"No paraban de gritar 'taponad la herida, taponad la herida'"

Operarios con la cara desencajada y viandantes corrientes que no entendían nada lo sucedido. Así transcurría una larga y trágica mañana en una de las calles del barrio vallisoletano de Villa de Prado, concretamente en la de Monasterio Santa María de Moreruela, donde Reinaldo perdía la vida con tan solo 46 años mientras trabajaba en las obras de la red de calor. "No paraban de gritar: Presionad la herida, presionad la herida" , recordaba una testigo sobre lo ocurrido que, sin todavía creérselo, preguntaba cómo podía haber fallecido el varón. Y en un desafortunado corte en una zona vital se halla la respuesta, originado por un también descontrolado corrimiento de tierras.

Ajeno a todo lo ocurrido, una parte del vecindario de Villa de Prado curioseaba en torno a las obras en la calle Monasterio Santa María de Moreruela cuando más silenciosa era la obra. Ya no había rastro de operarios ni de maquinaria en funcionamiento, abandonada temporalmente para evadir sus pensamientos de lo que había acontecido minutos antes. Uno de sus compañeros había fallecido pero nadie entendía ni cómo ni porqué. Lo mismo sucedía con algunos de los testigos directos. "No pensaba que iba a ser para tanto" , expresaba una de las presentes, que prefiere no detallar su nombre pero a quien la presencia de los Bomberos de Valladolid le puso en alerta.

En ese momento, unos ocho bomberos, tras recibir un aviso de la Policía Nacional, ya se encontraban evacuando al operario de la empresa pública Somacyl, lo que alivió a la misma testigo al parecerse evitado el fatal desenlace por un 'simple' corte. Pero la gravedad era mucho mayor. "Subí a casa, bajé y vi que seguía la ambulancia ahí. Entonces pensé: 'Mal asunto' ", añadía al entender que la ambulancia habría llevada de urgencia a operar al herido. Sin embargo, el corte en una zona "vital", como transmitieron los Bomberos de Valladolid a este periódico, provocó que perdiese una gran cantidad de sangre .

"Presionad la herida, presionad la herida", recuerda la testigo que era lo que gritaban los sanitarios. Pero el profundo corte en el costado había desangrado al trabajador en exceso, provocando que cuando iba a ser evacuado a un hospital entrase en parada cardiorrespiratoria. Sin ser efectivas las maniobras de reanimación practicadas, el hombre nacido en el año 1976 y natural de Perú terminaba falleciendo de forma trágica.

Un desgraciado siniestro laboral que desencajaba a todos los presentes, compañeros y desconocidos, mientras la investigación tratará de resolver las incógnitas sobre cómo pudo producirse un corrimiento de tierras en estas obras de las red de calor en Villa de Prado. Unas fatídicas lluvias que agravaron la posible falta de prevención laboral, como explicaba otro de los testigos presentes al recordar las palabras recientes de un trabajador de esta zona:  "Como llueva mucho, esto se puede venir abajo" . Y, lamentablemente, tuvo razón.