La velocidad y el tiempo de Auvasa apenas varía tras la supresión de los carriles bus en Valladolid

Ya hay datos del impacto en el tráfico de la ciudad tras la supresión de los carriles exclusivos para autobuses y taxis y un carril bici y el resultado se ajusta a las previsiones, aunque en algún caso resulta sorprendente. Cinco meses después de eliminarse el carril bici de la Avenida de Gijón y los carriles para autobuses y taxis de López Gómez, puente del Poniente y puente de Fernández Regueral, el de Isabel la Católica,  el tráfico parece haber ganado en fluidez, el principal objetivo que se buscaba con  la medida , y la velocidad comercial de los autobuses de Auvasa no se resiente.

Aunque cabía pensar que, al permitirse circular a todo tipo de vehículos por los carriles que antes eran exclusivos para autobuses, taxis y bicicletas, el tráfico podía aumentar la sorpresa es que baja: la circulación  se reduce un 1,6% en el conjunto de los trayectos y de 67.103 vehículos se pasa a 65.164, 1.939 menos, pero con variaciones significativas. 

Baja el tráfico en el trayecto entre Poniente y la plaza de la Rinconada , donde se pasa de 11.125 vehículos antes de suprimirse el carril bus-taxi a 10.067 después. Ahora pasan 1.058 vehículos menos, un 9,6% por debajo de los que circulaban cuando el puente del Poniente sólo disponía de un carril para los vehículos privados al estar destinado el otro a taxis y autobuses.

La supresión de los carriles bus hacía temer una reducción de la velocidad comercial de los  autobuses de Auvasa en las líneas afectadas, pero, según el estudio de la empresa, tampoco aquí se produce un impacto negativo y la oscilación en el tiempo entre la primera y la última parada es  apenas de tres segundos, arriba o abajo. Al circular vehículos privados por donde antes sólo lo hacía el autobús parece lógico pensar que la velocidad del bus se ralentizaría, pero no es esa la conclusión a la que llega Auvasa. Para el estudio, se  analizaron los tiempos de recorrido parciales entre las paradas afectadas de líneas ordinarias , tanto con anterioridad como después de la supresión,  para estimar el impacto que podía tener en  los tiempos de recorrido y la velocidad comercial.

El análisis se basa en datos disponibles del sistema de ayuda a la explotación (SAE) para las expediciones de las líneas ordinarias, dado que son las que pueden soportar un mayor volumen de tráfico rodado, y  el periodo de referencia fue el comprendidos entre el 1 de octubre y el 16 de noviembre de 2023 y entre el 17 de noviembre y 31 de diciembre de 2023, con 75.651 registros de datos analizados.

En el caso de la Avenida de Gijón , se analizaron los periodos comprendidos entre el 1 de octubre y el 28 de noviembre de 2023 y entre el 29 de noviembre y 31 de diciembre de 2023, con 18.096 registros de datos analizados.

Tras comparar los datos, Auvasa concluye que la variación media de los tiempos en los tramos afectados por la supresión de los carriles bus «no es significativa, situándose en torno al +/-1,6% que supone +/-3 segundos» .  En cuanto a  la Avenida de Gijón, al supresión  del carril bici exclusivo mejora los tiempos de recorrido, con una reducción de 24 segundos.

Siempre según Auvasa, el número de usuarios que accede en las paradas próximas a los tramos afectado experimenta un crecimiento del 12% y añade que la supresión de los carriles tampoco «afecta negativamente» al transporte de viajeros, aunque señala que realizarán un seguimiento regular de los datos.

El tráfico aumenta desde la plaza de la Rinconada a Fuente Dorada en 371 vehículos al estar alimentado aquí el flujo de la circulación por el tráfico que procede tanto de la calle Jorge Guillén como San Benito. Parte del trafico procedente del Poniente, así como de las calles Jorge Guillén y San Benito confluye, en su dirección hacia el centro, en la Bajada de la Libertad, un tramo en el que son frecuentes los atascos. Pero de nuevo aquí salta la sorpresa. Tras suprimirse el carril bus y taxi, el tráfico por la Bajada de la Libertad ha ganado en fluidez  al reducirse un 11,8%.  Por donde pasaban 7.571 vehículos cuando los carriles bus y taxi estaban en vigor, en el muestreo realizado después se contabilizan 6.278, 896 menos.

