Diario de Valladolid

BARRIO A BARRIO | CALLES Y PLAZAS

La calle dos en uno de Valladolid

Lo que más les agrada a todos es la camaradería, el ambiente «familiar» que se respira a diario en los diversos puntos de encuentro en los que se convierten los establecimientos de esta populosa zona

La calle Nueva del Carmen de Valladolid antes de su pavimentación en los años 80 - ARCHIVO MUNICIPAL

La calle Nueva del Carmen de Valladolid antes de su pavimentación en los años 80 - ARCHIVO MUNICIPAL

Publicado por
Javier Álamo
Valladolid

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La calle Nueva del Carmen luce una nueva imagen que tiene encantados a los vecinos. Las obras que realizó el Ayuntamiento dejaron la circulación de vehículos en un sentido para ganar espacio peatonal. La calle comienza junto a la plaza Rafael Cano y la iglesia de Nuestra Señora del Pilar (Pilarica). Muy cerca se encuentra otro templo, la iglesia de Nuestra Señora de Belén, en la calle Doce de Octubre, en la zona donde cerca se encuentran el colegio de la Inmaculada Misioneras Seculares de Jesús Obrero y el túnel de Andrómeda, y es en ese momento cuándo surge la pregunta. ¿Nueva del Carmen pertenece a la Pilarica o al Barrio Belén? La respuesta es unánime. Se encuentra entre ambas y nadie ha ido más lejos ni ha buscado conflicto alguno si en un momento determinado la calle se asoció más a uno de los dos barrios mencionados.

El paseo por la renovada Nueva del Carmen lleva su tiempo. Supera el kilómetro y obliga a mirar de continuo a la derecha para contemplar el paso de los trenes . Los vecinos más veteranos de la zona sufrieron durante varias décadas lo que significaba cruzar al otro lado atravesando las vías. Ahora ya no. Los túneles construidos en los últimos años evitan esa doble circulación de trenes y personas que siempre trajo aparejado el consiguiente riesgo. Alfredo Mantecón y José Luis Alcalde han sido presidentes de las dos Asociaciones de Vecinos que forman parte de la calle Nueva del Carmen. En su momento cedieron el testigo a otros compañeros y compañeras pero siguen a pie de obra, si se nos permite esa expresión. Continúan trabajando de forma incansable con el único objetivo de seguir mejorando la vida de los residentes y no se plantean esa posible duda de la ubicación. «Si miras hacia el norte está más cerca del barrio Belén y si es hacia el sur de la Pilarica», afirma José Luis Alcalde. Las declaraciones de Alfredo Mantecón van en la misma dirección. Llevan muchos años volcados en los quehaceres diarios de los dos barrios y cualquier mejora municipal es bienvenida . De hecho, ambos se congratulan de la reforma que el Ayuntamiento llevó a cabo para cambiar la fisonomía de Nueva del Carmen, una calle que parece interminable y que al llegar a su final permite ver el apeadero de Renfe a la derecha y las facultades del Campus Miguel Delibes a la izquierda.

El vínculo con los dos barrios es bien acogido por todos. En la zona más cercana al barrio Belén los nombres de sus calles son bien elocuentes: Nochebuena, Nochevieja, Navidad, Nacimiento , Mesías, Villancicos, Aguinaldo, Los Pastores. Los cambios realizados estos últimos años muestran una calle que en su estructura básica no tiene nada que envidiar a otras muchas ubicadas en zonas más céntricas de la ciudad. Nueva del Carmen presentaba un problema importante de circulación del tráfico rodado que se debía a la limitación de su anchura entre fachadas de edificios . Era una vía de doble sentido con problemas de cruce entre vehículos y con muchas dificultades cuando uno de ellos era el autobús que cubre esa línea. Pero no era el único mal del que se quejaban los residentes y es que en el caso de las infraestructuras viarias uno de los grandes problemas era el material de la red de abastecimiento, con frecuentes averías.

La reforma que se llevó a cabo en la calle incluyó también el alumbrado, transformado ahora en nuevas farolas en las aceras con luces LED, lo que mejora la iluminación. A todo ello hay que añadir los nuevos espacios para plantaciones de árboles, instalado en la banda de aparcamiento y separado de las fachadas de los edificios. Hay que constatar, no obstante, que la nueva zona arbolada no contó con el beneplácito general y es que fueron muchas las voces discordantes que reclamaron más plazas de aparcamiento. El eterno problema con el que conviven en muchas calles de la capital. El parque automovilístico sigue aumentando y las plazas de parking disminuyen

Al igual que ocurre en la casi totalidad de barrios y calles de Valladolid, se hace necesaria una visita a los establecimientos más veteranos. El autoservicio La Paz, regentado por los hermanos Eva y Juan José González, acaba de cumplir 52 años. En la tienda puede verse una placa con la que los vecinos celebraron con ellos las bodas de Oro el 16 de febrero de 2022. «En la calle nos conocemos todos, somos como una familia» , afirma Eva. En la acera de enfrente se encuentra el negocio de mercería de su madre, Evangelina Franco, que ha rebasado las dos décadas tras la etapa anterior en la Rondilla. No hablamos de dos tiendas más, resulta obligado decir que son las de toda la vida, el punto de encuentro diario entre propietarios y clientes que llegado un momento ya son casi familia, como dicen orgullosos los hermanos y su madre. Los abuelos Carlos y María abrieron el establecimiento, los hijos Juan José y Carlos lo continuaron y ahora son ellos los que disfrutan de ese buen trato que se respira a diario y que cuenta con otro detalle no menos importante, la familia tiene el negocio y la casa en esa calle.

El bar Isi es otro ejemplo de la buena vecindad que llevan a gala. Isidoro Sanz lleva 45 años abriendo su local día tras día. Exactamente desde septiembre de 1945. Era un chaval de 14 años cuando su padre, Julián, y toda la familia levantaron el negocio y habla con orgullo de las buenas relaciones entre los vecinos. Isidoro es fiel testigo de la profunda transformación de la calle . Atrás quedaron los tiempos más duros en los que faltaba lo básico. Nueva del Carmen estaba sin asfaltar y los servicios de luz y agua no eran como los de hoy. La calle luce su esplendor en sus 1.011 metros de longitud. «Esto era una charca en los primeros años, lo más importante ahora es la buena vecindad» , señala Isidoro.

El colegio La Inmaculada Misioneras Seculares de Jesús Obrero, con centros también en Barakaldo y Alcorcón, también es testigo de la profunda transformación de la calle. En sus aulas se han formado desde 1971 varias generaciones, primero los abuelos, más tarde los padres y ahora los hijos. El colegio de Educación Infantil, Primaria y Secundaria cuenta en la actualidad con unos 300 alumnos. Sus responsables también dan fe de la camaredería de los vecinos, al igual que Miguel Ángel Vicente, párroco que está al frente de las dos iglesias y que en los ocho años que lleva allí también ha tenido ocasión de comprobar que l a vida en Nueva del Carmen es similar a la de cualquier pueblecito pequeño en el que se conocen todos.

En sus orígenes, cuando los primeros vecinos ocupaban las casas molineras que se edificaron, se concentraron en la calle obreros de la construcción y del ferrocarril. Allí coincidieron con otras familias que establecieron vaquerías y establos para atender su ocupación. Eran otros tiempos. Lo que más llama la atención ahora es la modernidad de la que disfrutan los residentes. Desde las plazas Rafael Cano y Aviador Gómez del Barco se accede al otro lado de las vías del tren, algo que parecía impensable años atrás cuando Valladolid crecía y sus calles y plazas céntricas se modernizaban mientras la vida en las afueras era otro cantar. 

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