El palacio de Santa Cruz de Valladolid se viste de trampantojo
"La primera obra renacentista en España", considerada Bien de Interés Cultural, afronta su tercera gran restauración con un parón por la Semana Santa
La sede del rectorado de la Universidad de Valladolid, el palacio de Santa Cruz, viste un trampantojo para la Semana Santa. El edificio considerado Bien de Interés Cultural (BIC) afronta su tercera gran restauración con un parón por las festividades para poder permitir el paso del Cristo de la Luz. Desde que comenzaran a caer cascotes de la fachada del palacio hace más de cuatro años se ha estado ideando su restauración. La obra fue licitada por 819.000 euros el pasado octubre, tal y como contaba este periódico, y finalmente comenzó a principios de este año.
La restauración se ha dividido en tres áreas, la fachada, el lado izquierdo y el lado derecho, según explica Óscar Casado, arquitecto de la universidad y parte de la dirección de la obra. “Actualmente, el área de la derecha ya se ha proyectado y se han limpiado todas las pátinas que hay y se ha hecho otra limpieza de las juntas. También se ha reparado todo el pesebrón, la zona que recoge las aguas encima de la cornisa. Va avanzando la obra razonablemente bien”, explica.
“La portada aún no se ha comenzado a limpiar porque es el trabajo más delicado. Estamos haciendo pruebas para ver cuál es mejor método que podemos emplear y cuando obtengamos los resultados se enviarán a la Comisión de Patrimonio y se solicitará la autorización para poder empezar las labores de limpieza“, añade.
Este tipo de monumentos “no tienen un catálogo de actuación, ya que son temas delicados, casi de orfebrería, y tienen tres aspectos fundamentales. Por un lado, está la restauración de la portada. Aunque el palacio es gótico la portada es la primera obra renacentista en España entonces aparte de ser BIC es una obra arquitectónica fundamental en la historia española y tenemos protegerlo y cuidarlo a la vez que arreglamos lo que está mal. Luego está la parte de limpieza, estamos realizando algunas de las pruebas más avanzadas que existen y en cierta manera se utiliza el monumento como una labor de investigación que va a permitir mostrar a los alumnos los resultados de las pruebas. Y, por último, está la parte de documentación. Se está documentando todo lo que se hace y lo que se ha hecho en otras épocas. Estamos identificando cada piedra, cada moldura, a qué siglo pertenece, a qué posible restauración corresponde… para dejar hecho un mapa muy exhaustivo de toda la portada que sirva para futuros trabajos y como un elemento educativo”, asegura.
El trampantojo o la lona instalada sobre el andamiaje consta de una ilustración en blanco y negro del edificio sobre la que se marcan una serie de anotaciones en forma de cuadros y asteriscos que corresponden a “zonas específicas donde se van a realizar ciertas pruebas de limpieza, rayos x o ultrasonidos”, apunta Óscar Casado.
La tela, que aún no se ha terminado de colocar, se mantendrá sobre el inmueble durante la Semana Santa, periodo en el que no continuarán con las labores de restauración. Para estas fechas también han retirado un andamio de color rojo que inicialmente cubría parte del pórtico de tal manera que pueda cruzar las puertas el paso del Cristo de la Luz.
El edificio ya fue objeto de dos grandes restauraciones, en 1983 y en 1995. Pese a ello se ha podido percibir el deterioro de la fachada que se ha manifestado en elementos inestables en la propia fachada y contrafuertes, desprendimientos en la cornisa y un deterioro de los elementos escultóricos de la portada.