El presidente de Radiotaxi Valladolid dimite por los “chanchullos” del vicepresidente

Después de 3 años al cargo de la presidencia de la Cooperativa y Agrupación Radiotaxi de Valladolid, Alberto Romo presentó su dimisión tan pronto como se enteró de la mala praxis del resto de la directiva. Lo define como una “traición” por parte de su mano derecha.

Durante estos tres años, la directiva de Radiotaxi ha estado realizando una serie de mejoras tecnológicas. En una Asamblea General, con la digitalización como punto a tratar, “se llegó a un acuerdo de obligado cumplimiento con 279 votos a favor y 34 en contra, en el cual las personas acogidas a la mejora recibían un teléfono con el que pudieran trabajar”. Estas aplicaciones telefónicas estaban confeccionadas por unos talleres autorizados por la cooperativa, con la sorpresa de Alberto al ver que no solo estos establecimientos realizaban esta tarea.

“Pesqué al vicepresidente trabajando por su cuenta, sin ser él uno de los acogidos a este pacto, y al preguntarle me contestó de forma chulesca”. Así es como define el ya ex presidente de Radiotaxi Valladolid lo que se encontró tras la llamada de otro compañero al cual, este vicepresidente, quería suplantar accediendo a su cuenta.

“Me llamó un amigo preguntándome si era normal que me estuvieran pidiendo desde la aplicación que apretase un número o que confirmarse el número que aparecía en la pantalla para entrar a mi cuenta”. Este es el detonante de la investigación de Romo, que comunicó la “falta muy grave” al supuesto infractor, el cual podría ser penado con desde 3001€ hasta los 6000 y la expulsión de la cooperativa. Tras comunicarlo, recibió la asombrosa respuesta de “¿No se puede hacer una excepción?”

Esta peculiar situación ocurrió un viernes. El lunes, Alberto presentó al resto de la Junta Directiva el expediente sancionador del supuesto culpable de saltarse los estatutos, con otra respuesta común animando a hacer “la vista gorda” sobre lo ocurrido. Tras el plazo de una semana -hasta el viernes 15- para recapacitar, el presidente habló con el secretario para obrar bajo su obligación, recogida en el Artículo 16, apartado K y L, de actuar de urgencia si se conoce una infracción. “A mí me da igual lo que digan los estatutos” replicó el secretario. “Me levanté y firmé mi dimisión” cuenta Romo.

Ahora, este vicepresidente que supuestamente cometió la infracción, es el presidente de Radiotaxi Valladolid, y “hasta lo que yo se, van a seguir incumpliendo las normas”, asegura Alberto. “Creo que el fallo ha sido confiar demasiado”, prosigue. No obstante, la sorpresa fue en aumento cuando uno de los talleres autorizados se pone en contacto con Alberto para comentarle que el vicepresidente llamó al taller pidiendo que le encubrieran, diciendo que las aplicaciones realizadas por el supuesto infractor habían sido realizadas por el taller, sin caer en la cuenta de que uno de los técnicos es amigo de Romo.

La última vía es la denuncia, actuar por lo civil, pero Romo espera que esto no suceda y en la próxima Asamblea, fechada para junio de este año, los socios -incluido Alberto- decidan cesar a esta directiva de sus cargos y colocar a una nueva más transparente y legal.

Alberto confiesa que antes de esto hubo un “pequeño rifirrafe” entre el supuesto infractor y él, con el tema salarial de por medio, pero la relación “seguía siendo cordial, hasta que ahora se ha vuelto nula”, comenta. También dice que, según lo que le cuentan algunos compañeros, “hay más infracciones detrás”.

“A mí no me ha dicho el motivo de por qué ha hecho esto”, pero duda de que sea un motivo económico, ya que asegura que “si quieres más, echas más horas”. Alberto no sabe si esta directiva se volverá a presentar en la asamblea que tiene lugar en junio, pero espera que sea ahí cuando “se resuelva esta situación”.