano (cartelería AIMPE), se retirarán las barreras metálicas de seguridad en ambas márgenes –si bien sí se mantendrán las de hormigón en las medianeras–, y se sustituirán las barandillas sobre el Pisuerga y el Esgueva.

También se acoplarán en los semáforos los distintivos luminosos para las bicicletas en los cruces de la nueva vía ciclista y el recorrido se dotará con iluminación propia, basada en tecnología LED.

Más allá de impulsar la movilidad sostenible, «mejorando la seguridad vial y la calidad de vida de los vecinos», la «humanización» de la ronda interior servirá para rehabilitar el firme, con evidentes signos de deterioro en la actualidad.

De hecho, los estudios encargados por el Gobierno central para conocer el estado de la infraestructura evidencian el mal estado de la capa de rodadura. «Los firmen presentan un estado estructural bueno, pero el estado superficial de su pavimento es muy deficiente, con el 80% de sus calzadas con un estado de fisuración importante», reflejan en el informe previo.

Una vez desarrollados todos estos trabajos –que estarán concluidos a finales de 2025 si no hay retrasos en la contratación ni en la ejecución de las obras–, el Gobierno central cederá este tramo al Ayuntamiento de Valladolid, «tal y como se establece en el marco para la celebración de acuerdos de entrega a los ayuntamientos de vías urbanas de la red estatal», según explicaron fuentes del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible cuando anunciaron el proyecto en diciembre.

Después, el Consistorio tendrá que proceder al ajardinamiento de las parcelas dotacionales que atraviese la vía ciclista.

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