La eliminación de carriles bus y taxi , además del carril bici de la Avenida de Gijón, contestada tanto por la oposición como por diferentes colectivos y asociaciones, fue adoptada por el nuevo equipo de gobierno municipal en noviembre del pasado año para dar más espacio al vehículo privado y desmontar el plan de movilidad puesto en marcha en junio de 2020 por Óscar Puente, al entender que entorpecía el tráfico y provocaba atascos en tramos como el puente de Isabel la Católica. 

Para comprobar los efectos, desde el Centro de Movilidad Urbana, dependiente de la concejalía de Movilidad, compararon los datos de circulación por los tramos afectados en los meses de noviembre, diciembre y enero de 2022, cuando los carriles bus y taxi estaban operativos, y en el mismo periodo de 2023, una vez ya suprimidos.

El resultado entre la calle López Gómez y la plaza de España , otro de los trayecros afectados, no ofrece grandes variaciones  y la circulación apenas aumenta un 2%. Por donde antes, con un solo carril para el coche privado, circulaban una media de 6.154 vehículos ahora lo hacen 6.278, apenas 124 más, pero por dos.

Un caso similar es el  tramo final de la Avenida de Gijón, hasta la plaza de San Bartolomé , el primero que vio suprimido el carril bici que había con anterioridad. La razón principal alegada fue que  actuaba como cuello de botella  para el  tráfico que se dirigía hacia la Avenida de Salamanca, sobre todo en horas puntas.  ¿Cuál  es el efecto con el carril suprimido? La Avenida de Gijón ha visto incrementada la circulación en su tramo final, pero el aumento es de apenas  de  247 vehículos de media al día , un 6,6% más.  De los 3.589 vehículos que circulaban antes en un a jornada se ha pasado ahora a 3.826, casi el mismo número, aunque ahora lo hacen por dos carriles.        

Aunque los coches circulan mejor, los amantes de la bici se quedaron sin un tramo para ellos, una pérdida que ahora el Ayuntamiento pretende enmendar con un carril ciclista en la calle Mieses, aunque el concejal de Tráfico y Movilidad, Alberto Gutiérrez Alberca, afirma que no sustituye al de la Avenida de Gijón.

El concejal siempre apuntó al puente de Isabel la Católica como uno de los puntos con más problemas de tráfico desde que se habilitó uno de los carriles para uso exclusivo de autobuses y taxis. Es un tramo este con mucha circulación, en especial entre la plaza de Gloria Fuentes y el puente, y tras la supresión del  carril  bus las variaciones son mínimas. Si antes, cuando los coches privados no podían circular por el carril derecho en sentido el Paseo de Isabel la Católica, eran 10.909 los vehículos que pasaban de media al día   ahora son 11.076, apenas 156 más.

Además de una ligera reducción del tráfico  y de una mayor fluidez, un tercer efecto de la medida adoptada el pasado mes de noviembre por el Ayuntamiento afecta a los peatones, que ahora disponen de más tiempo de cruce en los puntos semafóricos. Al ganar fluidez la circulación, ya  no hay que recortar el tiempo del semáforo en verde para reducir la congestión de vehículos en los tramos más conflictivos, en los que antes se producían atascos al disponer de un sólo carril  para los coches. 

A  la vista del estudio realizado desde el Centro de Movilidad Urbana, las medidas parecen haber funcionado, pero también se advierte de que  «todavía se siguen experimentado retenciones en determinados tramos coincidentes con las horas puntas»  allá donde uno de los dos carriles del viario principal  está ocupado por un carril bici.  

La alusión apunta al carril bici de Isabel la Católica, el próximo en  eliminarse para ser sustituido por otro que discurrirá por el interior del parque de Las Moreras.