Santa Teresa en el epitafio de Concha Velasco
La familia de la actriz vallisoletana escoge unos versos de ‘Nada te turbe’ para su lápida en el Panteón de los Ilustres del Carmen en Valladolid
Nueve versos de Santa Teresa velan por quien la representó en la pequeña y gran pantalla. Esa actriz que dio otra dimensión al personaje y a la figura de la mística, que lo llevó consigo, lo defendió con sentimiento, se lo regaló a cada uno de los (muchísimos) espectadores que lo descubrieron con su rostro y vio en él, en la encarnación de Santa Teresa de Jesús, uno de sus trabajos más emblemáticos y queridos. La familia de Concha Velasco escoge un extracto de la poesía ‘Nada te turbe’ para abrigar la tumba de la vallisoletana chica yeyé.
No son unas palabras elegidas al azar, sino un profundo homenaje a la gran dama de la escena española. Sus seres más queridos, encabezados por sus hijos, seleccionan como epitafio los siguientes líneas de ‘ Nada te turbe ’: « Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda. La paciencia todo lo alcanza; quien a Dios tiene nada le falta: Sólo Dios basta ».
Y es que la serie de Santa Teresa, que emitió Televisión Española en un tiempo en el que sólo había dos canales, además de retratar la vida y la obra de la monja carmelita que emprendió la reforma de su orden religiosa, mantuvo pegado al espectador a la tele durante los 8 capítulos en los que se estructura. Pero no sólo fue un éxito de crítica y de público, también fue la consagración de Concha Velasco como una actriz que bordaba cualquier registro. Con esa actuación demostró una asombrosa versatilidad pues acostumbraban a darle papeles más dinámicos y entró en una madurez artística en la que demostró que podía encarnar con maestría también personajes profundamente interiores.
Por petición de la familia, los servicios municipales grabaron en la lápida de Concha Velasco estos versos y sus allegados depositaron un emotivo escrito con una rosa dibujada coincidiendo con los Premios Goya, en los que la actriz vallisoletana recibió un sentido homenaje de sus colegas.
Ahora en su rincón en el panteón de personajes ilustres de la ciudad, donde también descansan nombres imprescindibles de la historia vallisoletana como José Zorrilla, Rosa Chacel o Miguel Delibes , reposa un gran centro de flores con rosas rojas y claveles blancos, otras flores y el escrito plastificado. En él se puede leer: « Desde niña y a los cuatro vientos cantaba ‘mamá, quiero ser artista, ser protagonista...’ Y a base de tesón lo consiguió y vaya si lo consiguió. Gusto daba verla actuar, cantar, incluso bailar con aquellas bonitas y largas piernas envidias sanamente por infinidad de mujeres españolas. También la caracterizaba su gesto agradable, simpático, afable y dulce acompañado, de fábrica, de un lunarcito en la mejilla. Como decía mi abuela, con poca chicha-grasa, mucho zapato y mucha lechuga hizo que el precioso lunar no se tornara verruga, (con él bien lucido marchó) genio y figura hasta... aquí mismo. Tanta culpa tienes como tu vecino de traer los premios del cine. Gracias. Premios Goya 2024 ».